Sensacional. Así se me antoja catalogar la actuación de la selección cubana de boxeo, que con mejor aval técnico que las restantes, enroló a siete de sus nueve representantes en la disputa de cetros del Campeonato Mundial que culmina mañana en Hamburgo, Alemania, y del cual ya es virtual monarca.
No veo obstáculo alguno para que alguna otra escuadra impida que los alumnos del jefe de entrenadores Rolando Acebal regrese a casa con la corona, que ganó hace dos años en la justa del orbe disputada en Doha, Catar, donde conquistó cuatro medallas de oro, dos de plata y una de bronce. En aquella lid de marras, los antillanos incluyeron un hombre menos en pos del cetro.
Y si ayer, el trío que subió al ring de la arena Sporthalle bajó con los brazos en alto en señal de triunfo, hoy se repitió la misma historia, pero con cuatro hombres en pugna.
Sin dudas, quien mayor resistencia tuvo fue el mosca subtitular del orbe Yosbany Veitía, que debió cerrar muy fuerte para vencer 3-2 ante el ruso Tamis Galanov, después de un pálido round inicial y de un segundo asalto en el que los jueces apenas tuvieron argumentos para valorar el trabajo de ambos.
Pero en el tercero, el decisivo, Veitía fue más efectivo en su golpeo, marcó el ritmo de combate tanto al ataque como de riposta, y aprovechó el fallo del rival para meter mejor sus manos y así merecer el voto suficiente de tres jueces. En la final de mañana, el zurdo espirituano le dará revancha al uzbeco Jasurbek Latipov, a quien ya venció este año en la VII Serie Mundial.
Luego, los mejores argumentos del tricampeón mundial Lázaro Álvarez (60) resultaron letales para el corajudo georgiano Otar Eranosyan, a quien le endosó golpes por doquier, especialmente los swinnes de izquierda, para los que su rival jamás encontró respuesta. La votación fue de 5-0 favorable al zurdo pinareño, quien mañana irá a su cuarta final mundialista consecutiva, en la que sale como favorito ante el francés Sofiane Oumiha, de escaso ABC boxístico, pero de excelente preparación física.
Entretanto, el monarca olímpico Roniel Iglesias (69) signó el tercer éxito antillano, por 4-1 ante el alemán Abass Baraou (ALE), a quien lo neutralizó con su jab de derecha combinado con golpes laterales. Por el oro, el pinareño se las verá ante el kazajo Ablaikan Zhussupov, capaz de perseguir a su rival durante los nueve minutos del combate.
Y el también tricampeón del orbe Julio César La Cruz (81) le ganó por cuarta vez al ecuatoriano Carlos Mina, basado en su principal estrategia: provocarlo con la guardia baja para conectarle sus ganchos y swinnes al contraataque. Los jueces vieron la manifiesta superioridad del camagüeyano y todos le dieron sus votos.
Mañana, en su cuarta disputa consecutiva de cetro mundialista, La Cruz le dará revancha al inglés Joseph Ward, a quien venció en la final mundialista de hace dos años. Y creo que ahora se repetirá la historia.
Los tres restantes cubanos que disputarán el cetro serán Joahnys Argilagos (49) frente a Hasanboy Dusmatov (UZB), el ligero-welter Andy Cruz ante Ikboljon Kholdarov (UZB) y Erislandy Savón (91 kg), que intentará tomar revancha contra el ruso Evgeny Tishchenko, su victimario hace dos años en la final del torneo en Catar.
Detrás de los Domadores de Cuba, que presentarán siete finalistas, se ubica Uzbekistán con cuatro, en tanto Kazajistán incluyó a tres.
Por Cuba, solo se fueron sin medallas el pluma Javier Ibáñez y el mediano Arlen López, campeón olímpico y mundial.
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