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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Posibilidad plausible

Que China tome mayores cartas en el conflicto en Asia Central y Oriente Medio no es indeseable...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 31/08/2016
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Prácticamente, ya no hay secretos en este mundo. Quien crea que puede poner en una inviolable caja fuerte sus artimañas, dobleces, intimidades y complicidades, o asuma que es posible cercenar o sepultar voces discordantes sin que nadie lo sepa o comente, está en un craso error. Ahora, en pleno siglo veintiuno, más temprano que tarde todo se sabe.

En consecuencia, para China no es una revelación de último minuto que, como novel potencia, resulta uno de los dos blancos preferentes de los intereses hegemonistas e imperiales.

Los Estados Unidos, ya lo dijeron tempranamente sus tanques pensantes, no pueden permitir la reorganización o surgimiento de otros poderes globales, mucho menos si no congenian con los planes absolutistas de Washington, descripción que se ajusta fielmente a lo que hoy constituyen Rusia y China.

Y contra Beijing los poderes reaccionarios concertados trabajan aceleradamente. El gigante asiático no solo es un poderoso rival económico, sino también militar y tecnológico, con una actuación exterior que le ha llevado a ampliar significativamente su influencia en regiones claves del planeta.

En consecuencia, los Estados Unidos intentan establecer abiertamente un cerco bélico a China, entre otras cosas, con el despliegue de flotas navales en sus aguas circundantes y con la reciente decisión de instalar su controvertido y agresivo sistema antimisiles en Corea del Sur, al tiempo que aplaude las ideas separatistas que esgrime la nueva direción gubernamental de Taiwán, o estructura mecanismos de pretendida concertación económica que intentan debilitar el espacio ganado internacionalmente por el gigante asiático.

De manera que es un asunto de neta lógica que Beijing no permanezca con los brazos cruzados, y al parecer en ese contexto habría que enmarcar la reciente visita a Siria del almirante Guan Yufei, jefe del nuevo Departamento de Cooperación Militar Internacional de las fuerzas armadas chinas, quien, según medios de prensa, confirmó el apoyo de su país a la ya en vigor formación de personal de la salud para los cuerpos armados de esa nación árabe.

No obstante, algunos analistas indican que ese acto es apenas una parte de los posibles entendimientos castrenses entre Beijing y Damasco, que hasta ahora parecían discretos.

Una suposición fundamentada en el hecho de que, evidentemente, China estaría conformando una respuesta más sólida en el terreno geopolítico a los pasos agresivos de los sectores belicistas estadounidenses y sus aliados, y ciertamente es en Asia Central y Oriente Medio donde la advertencia tendría hoy mucha más resonancia.

Por demás, para China, apuntan estudiosos, es importante la lucha seria y definitiva contra el terrorismo, toda vez que no es ajena, en especial en algunas de sus regiones, a la acción nociva de grupos extremistas de corte islámico ligados a entidades como Al Qaeda y el Estado Islámico (a los cuales han proporcionado incluso reclutas), que reciben apoyo financiero y en pertrechos a cuenta de los Estados Unidos, los restantes miembros de la OTAN, el Israel sionista y los regímenes totalitarios árabes.

Asimismo, y en otra cuerda, hay que sumar el hecho de que uno de los grandes proyectos comerciales chinos lo constituye la reanimación de la antiquísima Ruta de la Seda, que muchos siglos atrás permitiá la circulación de mercancías desde el Lejano Oriente a las tierras occidentales, y de la cual formaba parte una buena porción del espacio geográfico que hoy ocupa Siria.

Y, ciertamente, ¿a quién puede preocupar que un potente Estado como el chino actúe más dinámicamente contra la debacle y la desestabilización masiva que han desatado los hegemonistas en Asia Central y Oriente Medio, o que se involucre de lleno, incluso militarmente, en el esfuerzo honesto por barrer el terrorismo a escala planetaria?

Sencilla y únicamente a aquellos que han hecho de la violencia y el caos una pretendida fuente de mezquinos beneficios… y todos sabemos quienes son.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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