//

jueves, 28 de noviembre de 2024

Cuba y Eugene: Las sombras y las luces

Notas al margen de una edición histórica del campeonato mundial de atletismo...

Lilian Cid Escalona en Exclusivo 26/07/2022
0 comentarios
Mundial de atletismo 2022
Cuba se fue sin medallas, hecho tristemente inédito. Solo cuatro atletas lograron ser finalistas (situarse entre los ocho primeros) y los 15 puntos que reportaron son, apenas, la segunda cosecha más discreta en la historia de estas citas que nacieron en Helsinki en el año 1983.

Eugene es historia. La XVIII edición de los Campeonatos Mundiales de Atletismo ha pasado a formar parte de los libros, dejando con su realización una estela de marcas para revisar y muchas, muchísimas, historias que contar.

Cuba se fue sin medallas, hecho tristemente inédito. Solo cuatro atletas lograron ser finalistas (situarse entre los ocho primeros) y los 15 puntos que reportaron son, apenas, la segunda cosecha más discreta en la historia de estas citas que nacieron en Helsinki en el año 1983.

Este resultado, aunque comprensiblemente ha hecho saltar alarmas entre los seguidores del deporte, está en el entorno de lo esperado. Llegábamos al mundial “tocados” con una nómina donde destacaban algunas figuras, pero ninguna de ellas con claro favoritismo en sus especialidades. Se podía ganar alguna medalla, pero había que rendir al máximo y ese era otro hándicap, uno de los que hemos eternizado a través de nuestra historia.

En definitiva, los cuartos lugares de Maykel Massó (8.15m) y Leyanis Pérez (14.70m) en longitud y triple respectivamente, terminaron por ser las actuaciones más destacadas de la delegación cubana que completó sus finalistas con el sexto lugar de Luis Zayas en el salto de altura y el séptimo de Yaimé Pérez en el lanzamiento del disco.

Para valorar,  sin dudas hay que remitirse a los propósitos de cada atleta y sobre todo, la intención con que asistió al campeonato mundial. Hay quienes lo tenían como competencia fundamental, y otros que tuvieron que aprovechar cada competencia para entregar lo mejor que tenían en el intento de lograr boleto a la magna cita.

Cuantitativamente, solo una atleta, Leyanis Pérez, logró una marca personal en medio de un mundial plagado de récords de todo tipo, desde planetarios hasta personales. La juventud de nuestros atletas no debería ser un impedimento para desempeñarse así, al contrario, los debutantes -como Leyanis- siempre tendrán a su favor la posibilidad de superarse, porque ello significa crecer y según los especialistas ese el momento idóneo para hacerlo. Otros dos, Massó y Zayas, lograron sus mejores desempeños de la contienda y ello es, igualmente, remarcable.

El resto de las participaciones no dejaron notas destacadas desde lo estrictamente deportivo (números), como publica el colega Javier Sifontes en Cubadebate aunque haya que aplaudir la presencia de atletas en especialidades con prolongada ausencia como Greisy Roble en 100m con vallas o Shainer Reginfo en el hectómetro.

El rendimiento deportivo de un atleta está condicionado por diversas variables. Cuestiones que van desde la planificación del entrenamiento hasta la disposición individual de cada individuo durante su preparación y/o a la hora de enfrentar ese momento fundamental.

El atletismo cubano enfrenta un período complejo, y está llamado a reinventarse. Desde la base hasta la cúspide hay mucho por hacer.

Quien escribe ha insistido sobre la necesidad de optimizar la gestión federativa y el manejo eficiente de los atletas, y es que el tema es vital. El deporte es un negocio, y aunque a nosotros no nos guste verlo como tal, Sebastian Coe se las ha ingeniado y se las seguirá ingeniando por hacer del atletismo una disciplina cada día más comercial. Son las reglas del mundo en que vivimos – en el que buscamos brillar-, o nos adaptamos o seguiremos cayendo.

A la vista saltan ejemplos como el voleibol, que es quizás el más representativo de la inserción de nuestros jugadores en ligas foráneas sin tener que renunciar a ellos, y ellos a representar a su país. Y es muy cierto que el atletismo no funciona como el voleibol o el fútbol que tiene al club como centro de las mayores competencias globales. En el campo y pista los patrocinios son la principal fuente de ingresos para los atletas, pero igualmente es un tema en el que debemos profundizar

¿Por qué no lograr que los atletas tengan patrocinios en el orden individual? ¿Por qué representar siempre a la Puma si podemos diversificar? Sydney McLaughlin es atleta de New Balance y cuando se enfunda la casaca norteamericana representa a la Nike, cada contrato tiene límites y hay que aprender a manejarlos. Como ejemplo vale Abby Steiner, una debutante en campeonatos mundiales, que acaba de ser “fichada” por la PUMA por una cifra que ronda los 2 millones de dólares.

Reynier Mena, Roger Iribarne y compañía que han liderado las polémicas con sus progresos en el rendimiento, andan bajo el auspicio representan del Benfica de Portugal, pero es cuestión de tiempo que asuman otra nacionalidad porque el objetivo final de cada deportista es defender los colores de un país, máxime en este deporte que está concebido especialmente para ello. Quizás sea tarde para reinsertarlos a la Federación Cubana (no lo sé), pero hemos de aprender la lección y buscar ¿Cómo lograr que el Benfica o cualquier club acoja a nuestros atletas sin que estos dejen de correr, saltar o lanzar por el país que los vio nacer? Lo del triple lo hemos sufrido, porque el ranking del mundo está plagado de cubanos, pero nuestra bandera no se iza en un mundial al aire libre desde el 2015 cuando el propio Pichardo ganó la medalla de plata.

