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domingo, 22 de diciembre de 2024

Haitianos merecen mejor suerte (+ Audio)

Tal parece que pocos se acuerdan de la heroicidad de Haití, un referente revolucionario en tierras del Sur, ahora al borde del precipicio...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 14/05/2023
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Protestas en las calles de Haití
En varias zonas de Puerto Príncipe, la capital, muy golpeada por el accionar de las bandas movidas por los altos pagos de los narcotraficantes para los controles territoriales

Haití, pequeña nación caribeña que comparte la isla La Española con República Dominicana, parece ser la gran olvidada de estos tiempos en que la comunidad internacional anda más preocupada por el conflicto ruso-ucraniano, el cambio climático y los tiroteos masivos en Estados Unidos.

Con un gobierno considerado ilegal, miles de muertos a causa de bandas terroristas unidas a la mafia y la delincuencia, este país debía ser reverenciado, pues fueron los haitianos quienes hicieron la primera y única revolución anticolonialista de esclavos en el mundo y el primer proceso independentista de América Latina.

Hasta 1492, la isla de Ayti era el hogar de los tainos (cuyo significado es bueno o noble), una tribu originaria del continente que luego sería conocido como América. Alrededor de un millón de indígenas vivían en cinco reinos con una economía de subsistencia basada en el cultivo y la orfebrería. 

Aquel año la vida cambió en Ayti cuando el colonialista Cristóbal Colón encontró la tierra caribeña, que rebautizó como La Española, en honor al reino de donde salieron sus barcos.

 

Todo cambió. El encuentro entre aquellos dos pueblos de visiones y culturas muy diferentes al principio fue pacifico, pero casi de inmediato adquirió un cariz violento. Los mal llamados descubridores mostraron sus verdaderas intenciones y sometieron por la fuerza a los nativos.

Pasaron varios siglos, pero en aquellas tierras ocurrió un acontecimiento que cambió la historia latinoamericana. Rebeldes, valientes, inspirados en los valores de la Revolución Francesa, los esclavos negros y mestizos criollos haitianos, se levantaron en armas y bajo la dirección de Toussaint Louverture, entre otros, iniciaron la guerra de independencia del dominio europeo.

El 1 de enero de 1804 nació la primera nación libre de América Latina

En este año, cuando pocos recuerdan el valor histórico de las acciones rebeldes, la situación tiene puntos de concordancia. Ahora Haití es colonia de naciones imperiales. Es un país invisibilizado no solo por la mayoría de los políticos de la región, sino incluso por organizaciones internacionales cuyas disposiciones caen en el vacío.

Naciones Unidas (ONU) intervino tras el terremoto del 2010 con saldo de más de 200 000 muertos y la destrucción de la infraestructura habitacional, pero sus llamados cascos azules trajeron aun mas desgracia a ese minúsculo territorio,  pues introdujeron el cólera y fomentaron el terror en la población con sus abusos contra la población, que viven aun en carpas improvisadas o al aire libre, sin protección alguna.

En  estos momentos, Haití vive una de las etapas sociopolítica más críticas de su historia reciente. No hay control alguno por el gobierno del primer ministro Ariel Henry, quien sustituyó al asesinado presidente Jovenal Moïse en julio de 2021 y cuya muerte .aun sin castigo ni autor intelectual conocido- acrecentó la actual situación.

El caos es total desde que Henry tomó el mando. Las pandillas están infiltradas en todas las comunidades, sin que haya una reacción oficialista ante la pérdida de los derechos humanos de la ciudadanía.

La Fondasyon Je Klere (Fjkl) documentó que en 21 meses bajo el actual régimen murieron de forma violenta 2 845 personas, hubo más de 1000 casos de ejecuciones sumarias, secuestros, robos, incendios, destrucción de bienes y plantaciones, interrupción de actividades económicas, comerciales, sociales y educativas, carreteras nacionales abandonadas a bandas armadas.

 

INSISTENCIA CAE EN EL VACÍO

Henry insiste en celebrar elecciones generales, pero no determina una fecha en el evidente interés de perpetuarse en el gobierno, mientras clama por la ayuda, léase intervención militar, que tampoco aparece.

Hay muy pocas posibilidades de sobrevivir en la porción oriental de La Española. Un muro separa a los haitianos de República Dominicana, cuyo presidente Luis Abinader intenta detener el flujo migratorio y responsabilizó de sus problemas al pueblo de la compartida isla.

No importa la historia común de los dos países ni la solidaridad para quienes de manera desesperada tratan de salvar sus vidas. El gobierno de Abinader se desatendió de la crisis de su vecina y tiene como meta eliminar cualquier posibilidad de emigración, aunque muchos haitianos trabajan en Dominicana.

