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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Uruguay bajo el azote de la sequía  (+ Audio)

La escasez de agua pone en peligro la vida humana y causa pérdidas millonarias a la economía del país suramericano...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 24/05/2023
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Sequía Uruguay
La sequía que afecta Uruguay quebró la tierra en el reservorio Los Canelones, garantía de agua para los habitantes de Montevideo y el área metropolitana

Uruguay, con una economía centrada en el sector agropecuario, vive en perenne angustia por los altos índices de sequía y su repercusión en la vida del, con mucho cariño, llamado “paisito” de Suramérica.

Aunque su territorio es amplio, la población uruguaya asciende a solo 3 684 000 de habitantes y nada predice que crecerá la natalidad. “Somos un país de viejos”, reflexionó el expresidente José Pepe Mujica. Su propia gente le achica su condición, sin que se ofendan cuando alguien de manera jocosa diga que en su territorio viven más vacas que personas.

Es cierto. En el territorio nacional hay 12 000 000 de reses. O sea, que por cada habitante de ese país de enormes pastorales existen 3,5 bovinos, que aunque viven casi libres en las zonas campestres precisan de agua para vivir.

La ganadería es uno de los pilares de la economía de este Estado, que ahora sobrevive bajo un gobierno conservador, junto a la siembra de productos reclamados en el comercio internacional, en especial la soya.

La sequía que azota Uruguay, la peor de los últimos 86 años, trae consecuencias nefastas en el área económica y justifica la emergencia agropecuaria vigente, que se extenderá hasta octubre próximo, para la ganadería, lechería, horticultura, fruticultura y la agricultura.

En esos sectores la situación es muy grave. Las pérdidas monetarias hasta el pasado día 17 ascendían a 2 000 millones de dólares.

Es "la mayor pérdida de la agropecuaria y de la economía nacional en los últimos 30 años", aseguró esta semana el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, citado por el diario El Observador.

Mattos explicó que muchos cultivos que habitualmente se utilizan para obtener granos fracasaron y están siendo comidos por el ganado o, en el mejor de los casos, guardados en silos como alimento, de cara a un invierno que se anuncia difícil por la escasez de pastos.

El viceministro de ese organismo Juan Ignacio Buffa refirió que el efecto de la seca fue fatal para la cosecha de la soya, que presenta muy bajo rendimiento y calidad y quebró el encadenamiento productivo en la industria láctea.

Mientras, la faena ganadera se contrajo en el 20% respecto a igual período del año anterior, reseña el Diario La R.

Aunque desde el 2020 la sequía perturba el territorio nacional, fronterizo con Argentina, que también pasa por una situación parecida, Uruguay vive la crisis hídrica más severa de las últimas ocho décadas, reconoció el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado. Se estima que un 60% de sus tierras están afectadas por la sequía extrema.

Algo impensado hasta ahora en el productivo Uruguay podría suceder, y es que el gobierno –según Delgado- decidiera la importación de frutas y verduras, cuya producción nacional es baja.

El secretario precisó que la seca y las altas temperaturas quemaron los pastos y redujeron los rendimientos de las cosechas. Avizoró menos preñez en el ganado, lo que impactará a mediano plazo en el rebaño y la producción de carne.

Más de 35 medidas para apoyar a los productores afectados por el déficit hídrico adoptó el Ejecutivo uruguayo, entre ellas la concesión de un crédito exprés de hasta 50 000 dólares de fácil obtención, y un préstamo a 20 años para riego, con el 90 % de financiación.

Para una parte de los uruguayos es incomprensible que el país, situado sobre una de las mayores reservas de agua dulce, viva esta crisis. Mientras el gobierno conservador no acuerda una solución a largo plazo para esquivar con algún éxito los embates del cambio climático, grandes manifestaciones populares salieron a las calles en protesta por la crítica situación.

El opositor Frente Amplio (FA) recordó que el fallecido mandatario Tabaré Vázquez entregó a su actual sucesor, el conservador Luis Lacalle Pou el proyecto Casupá, para construir una represa capaz de solventar la escasez de agua dulce. Sin embargo, según el FA, además de que Casupá fue subestimado por la administración, ahora licita, entre privados, la planta potabilizadora Neptuno, en el sur, para abastecer la zona metropolitana tomando las aguas del río de La Plata.

Neptuno no marcha con buen paso. El sindicato de trabajadores de la OSE, sostiene que Lacalle Pou violaría el artículo 47 de la Constitución nacional que prevé la participación de la sociedad civil en la planificación, gestión y control de los recursos hídricos del país.

