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martes, 19 de noviembre de 2024

Espectaculares Morenas del Caribe... ¿la debacle? (III): Juan Carlos Gala

Como parte de la serie de trabajos sobre la última década del voleibol femenino cubano desde la óptica de varios de sus protagonistas, Cubahora comparte las opiniones de Juan Carlos Gala, Director Técnico de la Selección Nacional y Yoana Palacios, joven jugadora de dicho conjunto...

Andy Bermellón, Lilian Cid Escalona, Maite López Pino en Exclusivo 15/05/2013
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Juan Carlos Gala dando instrucciones
Gala: "Desde septiembre, hemos tenido seis bajas en el equipo nacional."

El voleibol femenino cubano eslabonó una cadena de resultados a nivel internacional impresionante. Cuatro medallas al hilo (Barcelona´92, Atlanta´96, Sydney´00 y Atenas´04) en el torneo de los Juegos Olímpicos, así como el cuarto lugar en Beijing´08 dan fe de un trabajo continuado que posibilitó la permanencia de Cuba en la elite del deporte de la malla alta. Tras Beijing, el retroceso en los resultados y la disminución del rendimiento de nuestra isla en la arena internacional, incluso a nivel del área latinoamericana, ha caracterizado las participaciones de los equipos Cuba; una situación que tocó fondo cuando quedamos fuera de la fiesta olímpica que organizó la capital del británica el pasado año 2012.

Como parte de la serie de trabajos que pretenden analizar la última década del voleibol femenino cubano desde la óptica de varios de sus protagonistas, Cubahora comparte las opiniones de Juan Carlos Gala, Director Técnico de la Selección Nacional cubana de voleibol femenino desde el año 2009, y Yoana Palacios, joven jugadora y protagonista ofensiva de dicho conjunto; pilares dentro de la última generación de morenas que ha tenido la misión de defender los colores patrios.

JUAN CARLOS GALA

Al preguntarle sobre la última década del voleibol en Cuba, Gala responde rápido y con palabras seguras, “si comparamos esta etapa con la que se vive actualmente podríamos decir que fue buena, sobre todo por el principio de este período, en el que se vieron los últimos resultados del trabajo que se había estado haciendo y que terminó con un bronce olímpico en 2004 con atletas como Yumilka Ruiz y Zoila Barros que asumieron muchas responsabilidades.

”Las etapas están delimitadas por los cuatrienios, que es el ciclo que rige el trabajo. De cara al próximo, a Beijing, se trabajó la preparación con un equipo extremadamente joven —en el que descollaban Nancy Carrillo y Rosir Calderón— que logró un cuarto lugar olímpico. Nos quedaba una buena generación para trabajar, pero hay que decir que para estos años ya la Escuela Nacional de Voleibol se había descontinuado y no había reserva, al menos, no teníamos una reserva sólida.

”A partir del 2009 asumo la dirección del equipo. Nosotros nos enfrentamos a la ausencia de la reserva, marcada por un trabajo en la base muy malo. Las atletas que han estado en la selección mayor durante estos años no tienen una formación completa. Ellas han tenido que suplir ausencias y saltarse etapas de su desarrollo. Vivimos una situación extrema, la media de edad del equipo de mayores es 18,6 años, con niñas de hasta 13 años incluidas. Son atletas que acaban de llegar a esta escuela y ya están en el equipo nacional. Esto nunca se había visto y está condicionado, en primer lugar, por inexistencia de una cantera y por la descontinuación que sufrió el trabajo desde la base y con ello, la ausencia de promociones hacia la preselección nacional.

”Es cierto que Mireya Luis, Magalys Carbajal y Regla Torres debutaron con Cuba con 15 o 16 años, pero fue solo luego de haber pasado por todo un ciclo de preparación en el primer nivel. Ahora recibimos atletas de la misma edad y van directo a las filas de la selección, desde ese momento arrastran dificultades técnicas y tácticas que se revierten sobre el resultado del equipo y su demostración sobre la cancha. Unido a otras tantas limitaciones de corte material que también inciden y que han condicionado el declive de Cuba en cuanto a la calidad y rendimiento de su voleibol femenino”.

—¿Cuáles son las debilidades del equipo actual?

—En primer lugar, no tenemos atletas que sirvan de inspiración, no tenemos atletas con la madurez para ser líderes dentro del equipo. Existen muchos errores técnicos y no hay una concepción clara de cómo enfrentarse a las diferentes situaciones que se le presentan, lo cual está ligado a que llegan con inexperiencia y enseguida tienen que asumir responsabilidades importantes. El trabajo aquí está muy limitado por estos aspectos y, por la propia dinámica de las exigencias internacionales, hemos tenido que avanzar tapando baches en lugar de trabajar normalmente para limar todos los errores.

