Analistas políticos coinciden que quien gane la intendencia (alcaldía) de Montevideo, la capital del Uruguay, deviene la figura política más importante después del presidente de la República. No es para menos, pues en esa ciudad, abrazada por un malecón muy parecido al de La Habana, reside la mitad de los 3,4 millones de habitantes de la pequeña nación suramericana.
Que el oficialista Frente Amplio (FA) continúe este año –en su poder desde 1990- con las riendas de Montevideo es una de las notas más destacadas de las elecciones para gobernadores de los 19 departamentos y 112 y alcaldes municipales efectuadas el pasado día 10.
Estos comicios se celebraron a menos de un año en que las fuerzas populares se movilizaron a las urnas para elegir al Presidente del país, luego de ocho años de mandato de Tabaré Vázquez y José Mujica, respectivamente.
La mayoría de las boletas fueron a parar de nuevo a manos de Vázquez, quien repite en la Primera Magistratura, con un 56 por ciento de aprobación, y llevando como vicepresidente al joven Raúl Sendic, hijo del revolucionario de similar nombre. Con la victoria del Frente en la primera magistratura, quedaron de nuevo abolidas las preferencias por los conservadores Partido Nacional y Partido Colorado, en esta ocasión unidos en la llamada Concertación Popular.
En un país donde el voto es obligatorio, la ciudadanía fue convocada por la Corte Electoral para escoger a los gobernadores de los 19 departamentos y 589 ediles (concejales), 112 alcaldes y 448 ediles municipales. Los resultados indican que de los dos millones 620 mil 246 empadronados, se presentaron dos millones 296 mil 830 electores (87,7 por ciento).
Aunque se le daba como favorito, el escrutinio corroboró la previsión de que el socialista Daniel Martínez, un ingeniero y exdirigente sindical de 58 años, ganara Montevideo, el segundo cargo en importancia en la geopolítica uruguaya. Su más cercano rival, el empresario Edgardo Novick, del opositor Partido de la Concertación, una coalición puntual de los conservadores Partido Nacional (PN) y Partido Colorado (PC), logró el 44 por ciento de las boletas.
Tres eran los candidatos del FA, que este año optó por darle más posibilidades de escoger a la población entre sus nominados: Martínez; la senadora Lucía Topolansky , esposa del expresidente José Mujica, y la joven médica Virginia Cardozo.
La coalición del Frente también triunfó en otros cinco departamentos importantes: Canelones, Rocha, Río Negro, Paysandú y Salto, uno más que en las elecciones del 2010.
El PN venció en 12 departamentos: Maldonado (de significativa importancia económica), Artigas, Soriano, Colonia, Tacuarembó, Durazno, Flores, San José, Florida, Cerro Largo, Treinta y Tres y Lavalleja. Mantiene las intendencias obtenidas hace cinco años.
El PC sólo ganó en Rivera, por lo que esa agrupación fue la más castigada por el electorado, y en especial su líder Pedro Bordaberry, a quien muchos califican de “cadáver político”.
También ocuparon lugares inferiores a nivel departamental, la Unidad Popular, el Partido Independiente, el Partido Ecologista, Radical Intransigente y el Partido de los Trabajadores.
Martínez, el nuevo intendente de Montevideo
La victoria de Martínez, senador desde 2010 y ex ministro uruguayo de Industria, Energía y Minería (2008-2009), mantuvo por sexta vez consecutiva que Montevideo – la capital y ciudad con más votantes de la nación- sea gobernada por el FA. Al nuevo Intendente se le considera de posición moderada dentro del izquierdista Frente Amplio.
"Vamos a gobernar Montevideo de cara y como parte de un Gobierno nacional, buscando sumar los esfuerzos, buscar complementarnos, buscando construir para poner ladrillo sobre ladrillo", dijo Martínez durante su primer discurso, cuando ya se conocía su triunfo.
En sus palabras, precisó que "ahora que el FA junto a todos los uruguayos ha logrado poner al país en el norte del crecimiento sostenido y de la redistribución de riqueza", se tiene "el deber histórico de poner Montevideo de cara al futuro, base del desarrollo de nación, para que realmente sea la capital del país más hermoso que hay sobre la tierra"
Una elección compleja
Las elecciones a nivel departamental y municipal son mucho más complejas que las nacionales.
Para elegir al Presidente primero se realizan las primarias en las que se elige a un único candidato por partido. Hay además una segunda vuelta si el postulado más votado no supera el 50 por ciento o no tiene diferencia mayor de 20 puntos sobre el segundo. Fue sobre esta plataforma que Vázquez obtuvo el triunfo en ballotaje contra Luis Lacalle Pou, el pasado 30 de noviembre.
Pero en las departamentales y municipales se observa la llamada ley de lemas (partidos), y gana el candidato más votado dentro del Partido que obtenga más sufragios.
Cada partido –según las leyes uruguayas- puede postular hasta tres candidatos a intendente por departamento, junto con su relación de ediles. Son 31 ediles por departamento, o sea 589 en conjunto. En el escrutinio se suman los sufragios obtenidos por el partido y, dentro del mismo, aquel que haya obtenido la mayor cantidad de votos es elegido Intendente.
En opinión de especialistas, en Uruguay el sistema electoral está centrado en las agrupaciones políticas. Las personas votan por los partidos y luego elige a su candidato favorito.
Uno de los cambios más interesantes de los últimos años fue el implantado durante el primer mandato de Vázquez: la Ley de Descentralización y Participación Ciudadana. Antes, la instancia de gobierno más directa era la Intendencia. Pero a partir de 2010 comenzaron las porfías por las alcaldías y concejales, en el interés de que los uruguayos fueran elemento activo en la designación de sus dirigentes más cercanos. En aquel momento se consideró municipio a las localidades con más de cinco mil habitantes, una cifra que se redujo en el 2015 a los que tengan más de dos mil.
Resultado final, aun cuando todavía falta conocer oficialmente el resultado de las alcaldías, es que el Frente Amplio crece con una intendencia más (seis), el Nacional o blancos se mantienen (12) y los colorados se hunden (con una), quizás para siempre.
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