Junto a organizaciones ambientales y políticos del FA, considera que esta planta supondría la entrega parcial de la gestión a una empresa privada y no solucionaría los problemas de abastecimiento por el grado de salinidad del agua rioplatense. El presidente del sindicato, Federico Kreimerman, afirmó que “OSE pierde un 40% de agua por roturas que no se pueden arreglar porque faltan 1 000 trabajadores despedidos por el gobierno neoliberal”.

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SIN AGUA EN LOS HOGARES

Más de 75 000 personas no reciben agua en sus hogares luego de que quedara seco y con rajaduras en la tierra el embalse de Canelón Grande, situado a unos 61 km al norte de Montevideo, la capital.

El reservorio de Canelón se usaba para abastecer una de las principales infraestructuras de distribución del líquido, conocida como Aguas Corrientes, que sirve a Montevideo y su zona metropolitana. Más de la mitad de los uruguayos viven concentrados en esa área urbana y suburbana (1 700 000).

Para evitar mayores protestas, las autoridades plantean la entrega de dos litros de agua envasada gratis por día, durante un mes, a quienes tienen menos recursos económicos. La alcaldía capitalina prevé entregar bonos para la adquisición de agua embotellada a quienes se atienden en las policlínicas municipales.

Desde finales del pasado mes, el agua corriente de Montevideo y de la zona metropolitana cambió su composición y sabor. Para garantizar el servicio durante al menos 30 días, si sigue sin llover, la OSE duplicó el tope de sodio autorizado por litro de agua hasta los 440 miligramos.

La situación es excepcional y el alto grado de salobridad –explicó la OSE- es causado por la mezcla de las aguas dulces de la cuenca del río Santa Lucía (sur del país) con otras saladas que llegan desde el río de la Plata. El tope de sodio permitido por litro de agua es de 200 a 440 miligramos.

SITUACIÓN CRÍTICA PERO CONTROLABLE
 

Para el prosecretario general de OSE, la agencia estatal del agua, Juan Martín Jorge, el país atraviesa "una situación crítica, pero bajo control", gracias a camiones cisterna que solucionan el faltante en todo el país.

Jorge destacó que no se prevé el corte del agua corriente, aunque desde febrero pasado rige la prohibición oficial del uso del importante elemento por parte de particulares para fines no prioritarios.
 

Un comunicado de OSE indicó que "la escasez de precipitaciones ha agudizado la situación, provocando un continuo descenso de los embalses y cursos utilizados como fuente de abastecimiento, lo que obliga a la Administración a introducir medidas adicionales para el cuidado del agua”.
 

La actual situación climatológica también afecta las cuencas fluviales uruguayas. Varias presas, como la de El Palmar, alcanzaron niveles mínimos, con incidencia de hasta un 30% en la generación de energía procedente de la hidroelectricidad.
 

CAMBIO CLIMÁTICO Y LA NIÑA: COMBINACIÓN INDESEADA

La escasez de precipitaciones en el Cono Sur de Latinoamérica reunió a científicos de varios países para evaluar en qué medida el cambio climático inducido por el ser humano altera la probabilidad y la intensidad de las lluvias, causante de la actual sequía.

El análisis suscrito por Atribución Meteorológica Mundial (AMM) concluyó que esa alteración no es el principal impulsor de la reducción de las precipitaciones, pero sí produce un aumento de las temperaturas en Suramérica, lo cual puede reducir la disponibilidad de agua y empeorar los impactos de la sequía.

Esa área sufre también olas intensas de calor, cuya frecuencia y duración han aumentado por el cambio climático. En el estudio reciente realizado en la zona, los científicos de la AMM concluyeron que ese fenómeno indujo que las temperaturas extremas en diciembre de 2022 fueran 60 veces más intensas.

Incendios devastadores en el centro de Argentina, y también en Chile, derritieron glaciares andinos, con lo que la calidad del aire fue perjudicada. Columnas de humo viajaron a través del Pacifico.

Otro factor que influye en las bajas precipitaciones, es que Suramérica experimenta por tercer año consecutivo los efectos de La Niña, un fenómeno natural con gran influencia en los patrones climáticos y causante de menores precipitaciones en esa región.

La organización World Weather, estudiosa de las transformaciones en el clima, recomienda "mejorar el manejo y la eficiencia del agua", lograr una mejor "anticipación" de eventos de este estilo, y buscar asegurar a los trabajadores del campo para "mejorar su resiliencia en este tipo de eventos".

 


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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