Tras varias semanas de caos e incertidumbre la Cámara de Representantes de los Estados Unidos (EE.UU.) eligió recientemente al republicano Mike Johnson, congresista por Luisiana de 51 años, como su nuevo presidente. Se trata de un cristiano evangélico ultraconservador y casi un desconocido que cuenta con el aval de haber dirigido los esfuerzos jurídicos para intentar anular la victoria de Joseph R. Biden frente a Donald J. Trump en las elecciones presidenciales de 2020.
Johnson asume el puesto por una lógica de descarte, pues los republicanos de tendencia radical preferían a Jim Jordan por su estatus de “padrino” de la extrema derecha de la Cámara, pero, al final, resultó siendo una figura demasiado complicada de defender. Sin embargo, esta elección para nada desagrada. El nuevo speaker comparte la ideología conservadora de Jordan y, encima, carece de un perfil controversial y, a pirori, problemático.
Hablamos del primer líder del archiconservador Comité de Estudios Republicanos que toma el mazo y aunque no pertenece al Freedom Caucus , comparte muchas de sus posturas. En teoría, Johnson se ubica mucho más cerca de la extrema derecha que su antecesor Kevin MCCarthy , sentenciado por su propio partido por llegar a acuerdos con los demócratas para mantener la solvencia del gobierno.
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Por lo que de cara a las próximas semanas habrá que ver como el recién llegado a la presidencia sortea disputas y logra consensos antes de mediados de este mes para mantener abierto el ejecutivo. Aunque todo parece indicar que, al menos por el momento, gozará de un margen considerable de maniobra para resolver cuanto antes el problema de los costos y los dineros.
De hecho, Johnson ya propuso la idea de un extenso proyecto de ley de gasto provisional para permitir que la Cámara adopte sus propias medidas de financiamiento, algo que las propias disputas entre republicanos parecen echar por tierra sin ni siquiera valorarlo.
El evidente fraccionamiento dentro del Partido Republicano habla por sí solo de cuanto ha calado el extremismo— ¿fundamentalismo?—político que se ha encubado al interior de ese círculo a partir de la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. Este último episodio le demostró a un pequeño, pero cada vez más determinante e influyente grupo, que, aun rompiendo las normas de su partido e ignorando la posición de la mayoría, pueden salirse con la suya.
Un factor más a tener en cuenta de cara a los comicios presidenciales de 2024, en el que se pudiera dar, muy a pesar del sentido común, un resultado para el Grand Old Party mejor del esperado.
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