“Para el voleibol, todos los años son competitivamente fuertes porque la FIVB tiene un calendario muy activo. Nosotros aquí contamos con todo el apoyo de la Federación Cubana y con los conocimientos para trabajar, pero hay aspectos que dependen de las atletas y ahí también estamos fallando. Está faltando la consagración, el espíritu de lucha, el deseo de superarse, y todo va condicionado por la falta de competencia. Como ahora mismo llegan aquí y ya son parte de la selección nacional pues no tienen ese deseo de mejorar, de perfeccionar su técnica, de ser más profesionales. No han tenido que lucharse el puesto y a la hora de competir, como no se tuvieron que esforzar pues no sienten y no actúan con el mismo nivel de compromiso”.

—Estructura nacional competitiva para el desarrollo de talentos… ¿Existe y funciona?

—Existe y se está haciendo todo el esfuerzo para lograr que funcione de manera óptima. Nosotros tenemos un grupo de metodólogos que se dedican directamente a eso. Antes existía mucha más especialización, y es lo que estamos tratando de rescatar para poder tener el control de todos los atletas del país y darle seguimiento a los de mayores potencialidades.

“En cuanto a las competencias, pues igualmente se ha perdido la estructura nacional que incluía competir todos los fines de semana en diferentes provincias del país. Hoy, por las condiciones y recursos con los que contamos, solo se compite una vez al año en cada categoría. Así, no se puede desarrollar el voleibol. El sistema competitivo es algo de lo mucho que hay que retomar de la vieja escuela porque hoy mismo lo que tenemos es ineficiente”.

—¿Qué opinión sostiene usted ante la posibilidad de que los atletas cubanos jueguen en la arena internacional, que se inserten en otras ligas?

—Es un asunto de suma importancia, que se debe poner en práctica, pero siempre cuidando los términos del contrato y llegando a acuerdos con países que nos den total seguridad de que ese grupo de atletas serán atendidos y cuidados con todo el rigor que ameritan.

“Obviamente, este es un paso que sería muy bueno para el deporte, no solo para el voleibol sino para el deporte en general, porque elevaría el techo del nivel de Cuba. El voleibol es un deporte en el que internacionalmente ya se juega mucho más de lo que se entrena e insertar a los cubanos en otras ligas aumentaría la posibilidad de que los atletas nuestros se enfrenten a todo tipo de situaciones competitivas de manera constante. Es un paso que creo, hay que dar, pero con mucha cautela y de una forma muy organizada, para que se revierta en beneficio.

”Ahora mismo, para tomar una decisión de este tipo, hay que recuperar primero el espacio cedido a lo interno. Hay que rescatar la Escuela Nacional de Voleibol, con toda su estructura y todo su sistema, porque solo así formaremos atletas capaces de insertarse satisfactoriamente y de aprovechar, para bien, las potencialidades de jugar a ese nivel. Son dos procesos que deben verse el uno como complemento del otro”.

—¿Por qué tantas bajas en el equipo femenino actual?

—Nosotros, desde septiembre, hemos tenido seis bajas en el equipo nacional. Hay que reconocer que se ha hecho un trabajo muy fuerte desde fuera y que ha sido causa fundamental de sus salidas. Muchas de estas muchachas están o estuvieron casadas con ciudadanos de otras nacionalidades y por ahí parte todo. Buena parte de las que han salido del equipo en este período son bajas físicas porque eran atletas que mentalmente no estaban con el equipo, que no se les veía ese nivel de compromiso. Nosotros, el equipo de dirección, tenemos la política de no retener a nadie. Ahora estamos en un proceso de organización, para poder tratar de hacer lo mejor, pero sirviéndonos de las muchachas que verdaderamente quieren estar en la selección.

—Gisselle de la Caridad Silva, Wilma Salas, Yanelis Santos, Yusidey Silie, son quizás, los nombres más representativos dentro de la lista de ausencias que asume el equipo Cuba hoy. ¿Alguna imprescindible?

—Santos es la atleta que sentimos, por su honestidad, por su entrega, por su rendimiento y por su apoyo al equipo. Ella llegó, nos planteó que quería el retiro y bueno, nosotros respetamos su decisión, pero estamos conscientes de que era una de las imprescindibles en el trabajo que estábamos empezando a proyectar, porque además sabíamos que está en condiciones de jugar el ciclo completo.

—En el caso de Silie, ¿veintiocho años es mucho para seguir en el voleibol?

—Desde que asumí la dirección del equipo mantuvimos a Silie dentro porque no teníamos otra opción dados sus constantes problemas con el peso, de lesión y con su carácter. Fue capitana por la experiencia que tenía, y tengo que decir que asumió muy bien su papel. Al fallar la clasificación, decidimos que terminara su carrera porque además, como te decía, arrastraba una lesión seria en la rodilla, ligada precisamente a su peso corporal que no era el ideal.

