Un 27 de febrero pero de 1989 el pueblo venezolano protagonizó una de las más grandes protestas callejeras contra las antipopulares medidas tomadas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, con un saldo de cerca de cinco mil muertos y otros miles de heridos por los órganos represivos.
En Venezuela hoy se recordará aquella masacre de personas humildes que protestaban por el alza de los precios y los despidos, con un día de asueto otorgado por la administración del presidente bolivariano Nicolás Maduro.
Pero, este año conmemorar el llamado Caracazo tendrá una especial connotación. Es un momento en que la Revolución Bolivariana y la inmensa mayoría del pueblo se enfrentan a quienes, con una ideología similar a la que llevó a las grandes manifestaciones populares de hace un cuarto de siglo, pretenden un retroceso histórico, una nueva Cuarta República para los venezolanos.
En alocución televisiva, el presidente Maduro anunció dos días de reflexión —este jueves y viernes— luego de los atentados neonazis que lleva a cabo la extrema derecha venezolana en algunos Estados del país. Serán momentos de reflexión sobre su política de paz, de diálogo y de continuos llamados a que cese la barbarie cometida por los pequeños focos fascistas, en donde participan paramilitares colombianos y mercenarios infiltrados en manifestaciones pacíficas.
“Estos —dijo el Dignatario— van a ser días de conmemoración que no van a ser laborables para que nuestro pueblo se incorpore masivamente a estos actos históricos de ese evento que marcó la vida de todos, marcó la vida de la patria", aseveró Maduro.
La escalada guerrerista contra Venezuela, aupada por Estados Unidos comenzó hace 15 años, cuando el Comandante Chávez asumió el gobierno ganado en las urnas. La oligarquía y la derecha entrenadas por el gobierno estadounidense mantienen una guerra no declarada contra su sucesor en un intento continuado de golpe de Estado, pero encuentra la respuesta en el Presidente Maduro y el pueblo mayoritario que lo eligió.
Desde hace varios días, el Presidente ha celebrado reuniones con distintos sectores populares que apoyan la Revolución Bolivariana, de gobernadores (incluso dos de los tres de oposición, pues el prepotente Henrique Capriles no ha puesto los pies en el Palacio de Miraflores), hasta este miércoles, en que se efectuará la Conferencia Nacional por la Paz y la Vida, un encuentro al que fueron convocados todos los sectores políticos, económicos y sociales del país, cuyo objetivo será elaborar una agenda de paz que permita consolidar la concordia y la armonía en cada territorio de esa nación de 23 millones de habitantes.
El Mandatario invitó para la ocasión a todos los sectores que hacen vida en el país a “firmar un acuerdo para renunciar a la violencia”, en un momento que analistas consideran clave para la continuidad de la Revolución Bolivariana iniciada por Chávez, y el cumplimiento del Plan de la Patria, su legado político, escrito mientras estaba enfermo, para llevar adelante al país.
Luego de la desaparición física de Chávez el 5 de marzo de 2013, Estados Unidos y sus aliados internos y de la región intensificaron la guerra contra los bolivarianos, tratando de llevar el país a una guerra interna que permitiera la entrada de una intervención extranjera a Venezuela.
Medios de prensa internacionales se han unido para desatar una campaña virulenta contra el gobierno venezolano, tergiversando las noticias o mintiendo descaradamente para crear las condiciones de condena internacional a Maduro y su equipo de trabajo.
Contra el gobierno bolivariano se ha intensificado los planes de desestabilización interna mediante una llamada guerra blanda, que comprende la economía, la psicología de los ciudadanos y la violencia fascista que dejó desde el día 12 una decena de fallecidos, centenares de heridos, y daños importantes a edificios institucionales.
No hay motivos en la Venezuela de estos días para que se repita la triste historia del caracazo. Quienes lo causaron son los mismos enemigos del proceso bolivariano, solo que en estos tres lustros de Socialismo del Siglo XXI, han desaparecido del escenario nacional las causas de los trágicos sucesos de aquellos funestos días de 1989.
En estos días de asueto llamados por el gobernante “de reflexión”, los venezolanos, especialmente los opositores causantes de la violencia neonazi, deben meditar hacia donde quieren llevar a su país, si a la paz solicitada por la Revolución Bolivariana, o la defensa por el pueblo de sus derechos conquistados, el primero de ellos la dignidad, la misma que quisieron arrebatarle al pueblo hace 25 años.
Venezuela, nunca más
Durante el Caracazo, el pueblo se lanzó a las calles para exigir el fin de las medidas antipopulares impuestas al país por el FMI, un episodio revertido por la Revolución bolivariana...
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