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sábado, 16 de noviembre de 2024

La piedra en el camino

El triunfo electoral de Benjamín Netanyahu cercena toda esperanza de solución al drama palestino...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 24/03/2015
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Aupado por una derecha sionista que lo puso todo en las urnas, el primer ministro Benjamín Netanyahu se alzó con la victoria en los recientes comicios celebrados en el ente sionista.

 En efecto, precedido de un agrio discurso belicista y acicateado por una aparente popularidad de los sectores más moderados, el hoy repitente jefe de gobierno logró asegurarse una mayoría parlamentaria que le facilitará seguir adelante con su tradicional línea de confrontación y violencia.

Lo había advertido en sus arengas electorales al indicar “el peligro” de que la administración local fuese a caer en manos blandas que aceptasen el “chantaje” palestino de trocar tierras por paz, y que limitaran la expansión de los colonos judíos por las tierras limítrofes

Ahora, con el mazo de nuevo en las manos, un Netanyahu engallado se ha atrevido a proclamar a los cuatro vientos que mientras viva nunca permitirá  la existencia de un Estado árabe independiente, con lo que oficializó que nada más hay que hacer a veintiún años de la firma de  los vapuleados acuerdos palestino-sionistas de Oslo para el logro negociado de una solución al más prolongado y brutal de los conflictos regionales.

En pocas palabras, un total cubo de agua fría que mata de golpe toda esperanza de que, por un buen tiempo, palestinos e israelíes lleguen a concretar un plan político que ponga fin a sus diferencias.

De manera que el azuzar el miedo al árabe volvió a surtir efecto en importantes sectores internos, con el apoyo de los dineros y los medios de comunicación controlados por los grupos más retrógrados y xenófobos de Israel.

Según el activista e intelectual francés Thierry Meyssan, en un análisis para el portal digital Red Voltaire, el primer ministro sionista “ha asumido la postura de un bravucón, capaz de garantizar la seguridad pública de la colonia judía aplastando a la población palestina.”

Y en ese sentido, agrega la misma fuente, ha dado además su abierto apoyo a Al-Qaeda en Siria; atacó al Hezbollah en la frontera del Golán; y desafió al propio presidente Barack Obama al criticar ante el Congreso norteamericano, durante una reciente visita a Washington,  los acuerdos que la Oficina Oval está negociando con Teherán acerca del programa iraní para el uso pacífico del átomo.

En consecuencia, parecería que el titular sionista pretende asumir como acto de vida el transformarse en el gran renegado universal y el lanzarse de cabeza contra todas las banderas que les resulten incómodas.

Una actitud que- y volvemos con el colega Meyssan- ya fue asumida decenio y medio atrás por otro ultraderechista y racista, el jefe del régimen de Rhodesia, Ián Smith, quien cerró puertas y se dispuso a intentar conservar su dominio mediante la más brutal exclusión de la mayoría africana del país.

Quince años después, Smith debió renunciar y dar paso a la constitución del hoy Zimbabwe, con sucesivos gobiernos encabezados por la Unión Nacional Africana de Robert Mugabe.

Y, ciertamente, ese posible derrotero para Israel no está lejos de las posibilidades.

De manera que mientras los personajes más reaccionarios de la política sionista ya se rifan los puestos claves y algunos hasta afirman que esta vez se dará el escarmiento definitivo a los pobladores de la Franja de Gaza y a los combatientes árabes, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmund Abbas, sentenció que, en efecto, con la confirmación de Netanyahu en las urnas poco o nada queda por hacer en el esfuerzo por lograr una solución negociada al diferendo bilateral.

De hecho, en una reciente reunión del Consejo Central Palestino, ya se analizó la propuesta de suspender la colaboración de seguridad con Israel, antecedente de otros posibles cortes en los tensos lazos que todavía existen entre ambas partes.

Por otra parte, militares en retiro agrupados en la llamada Commanders for Israel’s Security, advirtieron que acosar y acrecentar las tensiones con los palestinos podría desembocar en una Tercera Intifada, en referencia a las  grandes y prolongadas sublevaciones populares que por dos ocasiones han hecho del Estado sionista y los territorios ocupados un verdadero infierno para las fuerzas de Tel Aviv.

Por demás, con su descarnado empecinamiento, Netanyahu ha colocado también en una situación más difícil y vulnerable el voluminoso e incondicional apoyo de Washington a Israel, al restar toda posibilidad a la Casa Blanca de asumir pretendidos “papeles mediadores” y exhibirse como activista de arreglos por lo general concebidos a manera de somníferos y evidentes quimeras.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


vangelys
 29/3/15 15:56

JAJAJAJA DE VERAS QUE EL MUNDO ESTA LOCO NESTOR..JAJAJA INCREIBLE.....TENEMOS QUE SEGUIR ESCUCHANDO A  NETANYAHU....JAJAJ..ADEMAS DE SER TAN INCREIBLE  LA INFLUENCIA DE ISRAEL SOBRE  EUA,  QUE ES EL PRIMERO DE LOS PRESIDENTES EN PARARSE ANTE EL SENADO  EN LOS EUA  A CRITICAR LA POSTURA DE OBAMA..JAJAJA QUE LOCURA...GRACIAS POR TU ARTICULO...

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