—¿Se mantiene la formación 6-2?

—Hasta este minuto estamos trabajando con ese sistema de juego. Es la visión que tenemos y es lo que mejor podemos ejecutar de acuerdo a las características de las jugadoras con que contamos. Hemos realizado algunos entrenamientos sobre la base del 5-1, pero es solo para que ellas tengan conocimiento y se familiaricen con esa rotación, porque hay que tener siempre un respaldo.

—¿Qué expectativas tiene de cara a Rio 2016?

—En lo personal, he contado con todo el apoyo de la Federación, representada por Eugenio George. En este momento me siento con mucha motivación y deseos de trabajar porque sé que se pueden lograr muchas cosas con estas chicas. Alguna que otra jugadora me deja dudas de si continuará o no, pero de manera general este grupo es muy disciplinado, puntual y trabajador, y esto te da deseos de avanzar, de echar pa´lante porque no hacemos nada con trabajar y que de un día para otro te quedes sin equipo.

YOANA PALACIOS

—Desde tu experiencia como atleta del equipo nacional, ¿qué opinión te merece la selección cubana de voleibol?

—Me incorporé a la selección cubana en el año 2009, ese año, enfrenté mi primer torneo internacional como parte del equipo que participó en el Torneo de Campeones en Puerto Rico y luego fui al Campeonato Mundial Japón 2010, donde desempeñé un buen papel. También en este último ciclo integré los equipos que participaron en los torneos de Norceca, Copa Panamericana, Grand Prix y todas las bases de entrenamientos planificadas por la dirección del equipo. Creo que somos un equipo de muchachas jóvenes, que tenemos muchos deseos de jugar y de salir a hacer las cosas bien dentro de la cancha, pero nos falta llegar a consolidar una madurez competitiva y también madurar mucho más como atletas de alto rendimiento.

—¿Cuáles son las principales debilidades que presenta el equipo?

—En estos momentos tenemos un equipo nuevo, la mayoría pertenece a las filas juveniles y carece del fogueo a nivel internacional, que es lo que nos da la experiencia dentro del esquema de juego y para enfrentar momentos decisivos dentro de los partidos internacionales. La mayoría solo ha participado en la Liga Nacional, un torneo que, si bien nos brinda la única posibilidad que tenemos de jugar ante nuestro público, tampoco es un gran medidor, porque no tiene el mayor nivel.

—¿Qué acciones consideras que se deberían tomar para que la selección nacional pueda mejorar su rendimiento en la arena internacional?

—Incorporarnos al circuito mundial sería muy bueno, porque nos desarrollaríamos un poco más ya que podríamos enfrentarnos con mayor frecuencia a otras jugadoras de un mayor nivel y experiencia y así mejorar nuestro nivel. Actualmente presentamos grandes problemas con el recibo y la defensa de campo, creo que necesitamos lograr mayor concentración dentro de los partidos, en la mayoría de los casos nos cuesta salir de esos malos momentos que se presentan dentro de un juego.

—¿Cuánto influye en ustedes el legado de las Espectaculares Morenas del Caribe?

—Mucho, y su presencia en nuestras vidas es constante porque nos encontramos con algunas de ellas por los pasillos de la escuela, miramos sus partidos y sus victorias en los Grand Prix, Juegos Olímpicos y Copas del Mundo. Su legado nos da aliento y fuerzas para entregarnos en los entrenamientos y en las competiciones, tenemos el gran reto de luchar por mantener esa historia que ellas nos dejaron.

—Desde el 2009 la selección nacional ha tenido una constante renovación de sus integrantes ¿cuánto repercute esto en el funcionamiento del equipo?

—La renovación constante es una gran desventaja y esto ha influido en nuestra inestabilidad. Ese factor que mencionabas y algunas jugadores claves que han causado baja, nos ha golpeado, unido a que somos un elenco formado en su mayoría por atletas bastante jóvenes a las que nos pasa factura la experiencia y la falta de concentración en los partidos claves.

—Perspectivas para el ciclo olímpico rumbo a Río de Janeiro 2016

—Primeramente clasificar y volver así al torneo olímpico, ya que nos ausentamos en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012, pero antes debemos participar en la Copa del Mundo, los torneos Panamericanos y de Norceca, la Copa de Campeones y los Juegos Panamericanos en 2015, creo que estas son las principales competencias que debe enfrentar nuestra joven escuadra. Considero que es un ciclo olímpico muy importante porque hay que trabajar para poner nuevamente al voleibol femenino cubano en lo más alto a nivel mundial.


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Andy Bermellón

Lilian Cid Escalona

Me gusta contar historias.

Maite López Pino

Ariguanabense de nacimiento. Periodista desde siempre, con título desde junio 2009.


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