El expediente de crímenes y castigos en República Centroafricana (RCA) permanece abierto, ahora corresponde al juicio contra un ex jefe de un contingente guerrillero que en 2013 derrocó al presidente François Bozizè.
Según las acusaciones expuestas en la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya, Mahamat Said Abdel Kani está implicado en la ejecución de actos de tortura en una cárcel bajo su responsabilidad.
Los tormentos –según víctimas y testigos- se aplicaban contra los partidarios del gobernante depuesto, Bozizè, quien escapó al exilio tras perder la contienda contra la milicia de cariz confesional musulmán Seleka (Alianza).
El proceso judicial es parte de un debate en la RCA relativo a la reconstrucción política del país y, según observadores, ayuda más a calmar las conciencias que a restañar las heridas de una extensa trayectoria de violencia.
En ese sentido los informes de la Fiscalía contienen hechos ocurridos durante los enfrentamientos de Seleka con la facción antiBalaka (antimachete) en 20013 y 2014 que causaron miles de muertos y cerca de un millòn de desplazadas por la fuerza.
Se considera que en la parte inicial del proceso el tribunal presidido por la jueza Miatta Maria Samba se escuchen declaraciones de 43 testigos, mientras que los abogados de la defensa se afanan en desmontar las acusaciones y cuestionar las pruebas.
En la primera vista Mahamat Said Abdel Kani se declaró inocente de los siete cargos que se le imputan principalmente por crímenes de guerra y de lesa humanidad, cometidos en el recinto carcelario bajo su responsabilidad.
El acusado supuestamente supervisó a diario las operaciones en el complejo perteneciente a una dependencia policial llamada Oficina Central para la Represión del Bandidaje.
La decisión de someter a juicio al ex rebelde sucedió a la captura en Chad de Maxime Jeoffroy Eli Mokom Gawaka, (alias Míster Mokom), cabecilla antiBalaka, acusado de cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad en Bangui, la capital de República Centroafricana, y otras regiones del país en 2013 y 2014.
Al arresto en marzo del ex jefe paramilitar siguió el anuncio de su envío a la CPI y coincidió con la celebración de un foro nacional para conseguir la paz en la RCA con la participación de la oposición política y representantes de la sociedad civil.
Míster Mokom fue una de las figuras que transitó desde dirigir la milicia de autodefensa de la población con fe cristiana hasta ser un instrumento asesino contra la comunidad islámica.
Los procesos judiciales que conduce la CPI suele identificarse como una cura dolorosa para sanar la sociedad en República Centroafricana, a fin de alcanzar una reconciliación nacional efectiva, meta aún difícil de lograr en ese país.
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