De la mano de Jonder, Villa Clara fue mejor

Entre todos los refuerzos solicitados por los ocho equipos que estuvieron en la segunda fase, posiblemente ninguno incidió tanto en la clasificación a la postemporada como el artemiseño Jonder Martínez.

Pedido por el mentor villaclareño Ramón Moré, el veterano derecho de 34 abriles y 17 Series Nacionales se echó encima las tareas de relevo de la tropa naranja, para la que ganó cinco encuentros, salvó tres y no perdió ninguno en 21 salidas al volcán de los martirios, tras las cuales compiló PCL de 2.56 y average adversario de .242.

Especialmente en esta semana, sus esfuerzos fueron decisivos en el avance de la escuadra. Con la velocidad que hace rato no exhibía y un dominio neto de sus envíos rompientes, Jonder venció dos veces a Matanzas y salvó en una ocasión frente a Ciego de Ávila, dejando claro que todavía le queda suficiente gasolina para recuperar la internacionalidad.

En estas salidas, sus números merecen absoluta admiración: 11.1 entradas, 0 carrera limpia permitida, 11 estrucados, una solitaria transferencia y cinco hits en 35 turnos oficiales, para anémico promedio rival de .135.

Algo está sumamente claro: la plantilla central lo va a necesitar –y mucho- en los play off.

EQUIPO DE LA SEMANA

Uno de los conjuntos más renombrados de Cuba, Villa Clara, afianzó en las dos últimas subseries su presencia en la postemporada del campeonato en curso, algo que ya había empezado a asegurar en la semana previa.

Los hombres de Ramón Moré triunfaron en cinco de seis salidas en sus predios del estadio Augusto César Sandino. Empezaron venciendo dos veces a Matanzas (2-1 y 3-2), con derrota intercalada de 3-2. Y posteriormente barrieron de modo inclemente a Ciego de Ávila para garantizar el boleto, gracias a marcadores de 13-0 (nocao), 3-0 y 4-1.

En esos partidos, los Naranjas desplegaron una discreta ofensiva de 49 imparables –entre ellos cinco dobles, dos triples e igual cantidad de jonrones-, cometieron seis errores y se lucieron una vez más desde el montículo con promedio de solo una limpia permitida por encuentro.

Justamente el pitcheo llevó a Villa Clara a la inmensa mayoría de sus 50 éxitos en la campaña. A fin de cuentas, el elenco fue el menos bateador (.261) de los ocho que avanzaron a la etapa crucial, y aunque sus guantes fildearon para una envidiable media de .980, lo cierto es que el staff resultó el motor de la plantilla. Vea usted: los centrales ocuparon la vanguardia en PCL colectivo (2.81) y fueron también los que más ponches asignaron en todo el torneo (458).

Así, ya clasificada, la novena naranja buscará ahora su pase finalista en un duro enfrentamiento contra el líder de la clasificatoria, Cienfuegos. ¿Aparecerá por fin el título que la provincia busca desde el lejano 1995?