La 56 Serie Nacional de Béisbol venció la mitad de la primera fase y Matanzas no solo ya reservó pasaje adelantado para la siguiente etapa, sino que va en busca de una nueva marca de victorias, tras su sexta barrida de la campaña (ahora frente a Granma), en tanto se mantiene invicto como anfitrión en el estadio Victoria de Girón.
En medio de una pugna en la que parecen mantenerse entre los punteros Holguín y Camagüey; al tiempo que Industriales comienza a ganar terreno con par de subseries a su favor, dos aspectos cobran interés para los aficionados que poco a poco se van sumando a los parques beisboleros, a pesar de juegos vespertinos en exceso (no siempre por el tema eléctrico en las provincias).
El batazo más espectacular del béisbol: los jonrones, va en retroceso en las últimas campañas y en la actual solo 195 de estas conexiones arrojan un pobre promedio de poco más de uno por desafío. Los monarcas avileños son los líderes con 22, repartidos su mayoría entre un trío de bateadores: Luis Robert Moirán (también líder en lo individual con 7), Osvaldo Vázquez (6) y Yoelvis Fiss (3).
Los yumurinos de Víctor Mesa suman 19 bambinazos de vuelta completa y secundan a los tigres avileños, mientras los azules de la capital son los terceros más productivos con 17. En la cara preocupante por su bajo número de cuadrangulares aparecen Cienfuegos (5), Pinar del Río (6), Artemisa (8) e Isla de la Juventud (9). Cualquier relación con los puestos discretos que ocupan este cuarteto en la tabla de posiciones es pura coincidencia.
Pero los números no valdrían para el análisis si no asumimos que existe hoy un claro hueco de bateadores poderosos o de fuerza en nuestro béisbol. A la ausencia de talentos al estilo de Muñoz, Casanova, Pedro José (Cheíto), Medina, Capiró, Kindelán, Linares, Romelio, Pito Abreu o Despaigne, hay que agregar la poca oportunidad para conectar un batazo de cuatro dimensiones, pues solo el 46 % de los conectados ha encontrado hombres en las almohadillas, de ellos solo cinco batazos se produjeron con bases llenas.
Cualquiera pudiera pensar que dado el pobre nivel de nuestros pitcheo, debieran pulular los jonrones en nuestros parques, pero la celebración de los juegos vespertinos, el poco bote de la pelota y hasta el descontrol de los serpentineros influyen en el escenario actual, cuando la afición reclama más presencia de su Majestad, El Jonrón.
PAPEL Y LÁPIZ
Varios jóvenes y algunos experimentados que no se rinden llevan la voz cantante en estos primeros 24 partidos, ya sea desde la caja de bateo o la lomita de lanzar. Entre los imprescindibles de mencionar aparecen los camagüeyanos Leonel Segura (segundo entre los bateadores con 438 de average), Héctor Hernández (líder en anotadas con 28, dobles con 9 y bases robadas con 11) y el lanzador Yariel Rodríguez, invicto en cinco salidas.
Un veterano que está como el vino, el espirituano Frederich Cepeda, ya tiene 30 indiscutibles y batea para 411; mientras el guantanamero Giorvis Duvergel también anda como nuevo, al compilar para 403, con 16 remolques y cuatro jonrones. El matancero Jefferson Delgado le ha cogido el gusto a batear con soltura y su promedio de 425 no solo lo ha convertido en titular sin remplazo, sino en uno de los posibles candidatos para el IV Clásico Mundial de Béisbol.
Por supuesto, no es posible olvidar al joven villaclareño Raúl Reyes, al frente de la ofensiva con astronómico 509 de average; al granmense devenido yumurino, Yordanis Samón (envuelto en otra productiva temporada con el liderato en hits: 37) o a los consagrados Jonder Martínez (MTZ) y Miguel Lahera (ART), quienes desde el box marchan invictos con 5-0 y 4-0, respectivamente.
Hay más nombres para apuntar, entre veteranos y jóvenes. Sin embargo, lo más importante seguirá siendo cuántos de ellos aportarán a sus respectivos equipos en pos de una clasificación que a partir de ahora se tornará más cerrada por los tres cupos restantes —recordemos que Matanzas está ya virtualmente en la otra fase—; aunque la ronda de consuelo por los otros dos boletos reservará de seguro muchas emociones.
Sobre esto último volveremos en próximos trabajos.
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