En la bella ciudad de Taichung, en Taipei de China, cuatro equipos lucharán por quedar entre los dos punteros del Grupo B, singular y atípico dentro del Tercer Clásico Mundial, pues es el único que agrupa selecciones de tres continentes: Holanda (Europa), Australia (de la Isla-continente) y Sudcorea y los anfitriones (Asia).
Pocos dudan que los líderes de ese apartado sean precisamente los sudcoreanos, últimos campeones olímpicos en Beijing 2008 y plata en el II Clásico Mundial del 2009, quienes archivan 12 victorias y cuatro derrotas en estos magnos eventos, todas frente a su sempiterno rival, Japón, a los que verían en una presumible segunda fase, a la que deben pasar invictos.
Con una escuadra en la que tampoco milita ningún jugador de Grandes Ligas —todos son jugadores locales, excepto uno que lo hace en la liga profesional japonesa—, los sudcoreanos son uno de los dos conjuntos que han llegado a semifinales en los Clásicos anteriores y han podido subir al podio con bronce en el 2006 y plata en el 2009.
Más allá de los nombres individuales que podamos mencionar en el róster inscrito de 28 jugadores, su béisbol es uno de los mejores, no solo por haber ganado más o menos títulos en lides internacionales, sino por la organización, desarrollo y prestigio de su liga nacional, así como por la calidad de sus entrenadores, la constancia de los peloteros y la rivalidad existente.
El segundo equipo con más fuerza en esta llave lo constituye Holanda, quizás el país que más rápido ha crecido en practicantes y el de mayor progresión en resultados internacionales de los últimos 13 años, cuando le ganó a Cuba por vez primera en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.
Los actuales campeones mundiales —recordemos que vencieron a Cuba en la discusión del título en el 2011— dependen de un juego en el que impera el batazo oportuno de algunos de sus jugadores experimentados, un pitcheo que saca muchos outs y no tiene problemas de control, en tanto la defensa es tal vez su punto más vulnerable, aunque nunca han perdido un encuentro de trascendencia por una pifia desgarradora.
Conocidos por muchos como los tulipanes, son candidatos de fuerza a avanzar a la segunda etapa, tal y como hicieron en la edición del 2009, cuando eliminaron al fortísimo equipo de Dominicana, aunque en esta versión necesitarán dominar a Australia y a Taipei de China, otras escuadras que no serán manjar porque se notan más preparadas que en los Clásicos anteriores.
Pocos dudan que los taipeianos acomodaron el calendario de este Grupo B a su antojo, pero tendrá que jugar casi perfecto para avanzar. Otra vez dependerán más de su pitcheo que de su ofensiva y es ahí la ventaja que pudieran tener sus oponentes para dejar a los anfitriones de este grupo sin incluirse entre los ocho primeros del Clásico en su tercer intento consecutivo.
Finalmente, Australia, en apariencia el más flojo, puede sacarle más de un susto a cualquiera —incluido los propios sudcoreanos—, pues sus jugadores tienen oficio, calidad y unas inmensas ganas de demostrarlo. Como no salen con etiqueta de favoritos, la presión de ellos en Taichung será la menor del cuarteto, lo cual siempre es un arma de doble filo.
Este Grupo B ha sido catalogado por algunos especialistas como el segundo de más difícil pronóstico para las dos plazas, sin embargo, más allá de lo que verdaderamente ocurra en el terreno, sudcoreanos y holandeses parecen adelantarse, solo resta que lo confirmen.
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