Más de una docena de empleados de los departamentos de policía y bomberos de la ciudad estadounidense de Memphis, Tennessee, fueron acusados por la golpiza y muerte del joven afroamericano Tyre Nichols, afirmó hoy una funcionaria.
Según la Jefa de Asuntos Jurídicos de Memphis, Jennifer Sink, tras las investigaciones administrativas para determinar si algún trabajador violó las políticas internas, cuatro miembros del Departamento de Bomberos fueron imputados.
Tres de ellos resultaron despedidos (los técnicos de emergencias médicas Robert Long, JaMichael Sandridge y la teniente Michelle Whitaker) y uno suspendido, sin que quede claro cuáles son sus cargos, remarcó el canal NBC News.
También la pesquisa resultó en la acusación de 13 empleados del Departamento de Policía, aunque finalmente fueron desestimados los cargos de dos, acotó la funcionaria.
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Siete de ellos fueron despedidos, tres recibieron suspensiones y uno se retiró antes de que se pudiera realizar una audiencia, agregó Sink.
Ante la pregunta de si algún oficial que golpeó a Nichols todavía trabajaba para esa instancia, la fuente mencionó que uno de los suspendidos “colocó las manos” en las piernas de la víctima.
Cinco policías (Tadarrius Bean, Demetrius Haley, Emmitt Martin III, Desmond Mills Jr. y Justin Smith) fueron despedidos previamente y acusados penalmente por asesinato en segundo grado, dos cargos de mala conducta oficial, secuestro, opresión y asalto agravados.
Preston Hemphill y otro oficial anónimo fueron “relevados de sus funciones”, indicó la televisora.
Luego de su detención en una parada de tráfico el pasado 7 de enero, Tyre Nichols fue golpeado al menos nueve veces en solo cuatro minutos por miembros de la policía de Memphis.
Según videos divulgados, el joven fue agredido con porras, rociador, puñetazos y patadas, mientras sus manos estaban restringidas detrás de su espalda y en una grabación es posible escuchar a la víctima llamando a su madre.
Más de 20 minutos pasaron antes de que recibiera asistencia médica, y si bien fue hospitalizado, falleció tres días después a causa de las heridas.
Tras la publicación de las grabaciones, numerosas personas salieron a las calles de varias ciudades norteamericanas a rechazar la brutalidad policial, manifestar su indignación y hacer un llamado a la justicia.
RowVaughn Wells, la madre de Nichols, dijo que su hijo simplemente estaba tratando de llegar a casa cuando la policía lo detuvo.
Sink anunció que se dará a conocer más información mañana, junto con 20 horas de video y audio de la golpiza del 7 de enero.
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