Por: Ricardo Ávila
Durante la mayor parte del año Davos no es más que una población de escasos 11.000 habitantes, ubicada en el cantón suizo de los Grisones. Visitada por los aficionados a los deportes de invierno cuando se enfrían las temperaturas y por los amantes de la naturaleza en el verano, sus habitantes consideran injusto que se la describa como “meca del capitalismo”, por el hecho de que un puñado de poderosos se haga presente en el lugar durante apenas cinco días en la tercera semana de cada enero.
Fue precisamente en ese lugar icónico para los defensores de la libre empresa en donde el presidente Gustavo Petro señaló que dicho sistema no funciona para arreglar las crisis que en parte ayudó a crear. Así lo destacó en el salón principal del centro de congresos que alberga la presente edición del Foro Económico Mundial.
Dicho pronunciamiento tuvo lugar en el marco de un panel centrado en las crisis relacionadas con el cambio climático, uno de los asuntos centrales de la reunión de 2023. Con la participación del exvicepresidente estadounidense Al Gore, la presidenta del Congreso de Indios Americanos, Fawn Sharp, o la cabeza de la empresa de software Salesforce, además del Presidente de Colombia, la cita buscaba propuestas para construir un futuro más incluyente, próspero y sostenible.
Sin que se escucharan todavía las intervenciones de los invitados, el ambiente ya era sombrío. Pocas horas antes, el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, se había dirigido al plenario para exigirles a los líderes del planeta un compromiso creíble y una transición transparente para conseguir la meta de neutralidad en las emisiones de gases de efecto invernadero.
El vertimiento de dióxido de carbono a la atmósfera es considerado por la comunidad científica como el principal responsable del calentamiento global. Tras la cumbre de París celebrada a mediados de la década pasada, la mayoría de los países se comprometieron con el objetivo de limitar el alza en las temperaturas promedio a no más de 1,5 centígrados por encima de los niveles que existían a finales del siglo XIX.
ADVERTENCIAS
Son numerosas las advertencias de los expertos sobre lo que puede suceder si las señales no se toman en serio. El derretimiento paulatino de los casquetes polares elevaría el nivel de los océanos, inundando las zonas costeras. En las áreas continentales los eventos climáticos serán cada vez más extremos, incluyendo tormentas o períodos de sequías o precipitaciones intensas.
Que hay una alteración en los patrones usuales es algo que pocos discuten. Tan solo en Colombia los picos de lluvias o tiempo seco superan con creces los límites de lo normal y causan incontables pérdidas materiales y de vidas humanas.
Por ese motivo se ha insistido tanto en la necesidad de alcanzar la carbono neutralidad, consistente en que los vertimientos de gases contaminantes sean equivalentes a los que la naturaleza recicla en los bosques o las superficies marinas.
Y si bien hay un consenso general en el sentido de que la humanidad debe dejar atrás los combustibles fósiles para generar energía y adoptar una matriz mucho más limpia, los avances alcanzados hasta la fecha son descritos como insuficientes.
De vuelta al secretario Guterres, este señaló: “Estamos mirando al ojo de un huracán de categoría cinco”. En tal sentido insistió en que los anuncios hechos por países y empresas deben estar respaldados por metas verificables.
Tales planteamientos fueron acogidos por el panel en el que participó Petro. Si bien cada invitado puso a su manera el dedo en la llaga, realmente acabó siendo Al Gore quien despertó los aplausos del auditorio, al decir: “La crisis se está volviendo peor y debemos actuar”. No sin recordarles a los dirigentes que “la voluntad política es un recurso renovable”.
Acto seguido, el mandatario colombiano –quien arribó con unos minutos de retraso– afirmó que el dilema está claro: “O la humanidad se extingue o superamos el capitalismo”. En tal sentido, abogó por un “capitalismo descarbonizado” en el cual la planificación a cargo de las autoridades públicas tendría un rol protagónico.
Esos planteamientos están en línea con lo expresado por el jefe del Estado en la pasada Asamblea de la ONU en septiembre o en la cumbre de la misma organización sobre el cambio climático que tuvo lugar en Egipto el mes de noviembre. La diferencia es que su audiencia era distinta y esta vez incluía una proporción mayoritaria de representantes del sector privado que, en todo caso, saludaron la intervención con aplausos.
Y los pronunciamientos no terminaron ahí. Concluida la sesión en el auditorio principal, Petro se dirigió al salón Sanada del centro del recinto para participar en un panel sobre liderazgo para América Latina. En este le acompañaron los presidentes de Ecuador y Costa Rica, la vicepresidenta de República Dominicana y el recién designado ministro de Hacienda de Brasil.
MENSAJE DISTINTO
Cada expositor entregó un mensaje muy distinto. Mientras el ecuatoriano Guillermo Lasso se concentró en mostrar su disposición a atraer inversión y crear oportunidades, el Presidente colombiano sostuvo: “Queremos pasar de una economía extractivista a una productiva, basada en energías limpias y en la tierra”.
Igualmente, dijo que en cuanto a las drogas ilegales es necesario descriminalizar y llevar a la reducción de consumo por la vía de la prevención. El motivo es que el balance de la lucha adelantada en los últimos 50 años muestra “que es un absoluto, un total fracaso”.
Con ese tono concluyó la última intervención pública del mandatario en Davos, quien se excusó de asistir a una cena que tenía en la noche con sus colegas de la región y cerca de un centenar de invitados. Aun así, en la agenda figuran una serie de citas con líderes empresariales y de entidades multilaterales, que sucederán hoy y el viernes.
Mientras llega el momento de hacerle un balance completo a la visita, algunas reacciones no se hicieron esperar. El analista Moisés Naím afirmó: “Lástima que el presidente Petro haya sido tan extenso en su discurso concentrado en preocupaciones válidas y una crítica tan fuerte al capitalismo, sin explicar cómo pasar a ese otro modelo que tiene en mente y que por ahora genera más dudas que certezas”.
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