domingo, 22 de septiembre de 2024

Somalia en guerra, ¿otra interpretación a destiempo?

Abordar Somalia es ante todo referirse a años de guerra y sus consecuencias, a sabiendas de que esa crisis persistirá...

Julio Marcelo Morejón Tartabull en Prensa Latina 19/01/2018
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Conflicto en Somalia
Conflicto en Somalia

Así, la violencia resulta actor permanente en la vida de la población; ataques, atentados, ofensivas, asaltos y contraofensivas, reflejados en los espacios mediáticos, fomentaron en la opinión pública una actitud pesimista respecto a la disminución del conflicto.

La reducción de tensiones nunca fue totalmente evidente fuera del discurso político y cuando apareció algún destello, uno u otro contrincante se encargó de aniquilarlo. Diríase que la buena fe para resolver el dilema deviene soplo de viento: refresca el ambiente, pero también puede presagiar temporal.

De esta manera la duda es si habrá una salida -aunque de emergencia- para el problema básico, la disputa por el poder en un país indicado como Estado fallido y donde la autoridad oficial resulta una ficción, aunque fuera del alcance de la guerrilla.

Se mantiene el forcejeo entre el grupo armado Al Shabab (La Juventud en idioma árabe) y el frágil gobierno que opera en Mogadiscio sin mucha fortuna y grandemente necesitado de ayuda exterior, lo cual se relaciona directamente con su incapacidad para ejecutar tareas como la seguridad nacional.

No obstante, el presidente Mohamed Abdullahi Mohamed (también conocido como Farmajo) mantiene su promesa de cambiar el rumbo de las cosas, lo cual sería doblegar a Al Shabab y a un actor bélico recién surgido, el Estado Islámico, que al parecer tomó fuerza en algunas regiones.

En los primeros 11 meses como gobernante de Somalia -recuérdese que llegó al cargo en febrero del año pasado-, Mohamed Abdullahi enfrentó a un marcado descontento popular impulsado por lo que la prensa identificó como 'una mezcla de ansiedad, enojo, frustración y oportunismo político'.

Tal situación potencia la imagen de una estructura de gobierno hundida en el fracaso, del que es muy difícil salir sin plantearse conceptos y mecanismos novedosos, o tan siquiera menos ortodoxos como hasta ahora.

SIMILAR PANORAMA

Somalia es un escenario donde toda contradicción resulta antagónica, lo cual ofrece muy poco espacio para lo que algunos analistas consideran loable: la negociación, aunque ella implique flexibilidad y concesiones, sobre lo cual habría que preguntarse si hay posibilidades.

Si bien ya hubo aplicación de amnistías y algunos jefes rebeldes cedieron, en la práctica esa oferta de perdón no resultó decisiva.

Dos meses después de su elección, Farmajo declaró el estado de guerra en el país para acabar con el grupo armado Al Shabab, pues este todavía controla amplias zonas del sur y el centro, aunque una y otra vez ofreció el perdón para quienes quisieran rendirse; nada de eso cambió el panorama político-militar somalí.

Al Shabab continuó su escalada armada, y perdió y retomó espacios de donde en un momento determinado le expulsaron las fuerzas de la Misión de la Unión Africana (Amisom), que ahora comienza una larga y escalonada retirada de Somalia, condicionada al fortalecimiento de los mecanismos nacionales que les reemplazarán.

La salida comenzó a finales del año recién concluido y tiene un cronograma que finalizará en 2020, mientras el Ejército y la Policía nacional reciben entrenamiento dado por especialistas extranjeros, al igual que aumenta el respaldo, por ejemplo, de Estados Unidos con sus ataques con drones.

En tanto, el Africom -Comando estadounidense para África- mató a varios miembros de Al Shabab en más de 30 ataques coordinados con el gobierno somalí la última semana de diciembre pasado, en un intento por detener al grupo armado que desconoce la legitimidad de las autoridades de Mogadiscio, a las que acusa de connivencia con Occidente.

'Junto con otros socios internacionales, Estados Unidos se compromete a proporcionar a las fuerzas de seguridad somalíes, y de la Misión de la Unión Africana, apoyo en la lucha contra las organizaciones extremistas violentas', añadió un mensaje del Africom.

CONMOCIÓN MUNDIAL

La situación en el país del Cuerno Africano aumentó en complejidad con la presencia de otro rival, al que unos identifican como aliado a Al Qaeda y otros le consideran doctrinalmente cercano al Estado Islámico; lo cierto es que los instrumentos vinculados con la escalada de la violencia se multiplican en un escenario cada vez más volátil.

Pese a que se trata de proyectar una imagen de consolidación y fiabilidad, Somalia y su estructura institucional continúan siendo un ensayo de Estado, donde las mínimas necesidades poblacionales continúan sin resolverse, como el citado caso de la seguridad ciudadana.

El año pasado se recordará amargamente por el atentado explosivo que causó 512 muertes y centenares de heridos en Mogadiscio, por el cual el gobierno acusó a Al Shabab y el Tribunal Militar de Somalia condenó a muerte a cinco reos, tras realizar una amplia pesquisa.

Poco después de la agresión del 14 de diciembre pasado, las autoridades detuvieron a los sospechosos, a quienes sometieron a una investigación policial, en la cual reconocieron su participación en el mayor atentado registrado en la historia de este país y que repudió la opinión pública mundial.

Dos de los implicados eran conductores de vehículos, otros dos eran oficiales de la Inteligencia y el quinto tenía la intención de inmolarse con el uso de un transporte que explotaría en otra acción, pero que capturaron las fuerzas de seguridad.


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Julio Marcelo Morejón Tartabull

Periodista que apuesta por otra imagen africana


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