La guerrilla del Movimiento 23 de Marzo (M23) prometió proseguir su retirada ordenada de los territorios que controló en el oriente de la República Democrática del Congo (RDC), una decisión importante para la distensión subregional.
El grupo armado se reunió con el expresidente de Kenya Uhuru Kenyatta, mediador de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) para la contienda en el este congoleño y trataron aspectos del actual conflicto en el oriente congoleño..
Esa contienda cerró en el 2022 con centenares de civiles muertos y miles de desplazados, y se considera una mecha dispuesta a reactivarse en cualquier instante de no resolverse asuntos de fondos y con alcance para todos los Grandes Lagos.
Kenyatta, se reunió en la ciudad de keniana de Mombasa con representantes de los rebeldes, quienes se comprometieron, además de una retirada organizada a observar en forma estricta el cese el fuego vigente.
“También acordaron seguir respetando y cooperando con la Fuerza Regional de África Oriental, que ha comenzado a tomar el control de las zonas de las que acaba de retirarse el M23”, precisó el expresidente sobre el resultado del diálogo.
- Consulte además: Variante para el este congoleño
Esa actitud de los insurgentes se inserta en un delicado cuadro geopolítico donde es evidente el deterioro de la seguridad fronteriza de la RDC, así como una espiral de serias disputas diplomáticas con Ruanda.
Autoridades congoleñas acusan a las ruandesas de respaldar al M23, lo cual rechazó Kigali, mientras denunciaba vínculos de militares de Congo Democrático con las decadentes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, lo que niega Kinshasa.
Eso es parte del debate bilateral surgió en 2013, cuando la insurgencia –mayormente compuesta por tutsi- fue derrotada, pero tomó fuerza en 2021 tras reclamar al gobierno cumplir sus compromisos con la desmovilización de sus guerrilleros.
Ahora: “Como promesa de buena voluntad para trabajar por un acuerdo en Kivu del Norte, los líderes del M23 acordaron continuar con su retirada ordenada y respetar un alto el fuego estricto”, declaró Uhuru Kenyatta sobre la retirada de la guerrilla.
En los primeros días de enero, el M23 abandonó la base militar de Rumangabo, a 35 kilómetros de la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte, cuarteles que tomó en octubre pasado, pero aún la facción no partió de otras localidades.
Los rebeldes devolvieron la dependencia castrense el pasado 6 de enero a la tropa de la Comunidad de África Oriental. Fuerza Regional (Eacrf), pero se mantienen en las cercanas áreas de Kibumba y Buhamba, lo cual genera dudas sobre sus intenciones.
- Consulte además: África: Peligro de tormenta en Grandes Lagos
Incluso algunas fuentes públicas aseguran que los insurgentes extendieron su control a lugares ubicados en dirección a Ishasha, un puesto fronterizo entre la RDC y Uganda, lo que desacreditaría sus promesas.
“En conclusión, estamos en presencia de una situación que no está del todo clara sobre el efectivo cumplimiento de los acuerdos de noviembre (último)”, explicó a la prensa Loris Cattani, misionero javeriano, conocedor del área.
Mientras avanzan los esfuerzos negociadores en la compleja región de los Grandes Lagos africanos para la solución del conflicto actual que amenaza la estabilidad, persisten obstáculos para lograr la paz.
De todas formas, la retirada del M23, aunque se percibe como un buen comienzo es solo un fragmento de una conducta necesaria en un escenario volátil, donde guerras y masacres interactuaron desde la independencia en la década de 1960.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.