Desde que se dio a conocer la conformación de los grupos del tercer Clásico Mundial de Béisbol, muchos especialistas calificaron con razón al C como el apartado de la muerte, dada la presencia de tres colosos latinos: Venezuela, Dominicana y Puerto Rico, en tanto el debutante España —también con muchas figuras latinas— completa el cuarteto que jugará en estadio boricua Hiram Bithorn, de San Juan.
Los sudamericanos, otra vez dirigidos por Luis Sojo, muestran un equipo de lujo, encabezado por el único pelotero latino que ha podido ganar la triple corona en la Liga Americana de Estados Unidos, Miguel Cabrera, quien ha manifestado su intención de llevarse a casa el título del magno evento de las bolas y los strikes en el mundo.
Como si fuera poco, la nómina venezolana agrupa a 18 jugadores en activo de Grandes Ligas (entre ellos Pedro Sandoval, Omar Infante, Asdrubal Cabrera), con las ausencias más notables a la cuenta de Félix Hernández y Johan Santana, dos lanzadores extraclases que hubieran contribuido, sin dudas, a un camino más expedito en las aspiraciones de discutir el título, tras el bronce alcanzado en la segunda edición del 2009.
La fortaleza de los morochos en el béisbol es tal, que hoy los dominicanos —otra potencia de nuestro continente—, andan sacando cuentas sobre cómo vencerlos en el primer partido del 7 de marzo para no pasar segundos a la siguiente ronda y evitar un presumible enfrentamiento con el equipo de Estados Unidos, que debe dominar sin grandes contratiempos el apartado D.
En el caso de los quisqueyanos, hay que destacar el empeño de su mánager Tony Peña por agrupar esa constelación de estrellas con anticipación y crear el team work que les falló en la pasada versión, cuando no accedieron a la segunda fase tras la derrota contra Holanda. “La historia es llegar a San Francisco”, ha reiterado una y otra vez Peña, aunque para ello tendrán que pasar por delante de grandes potencias, incluida la propia Venezuela.
El tercer conjunto con posibilidades reales de avanzar también a la segunda etapa es Puerto Rico, sede por tercera ocasión consecutiva de una primera fase. Sin embargo, el béisbol boricua no vive sus días más felices y solo la experiencia y el oficio de los convocados dejan abiertas las puertas del optimismo a sus parciales, quienes solo han podido contentarse con dos quintos lugares en los Clásicos Mundiales del 2006 y 2009.
Aunque el calendario diseñado por los anfitriones les favorecerá sobremanera —abrirán contra España, luego Venezuela y finalmente Dominicana— necesitarán un respaldo muy fuerte de sus lanzadores para soñar con dos victorias que los pongan a luchar su boleto hacia Miami, sede de la próxima contienda para los dos primeros lugares de esta llave.
Lo que pueda hacer España dependerá mucho de lo que se dejen hacer sus adversarios. A la sorpresiva clasificación de este tercer elenco europeo le nacieron enseguida ofertas de complementar la nómina con peloteros profesionales y ahí están el lanzador Rhiner Cruz y el jardinero Engel Beltre, de ascendencia ibérica, aunque sin pisar esa tierra hace muchos años.
Si resumiéramos el pronóstico de este grupo de infarto, Venezuela y Dominicana deben sortear todos los contratiempos, aunque sus choques con los puertorriqueños serán decisivos y presumiblemente con marcadores bien cerrados. Quizás para definir los pasaportes a la siguiente etapa haya que acudir a las carreras permitidas entre ellos, pues no es descartado un triple empate en la cima de este volcán beisbolero en el corazón del Caribe.
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