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viernes, 22 de noviembre de 2024

¿Quién es Ron DeSantis, el posible candidato a la presidencia de EE.UU. en 2024?

Considerado como la figura política de moda dentro del Partido Republicano, el actual gobernador de Florida ha ganado terreno en temas controversiales de importancia para el conservadurismo...

Haroldo Miguel Luis Castro en Exclusivo 05/12/2022
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Ron DeSantis
Es el meteórico ascenso de Ron DeSantis y su consolidación en el Partido Republicano lo que—a priori— se antoja el principal inconveniente a las aspiraciones de Trump de regresar al Despacho Oval (Foto:BBC).

El pasado 16 de noviembre Donald J. Trump anunció su tercera postulación a la presidencia de Estados Unidos (EE.UU.). Desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, el exmandatario (2016-2020) se comprometió a competir por la candidatura del Partido Republicano de cara a las elecciones previstas para finales de 2024 y llamó a generar un gran movimiento alrededor de su campaña.

De esta forma, Trump, que también aprovechó la oportunidad para atacar la gestión de Joseph R. Biden, parece que intentará repetir la fórmula ensayada en 2016, cuando llegó a la Casa Blanca tras un discurso crítico hacia la administración demócrata y las instituciones gubernamentales.

Sin embargo, el escenario en el que pretende competir el magnate inmobiliario ha cambiado. Sobre todo, porque, a diferencia de hace siete años, cuenta con un historial político que, quizá, no lo haga ver como el más popular de la clase.

En el seno del Grand Old Party todavía se le recuerda por su incapacidad para derogar las reformas sanitarias demócratas y por las promesas de inversión en infraestructura que nunca se materializaron. A ello se le suma el pendiente esclarecimiento de su papel en el ataque contra el Capitolio en enero de 2021 y los varios procesos judiciales que afronta por fraude civil, difamación, agresión sexual y manejo de material clasificado luego de haber culminado su periodo presidencial.

Pero, es el meteórico ascenso de Ron DeSantis y su consolidación en el Partido Republicano como la figura de moda lo que—a priori— se antoja el principal inconveniente a las aspiraciones de Trump de regresar al Despacho Oval. De hecho, el otrora jefe de estado ya lo invitó a alejarse de la pugna por la presidencia pues, según manifestó recientemente en una entrevista con Fox News Digital, “podría hacerse mucho daño” y “cometería un error”.

Si bien DeSantis apenas ha dado pistas sobre el futuro de su carrera política, sí dijo que no se comprometía a cumplir los cuatro años en su puesto de gobernador de Florida, cargo que ocupa desde 2019 y recién revalidó con una apabullante victoria en las elecciones de medio término.

Para tener una idea, en la Conferencia de Acción Política Conservadora celebrada este año, dos encuestas extraoficiales sobre las presidenciales de 2024 mostraron que, hasta la fecha, solo él aparece como el único contrincante capaz de competir con Trump.

¿De dónde salió Ron DeSantis y por qué parece gustarle tanto a los sectores más influyentes del Partido Republicano? Te contamos lo que sabemos.

Nacido en Jacksonville, Florida, y procedente de una familia italiana, DeSantis se graduó con honores en la Universidad de Yale y de la Facultad de Derecho de Harvard. Se unió a la Marina de EE.UU. en 2004, donde alcanzó el grado de teniente antes de servir en 2007 en calidad de  asesor SEAL Team One en Irak.

Cuando regresó, un año después, el Departamento de Justicia lo nombró fiscal federal adjunto especial en la Oficina del Fiscal Federal en el Distrito Medio de Florida, cargo que desempeñó hasta 2010.

Fue elegido por primera vez al Congreso en 2012, derrotando a la demócrata Heather Beaven. Durante su mandato se convirtió en uno de los fundadores del controversial Freedom Caucus e hizo pública su simpatía por Trump.

Se postuló en 2016 para el Senado, pero se retiró cuando Marco Rubio buscó la reelección. Para su campaña de gobernador en 2018 alineó su programa a la retórica ultraconservadora de Trump y eligió a la representante estatal Jeanette Núñez como su compañera de fórmula.  

En el contexto de la COVID-19 se negó a imponer el uso obligatorio de la mascarilla y promovió la reapertura económica. Su estrategia se basó en defender la libertad de elección de los individuos al punto de prohibir los pasaportes de vacunas y de bloquear los requisitos de vacunas de empleadores privados.

Con relación a los Derechos Humanos, DeSantis tiene un largo historial de polémicas con comentarios y legislaciones vinculadas a la comunidad LGBTIQ+. En 2019, solo una semana después de haberse estrenado como gobernador, emitió una orden de no discriminación para los empleados estatales exactamente igual a la establecida en su momento por el exgobernador Rick Scott. La disposición incluía, raza, edad, sexo, color, religión, origen nacional, estado civil y discapacidad; pero desconocía la protección para la orientación sexual y la identidad de género.  

Asimismo, en junio de 2021 firmó la Ley de Equidad en los Deportes Femeninos, la que impide a las niñas y mujeres transgénero participar en competencias deportivas para féminas. También, en febrero de este año, expresó su apoyo a la ley HB1557 “Derechos de los padres en la educación”, conocida como la ley “No digas gay” (Don´t Say Gay) que prohíbe la instrucción sobre orientación sexual e identidad de género en las escuelas.

Un mes después divulgó una proclamación en la que declaraba a Emma Weyant como la “vencedora legítima” del campeonato femenino de la División I de la NCAA de estilo libre de 500 yardas, después de que Lia Thomas, una mujer trans, ganara la carrera. Por otra parte, DeSantis se ha destacado por su férrea oposición a la política migratoria de Joe Biden, al punto de trasladar a cientos de personas indocumentadas desde Florida hacia estados gobernados en su mayoría por demócratas.

Por esta y otras tantas razones, analistas y medios especializados ven a DeSantis como la versión actualizada de Trump. Una que cumple al pie de la letra con los estándares del conservadurismo estadounidense, que ha ganado terreno por sus posiciones en temas de importancia para el partido y, encima, goza de una imagen libre de escándalos o antecedentes políticos graves.

Con el hándicap del tiempo y la imposibilidad de pronosticar con certeza los movimientos de los distintos actores y factores involucrados en una campaña presidencial republicana, el posible enfrentamiento entre DeSantis y Trump supone un auténtico terremoto. Aun así, que no nos venza el barullo. Aunque cambien o aparezcan nuevos candidatos, los intereses y objetivos permanecen intactos.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster


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