Sí, es que vivimos de amenaza en amenaza. A pesar de lo insólito, ya dijo que va a tomar Groenlandia y el Canal de Panamá para él, que ya no se llama Golfo de México, que al que se resista lo va a bombardear con aranceles (al menos inicialmente), pero la última de sus advertencias ha sido muy particular: Promete un tercer mandato como presidente de los Estados Unidos.
Con razón decíamos que no sería un período fácil después de que este beligerante presidente ganara en noviembre pasado, pero no solamente ganara, sino que lo ganara todo: El colegio electoral, el voto popular, las dos cámaras del Congreso; y por supuesto que esto le ha dejado una imagen clarísima de que todos le quieren.
Estamos viviendo en un mundo con una realidad paralela. Saca este presidente temas que inicialmente dan risa, después se convierten en lo normal y, poco más tarde, hasta los más serios terminan tomándole en serio.
Pero, ¿realmente puede Trump ser reelecto para un tercer mandato a partir de las leyes estrictas que regulan esto en Estados Unidos?
El criterio mayoritario de los expertos es que No, y siempre se menciona en este caso al presidente número 32 de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, quien sirviera entre 1933 y 1945, y de hecho, falleciera en el cargo. Claro está que esto sucedió en las difíciles condiciones del Estados Unidos de la gran depresión en los años 30, que FDR, como se le conoce, empató con la segunda Guerra Mundial, sin salir de la Casa Blanca.
Precisamente, a partir de los tres mandatos y un poco, durante la presidencia de FDR, el Congreso norteamericano ratificó en 1951 la enmienda número 22 a la Constitución que establece claramente que "ninguna persona debe ser electa más de dos veces al cargo de Presidente".
Ya, pero los ideólogos republicanos recurren ahora a una argucia en la cual el actual vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, figuraría como el candidato principal de la fórmula republicana en 2028 y escogería, "legalmente" como su compañero de fórmula al actual presidente Donald Trump.
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Vance, de resultar ganador, tendría que pasar primero la dura prueba de echar a un lado la ambición personal inherente a los políticos estadounidenses, y en un gesto altruista, renunciar, una vez terminado su juramento, para dar paso a Trump y su tercer mandato.
Ante este cuestionado vericueto trumpista, ya los expertos legales de la gran nación estadounidense se adelantan a decir que existe otra enmienda, la número 12, donde se estipula que ninguna persona que haya servido como presidente por dos períodos pueda figurar después como segundo de otro candidato.
Parecería que el juego está cerrado, pero Trump repite y repite que existen las fórmulas para servir un tercer mandato y que lo demostrará en 2028.
Se lo ha dicho a NBC News en entrevista exclusiva, pero al ser interrogado por la periodista sobre la manera en qué lo haría, y muy a su estilo, se ha negado a dar detalles.
En primer lugar no está claro si quedará país o quedará mundo dentro de 4 años a partir de las políticas agresivas de este Presidente, pero si quedara, reelegirse no sería tarea fácil.
Dentro de dos años Trump se convertirá en presidente estadounidense más longevo de la historia y de postularse para un tercer mandato estaríamos ante un político muy mayor para desempeñar el estresante cargo de "Emperador".
Además de ello, la ola romántica de populismo de derecha que le llevó a la aplastante victoria sobre una Kamala Harris, heredera inconsulta del sionismo y el inmovilismo demócratas el pasado noviembre, ha empezado a deshacerse, pues, muchos de los sectores que le votaron motivados, han visto cómo se rompen sus sueños en los primeros meses de gobierno. Pero Donald Trump también debe saber que si se abre camino a golpe de codazos hacia un tercer mandato, existen otros contendientes en ese peso que también pudieran ser elegibles.
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Desde un republicano percibido ahora como más moderado, como pudiera ser el expresidente George W. Bush, que dicho sea de paso, tiene la misma edad que el actual presidente; hasta que en el 2028 seamos todos testigos de la batalla del siglo y se enfrentaran Vance (Trump) vs Obama, quien tendría solo 67 años. Para deleite de toda la audiencia.
En fin, quien hace la ley hace la trampa, pero quién sabe si al final del juego, aquel que no quiera caldo se le den dos, e incluso, tres tazas.
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