Hay mucho por hacer, y diversas variantes por las que se podría apostar para oxigenar un deporte que se ha tornado sombrío.  Además de la avanzada que nos representó en Eugene, acá queda un grupo de atletas que ha enseñado maneras y que hay que “protegerlos” porque son imprescindibles en el presente y futuro inmediato. La pandemia y otros demonios también hizo “estragos” en la reserva y los resultados que se avistan en las categorías inferiores no son del todo rimbombantes.

Oregon´22 ¿El mejor mundial de la historia?

Partiendo del punto en que cada competencia es diferente, y en cada una de las ediciones mundialistas hay hechos extraordinarios que rescatar no creo justo absolutizar.

Igualmente han trascendido algunas cuestiones organizativas, como los belgas que se quejaron de las condiciones del alojamiento o medios españoles que sacaron a la luz los altos precios del hospedaje en la ciudad, la escasa afluencia de público por las mismas cuestiones y los privilegios que en temas de acomodación en el estadio y condiciones de alojamiento en un hotel lujoso, que disfrutó la delegación estadounidense sobre el resto de los competidores.  

Asimismo, desde lo deportivo no podemos obviar las ausencias lideradas por Rusia y Bielorrusia, vetadas por la World Athletic, y complementadas con asuntos de visado que se convirtieron en una verdadera piedra en el zapato. Todos recuerdan al velocista Ferdinand OMANYALA que llegó horas antes de competir, pero no fue el único.

Al margen, lo que si está claro es que el de Eugene ha sido un mundial icónico, porque es la primera vez que la magna cita llega a una de las mecas indiscutibles de este deporte en el planeta. Es una distinción, un guiño a la jerarquía. Para reafirmarlo ganaron 33 medallas, con 13 títulos; la mayor cosecha de un país en todas las ediciones. Realmente es increíble que Estados Unidos no lo hubiera organizado antes.

Actuaciones en un Top 3

No cabe dudas que los tres récords mundiales logrados clasifican entre los sucesos más destacados de las 10 jornadas de competencias. El orden que sigue es resultado de la opinión popular que recogimos a través de la página de Deporcuba,com en Facebook ; una jerarquía de resultados que comparto.

1: Sydney McLaughlin y su 58.68 segundos para los 400m con vallas.

Ella gana porque está media vida por delante de sus rivales. Llegaba a Eugene siendo campeona olímpica y recordista mundial, pero no conforme con haber sido la primera mujer en bajar de los 52 segundos en esta modalidad, se convirtió en la primera en registrar una marca por debajo de los 51; una absoluta barbaridad.

Si nos vamos a los fundamentos de la World Athletics, esta marca está valorada con 1312 puntos según el esquema de calificación de la máxima entidad atlética del orbe. Los 10.49 de Florence Griffith-Joyner en 100m aportan 1314 puntos y los 47.60 de Marita Koch, 1304; eso, por citar un par de las cotas que figuran dentro de los imposibles. Un listado en el que hay que incluir este registro.

Dalilah Muhammad, que ha sido recordista del mundo y ha estado en primera fila de esas carreras en las que Sydney ha maltratado el récord del mundo cree, definitivamente, que bajar de 50 segundos, también es posible para ella. Ya veremos.

2. Mondo Duplantis y el impensado récord de 6.21 metros en el salto con pértiga

Duplantis no aterrizó en el Hayward Field, se quedó levitando. El sueco llegó a la final para ganarla, pero también para dejar una huella indeleble en la historia del atletismo mundial, desafiando los límites, revolviendo los cimientos salto con pértiga.

Ganó el oro con 6 metros, sus contendientes llegaron solo hasta 5.94m. Luego se aseguró, con 6.06m, como recordista para estos certámenes y luego se reafirmó como recordista mundial con la impensada cota de 6 metros y 21 centímetros.

Cuando Lavillenie quebró el récord de Bubka, con aquel salto de 6.16m indoor que conmocionó al planeta atlético, nadie pensó que las marcas lucirían tan infantiles ante los embates de un ser humano. Quizás esa sea la clave, que Duplantis no es un ser humano común, que es, como dicen por ahí, un ser extraterrestre que ha nacido para volar.

En este mundial, Mondo superó a Bubka en número de saltos válidos sobre 6 metros. El sueco llegó a 48 y el ucraniano hizo 46 entre 1985 y 1997 que estuvo activo. El último intento del zar lo registró con 33 años y 9 meses, Duplantis tiene solo 22 años y 8 meses. La estadística de Jokin Carmona nos sitúa mucho más en contexto.

3: Tobi Amusan hace 12.12 segundos en 100m con vallas.

Tobi Amusan no estaba en los planes de nadie para ganar los 100 metros con vallas; mucho menos se le veía como recordista del mundo. Su potencialidad para entrar en el cuadro de medallas se dejó ver cuando quebró el récord de África en la ronda inicial. Lo de las semifinales no lo vio venir ni ella misma, anonadada, como el mundo, con aquel 12.12 que indicaba el reloj.

Una hora más tarde confirmó su estado de gracia coronándose con tiempazo de 12.06 segundos. Lastimosamente los remolinos del Hayward Field soplaron en demasía, y el aire +2.5m/s invalidó la nueva cota mundial.

La mayor sorpresa

Que Jamaica no gane el relevo 4x100m entre las damas fue lo que nadie esperó. Habiendo copado el podio en la prueba individual para damas y apreciando el estado de forma de Shelly Ann y Shericka Jackson a casi nadie se le ocurrió no ver a las caribeñas como favoritas, pero Estados Unidos obró el milagro, con tramos consistentes y cambios perfectos. La prueba de relevos es una competencia de equipos y las individualidades puede maquillar resultados, pero nunca llegarán a eliminar las deficiencias. En la unión, está la fuerza.


Compartir

Lilian Cid Escalona

Me gusta contar historias.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos