Canadá se ha sumado a lo dispuesto por Estados Unidos (EE.UU.) y la rama ejecutiva de la Unión Europea (UE)y le ha prohibido a sus funcionarios el uso de Tik Tok en sus dispositivos oficiales. De esta forma, la nación norteamericana se suma a una singular lista de países que, por uno u otro motivo, han limitado el uso de la aplicación.
Mientras Afganistán, Pakistán e Irán la censuran por considerar que contradice sus valores sociales, Taiwán y la India la han inhabilitado por conflictos políticos y económicos puntuales con China. Sin embargo, la justificación de las naciones norteamericanas y de la UE tiene que ver con los recelos que levanta en cuanto a protección de datos y privacidad personal
Propiedad de la empresa china ByteDance Ltd., Tik Tok— una aplicación de redes sociales que permite grabar, editar y compartir videos cortos— ha ganado una enorme popularidad entre los usuarios jóvenes y ya es la primera app sin vínculo con Meta que alcanza los 3000 millones de descargas mundiales.
Sin embargo, a la firma se le ha acusado de recopilar datos de sus usuarios y de entregárselos al gobierno chino. De acuerdo con un estudio de ciberseguridad publicado en julio de 2022 por la empresa australiana Internet 2.0, el estudio de su código fuente develó que la aplicación lleva a cabo “una recolección excesiva de datos”.
Por eso el ejecutivo canadiense liderado por Justin Trudeau y la UE han decidido vedarla, aun reconociendo que desconocen si se ha comprometido información gubernamental desde la app. Ya en 2020, recordemos, la administración del entonces presidente Donald Trump (2017-2021) intentó prohibir la aplicación en EE.UU. a raíz de investigaciones que indicaban un supuesto aprovechamiento de una vulnerabilidad en el sistema operativo para móviles Android por parte de ByteDance para hacerse con identificadores de dispositivos a través de Tik Tok, lo que le permitía rastrear a los usuarios.
Desde la app insisten en que no operan de forma distinta a otras redes sociales. Incluso, investigaciones independientes realizadas por el laboratorio interdisciplinar de la Escuela Munk para Asuntos Globales y Política Pública de la Universidad de Toronto, Citizen Lab, y por el Instituto de Tecnología de Georgia, han concluido que Tik Tok recoge el mismo tipo de datos que Instagram o Facebook utiliza para seguir el comportamiento de los usuarios.
Sin dejar de un lado la duda razonable, la guerra de EE.UU. y sus aliados contra esta compañía china se antoja, en primera instancia, una extensión de la batalla comercial que ha sostenido con Pekín en los últimos años. Luego, resulta imposible obviar la hipocresía de un discurso que en nombre de la seguridad ciudadana y de la preservación de los intereses nacionales arremete y condena una actividad que, sabemos, la realizan las propias compañías tecnológicas estadounidenses, así como las distintas agencias de inteligencia.
Hasta que se demuestre lo contrario, se trata del enésimo acto de prepotencia de una nación que ve tambalear, también en el ciberespacio, la hegemonía de antaño. A fin de cuentas, nada nuevo.
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