Henry, un neurocirujano devenido premier, ha solicitado a la comunidad internacional el despliegue de tropas foráneas que, en su criterio, podrían enfrentar a las más de 200 bandas armadas en operaciones.

El portavoz del partido político izquierdista Rasin Kan pep, Camille Chambers.

afirmó en reciente conferencia de prensa que las ocupaciones – de EE.UU. y de la ONU- nunca aportaron soluciones duraderas, sino que ¨dejaron un sistema de violencia y dominación de clases responsable del caos actual¨.

Haití permanece en una espiral de violencia fomentado por los escuadrones de la muerte, instrumentos en manos de la oligarquía haitiana y de EE.UU. en especial para doblegar a los partidos y movimientos sociales, evitar un levantamiento y celebrar elecciones solo cuando convenga a la clase gobernante. Al parecer ese es el plan diseñado para el futuro inmediato.

 

BARRIOS REACCIONAN CONTRA LAS BANDAS

Henry Boisrolin, integrante del Comité Democrático Haitiano en Argentina, expuso en una entrevista de prensa que en la actualidad hay una reacción popular, en los barrios, organizados para defenderse de la actuación de los delincuentes.

En varias zonas de Puerto Príncipe, la capital, muy golpeada por el accionar de las bandas movidas por los altos pagos de los narcotraficantes para los controles territoriales, surgieron brigadas de vigilancia, ya que no cuentan con la protección del Estado. Lo más común es que cuando una barriada es atacada y llaman a la policía, esta no aparece.

Medios de prensa haitianos informaron que más de 100 bandoleros murieron a manos de las brigadas populares armadas con machetes y fusiles quitados a los delincuentes.

Sin embargo, y en opinión de Boisrolin, el gobierno le paga a la policía para que evite la reacción barrial, en tanto, dijo, en el seno de las agrupaciones progresistas o de izquierda hay sectores que desean otras soluciones, como,  precisó, si Haití viviera una situación normal, con elecciones democráticas y tranquilidad ciudadana.

Analistas de la situación haitiana insisten en que los bandidos dependen de sectores de poder, encargados de comprarles armas a través de empresas estadounidenses. El gobierno de Washington acusó a 10 familias haitianas de adquirir armas en el territorio norteño y les impusieron sanciones formales, pero sin denunciar a las empresas vendedoras. Según el diario The New York Times, se trata de más de 500 000 armas y municiones, lo que, precisó, pone en evidencia la complicidad de la Casa Blanca con Henry y las corporaciones que controlan el narcotráfico en Haití.

En abril pasado, más de 600 personas resultaron asesinadas por los grupos mafiosos, según un informe de la ONU el pasado día 9.

Desde el primer día de este año y hasta el pasado 24, se registraron al menos 818 casos de muerte violenta. A esto se suman cientos de heridos y miles de desplazados internos. Desde julio de 2021 hasta abril de 2023, 1990 personas resultaron heridas en ataques mortales en barriadas vulnerables. Para este mismo período, aproximadamente 171 000  personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Algunos se quedan con parientes o amigos, otros en campamentos improvisados.

 

VIOLENCIA SEXUAL CONTRA MUJERES E INFANTES

Varios expertos independientes de la ONU denuncian la exacerbación de la violencia sexual, y la explotación a gran escala perpetrada por bandas armadas en Haití, en particular contra mujeres, niñas y niños, en un comunicado del pasado día 10.

El personal de la ONU informó un número desconocido de violaciones en grupo, perpetradas contra mujeres y niñas, en público, frente a familiares y niños, “sin que se desplieguen los recursos suficientes para detener esta agresión, llevar a los responsables ante la justicia, proteger y compensar a las víctimas”.

En ese contexto, y con un rebrote del cólera –hay más de 41 000 casos sospechosos, un 46% de ellos menores de 14 años- cada vez son más los padres imposibilitados de llevar a sus niños a centros de salud por temor a salir a las calles, en opinión del belga Bruno Maes, representante de UNICEF en Haití.

Maes pidió la adopción más rápida de medidas de emergencia, para evitar la muerte de más pequeños que sufren de desnutrición aguda severa (DAS)  debido al agavamiento de la epidemia de cólera.

El número de niños desnutridos aumentó en un 30% en comparación con 2022, advirtió la UNICEF, en una nota publicada por AlterPresse.

Otras desgracias, si es posible, -como huracanes y terremotos- pueden suceder en la tierra de Louverture. Algunos medios comunicacionales señalan que en Haití no se puede vivir, pero aunque el tema es motivo de cierto interés en reuniones institucionales internacionales, la población haitiana, cuya historia trajo la dignidad y la libertad por primera vez al Sur de las Américas, batalla o muere en solitario, como si estuviera pagando un castigo por dar el ejemplo hace cuatro siglos.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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