Por primera ocasión en este siglo, los elencos de muchachas de República Dominicana y Puerto Rico discutieron la supremacía del clásico de balonmano correspondiente a los XXIII Juegos Deportivo Centroamericanos y del Caribe. Y, como buenos rivales, ofrecieron una atractiva demostración sobre la cancha del colegio Sagrado Corazón de Barranquilla, Colombia. El título del cumpleaños 23 de la justa cuatrienal instaurada en 1926, pertenece ahora a las quisqueyanas, tras dominar la pizarra 29 por 25 goles.
La formación de la isla vecina terminó invicta el quehacer en la lid que reunió a ocho combinados divididos en dos llaves durante la ronda preliminar. Ascendió considerablemente la clasificación general, pues finalizaron en el cuarto escaño en la versión precedente de la más vieja fiesta multideportiva celebrada en Veracruz, México, en 2014. Y rubricó una performance similar a la obtenida en la versión XXI que tuvo como sede a Mayagüez, Puerto Rico, en 2010.
El partido se mantuvo cerrado todo el tiempo, con una gran defensa entre ambos equipos. El primer período finalizó igualado 12-12, y aunque en el segundo hubo varios intercambios de mando, el representativo dominicano sacó la mejor parte para lograr el segundo parcial por anotación de 17-13 y con ello la presea dorada.
La selección campeona, la vice titular y Cuba, vencedor de México en la pugna por la medalla de bronce, clasificaron para los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, en 2019.
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