martes, 16 de abril de 2024

Siria e Iraq: Tajos en la cartera

Washington y Tel Aviv persisten en imponer su voluntad en Oriente Medio y Asia Central...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 13/11/2021
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Ejército Sirio-Ofensiva
El injerencismo y la sedición se siguen haciendo añicos frente a la resistencia de Siria e Iraq. (Tomada de hispanTV).

Para Siria e Iraq —uno agredido desde hace más de una década por grupos terroristas e invasores foráneos, el otro, plagado desde mucho más tiempo atrás de militares estadounidenses en calidad de burdos intervencionistas— todavía quedan no pocos esfuerzos para la consolidación de sus respectiva estabilidad y progreso independiente.

Hay una sucia y torcida fundamentación en todo este panorama: para los Estados Unidos constituyen Oriente Medio y Asia Central un pivote estratégico esencial en sus añejos planes de mayorear en tan lejanos predios, por aquella máxima hegemonista de que quien se apodere de Eurasia dominará el planeta… y Bagdad y Damasco son dos piezas vitales en esa funesta armazón.

De ahí que, aunque republicanos y demócratas hablen de “retiradas castrenses y fin de guerras inútiles” con el remate de seguir embobando electores, en la realidad no cesan de edificar subterfugios para eternizar su raída presencia en aquellos patios ajenos. Tienen un severo problema. En Siria, un frente antiterrorista constituido por el Ejército Nacional, Rusia, Irán y el Hizbulá libanés, llevan apresuradamente al colapso a las bandas “rebeldes” auspiciadas por Washington y sus más disímiles cofrades.

Mientras, en Iraq, fuerzas populares armadas hacen cada día más insoportable la presencia gringa en el país, y el gobierno local ya ha demandado oficialmente que este diciembre los ocupantes inicien el retorno definitivo a casa. Con todo, las maquinaciones y complots siguen siendo actos cotidianos de la Casa Blanca y de su protegido israelí para lograr un escenario favorable a sus controladores planes regionales.

Hace apenas unos días, por ejemplo, un dron cargado de explosivos atacó la residencia del primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazemi, sin lograr el objetivo de asesinarle, en lo que fuentes locales califican de intento de desestabilizar las instituciones nacionales, y en cuya autoría involucran directamente a Israel.

Un dato altamente sospechoso es que la vivienda de Al-Kazemi está dentro de la fortificada “Zona Verde” de Bagdad, donde radican la embajada y los mandos militares norteamericanos que —curiosamente— en esos cruciales instantes habían desactivado sus sistemas de detección y protección contra amenazas externas.

Voceros de la resistencia iraquí precisaron que actos criminales de esa índole buscan “dividir a Iraq en múltiples cantones, para poner fin a la existencia del Estado nacional”, de modo que “el régimen de Tel Aviv pueda extenderse y lograr su deseado proyecto de dominación regional desde el Éufrates hasta el Nilo”.

Mientras, en Siria se han incrementado los movimientos de las tropas norteamericanas ilegalmente aposentadas en esa nación, y dedicadas, entre otros dislates, a robar el petróleo local.  Según Damasco, todo ello prevé el intento de fortalecer a las entidades sediciosas internas que en los últimos tiempos han acudido incluso a aliados de USA y a varios organismos internacionales para solicitar el reconocimiento a su pretendida “independencia”.

  En pocas palabras: si para Washington ocupar militarmente y mantenerse por decenios en las zonas “conquistadas” ya no es un buen negocio bélico, político, financiero o mediático; la fragmentación y disolución del oponente a partir de alentar pendencias tribales, raciales o confesionales puede ser la reanimada vía para concretar sus planes de control hegemónico.

De todas formas, del otro lado, entre los que deben ser tajados y sus fieles y solidarios amigos, esta táctica no es desconocida ni sorpresiva, de ahí que tanto las fuerzas populares iraquíes como las fuerzas armadas sirias y sus aliados rusos, iraquíes, iraníes y del Hizbulá libanés, consideren tarea de primer orden eliminar de una vez a los grupos terroristas alentados por los injerencistas extranjeros, expulsar a las tropas intervencionistas foráneas, recortarle las bridas al sionismo y retomar la edificación de sociedades inclusivas y prósperas de manera realmente independiente.

Y por esa meta las armas hablan y seguirán hablando, según la voluntad expresa de los patriotas sirios e iraquíes.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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