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sábado, 16 de noviembre de 2024

Un trago amargo

Occidente no ha logrado horadar la imagen del Kremlin...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 05/03/2015
1 comentarios

Para pesar de los intereses hegemonistas que no cesan de clamar contra las “maldades intrínsecas” de lo que denominan la “Rusia de Vladímir Putin”, resulta que el jefe del Kremlin acumula por estas controvertidas fechas una aceptación record entre sus compatriotas e incluso fuera del país.

En efecto, en medio de la voluminosa y bullanguera propaganda que intenta presentar a Moscú como un ente expansionista y brutal a partir de los sucesos en Ucrania, de las cuantiosas sanciones impuestas al Kremlin por ese concepto y de la baja intencionada de los precios del crudo por los intereses imperiales para hacer temblar las economías rusa, iraní y venezolana, los resultados en cuanto a la popularidad de Putin son totalmente adversos para sus detractores.

La encuestadora adscrita al Centro de Estudios Sociológicos Levada, con sede en Moscú, precisó que en un estudio realizado este febrero entre la población rusa, ochenta y seis por ciento de los encuestados aprobaron la gestión de gobierno de Vladímir Putin y menos de trece por ciento mostró desacuerdo. Más de la mitad de los consultados  expresó además su satisfacción con la forma en que el ejecutivo maneja los asuntos locales.

Pero el reconocimiento al dirigente del Kremlin no se circunscribe solo a Rusia. Según una información generada en España, “la Asociación de Comunicación Política, radicada en Madrid, publicó el corte del ranking de popularidad concerniente al mes de enero de 2015, en el que proclamó a Vladímir Putin como el presidente más votado del mundo tras obtener el 87 por ciento de beneplácito global.”

En consecuencia, todo indica que van fracasando los esfuerzos de Washington y sus aliados por demonizar a la actual administración rusa y entorpecer su empeño de reestructurar al gigante euroasiático como potencia internacional apegada a la paz, la cooperación, el beneficio mutuo, el respeto a la diversidad y el multilateralismo.

Un gobierno que, por demás, ha revalidado la dignidad y las glorias históricas nacionales, luego de la debacle material y de orden subjetivo que supuso la desaparición de la Unión Soviética y el control sobre la desgarrada nación de un gobierno adocenado y falaz como el encabezado por el beodo, altanero y anti patriótico Boris Yeltsin.

Y es que justo el burdo escenario local que sucedió a la extinción de la URSS, con la desarticulación de la economía y del otrora Ejército Rojo, la explosividad de la corrupción y los negocios turbios, y el florecimiento de las mafias y la descomposición social, califica como “la Rusia” débil y fácil de domesticar que aún añoran los “triunfadores de la Guerra Fría”.

Aquellos, desde el “desagradable” cambio de gobierno operado en Moscú, no han cesado de fomentar guerras y conflictos separatistas intestinos, y de establecer un sistema antimisiles destinado a asegurarse un primer golpe nuclear sin respuesta posible contra el resucitado oponente.

Además, han creado el drama ucraniano e incluso sueñan con aplicar a Rusia el guión de la “revolución blanda” a partir de que las dificultades impulsadas desde el exterior “quiebren” el apoyo interno a la gestión de Putin.

En este sentido las triquiñuelas son múltiples, como el sospechoso reciente asesinato en Moscú de Boris Nemtsov, viejo colaborador de Boris Yeltsin, militante de la “oposición interna” y a quien de inmediato personajes como el enredador presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, atribuyeron la “intención de revelar valiosas informaciones secretas sobre la pretendida agresión rusa a Kiev”, asunto que “le costó la vida”.

Todo, como si no estuviésemos ahítos de asistir a la artificial creación, por la derecha global, de cualquier tipo de pretextos -incluido el sacrificio de sus propios peones- en aras de justificar las acciones agresivas contra aquellos que les resultan incómodos.

No obstante, lo cierto es que al parecer la estigmatizada “Rusia de Putin” no parece haber sido mellada seriamente y, por el contrario, no solo gana apoyo interno, sino que sigue consolidándose como un activo factor internacional que no puede ni podrá ser ignorado.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Tláloc
 5/3/15 13:08

¡Bien por el pueblo ruso! Tiene estirpe patriótica y; ¡Bien por los españoles! Me alegro mucho. Ojalá ocurriese lo mismo en países pesos pesados en Europa, como: Francia, Alemania e Inglaterra, pero no me parece. ¿Tienen información al respecto? Si es así publíquenla!

Esto de la popularidad de Putin en un país como España, que tiene un gobierno de derecha con una prensa que, en su inmensa mayoría hace coro con la propaganda imperialista que llena de falacia antirrusa el mundo occidental, es como un milagro.

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