Sin duda alguna la doctrina del “bravucón de barrio” practicada por Estados Unidos ha tenido que refrenarse en varias ocasiones y en 1979 la historia lo confirmó con la República Islámica de Irán
Resulta que las tensiones persisten hoy con la administración de Joseph Biden, cabeza del Partido Demócrata, pero con un proyecto político poco distinto a su antecesor el Republicano Donald Trump con respecto al tema iraní.
Desde el 2018 –cuando los estadounidenses se retiraron del Acuerdo sobre el programa nuclear de la nación persa- la irregularidad caracteriza el tratamiento del tema, y esas oscilaciones influyeron entre los demás interesados en el pacto.
El auditorio mundial observa un pulseo en el actual escenario de deslealtad global, donde la equidad permanece a la altura de las suelas de los zapatos y las presiones se identifican jurídicamente como sanciones.
Recientemente Biden “balbuceó” que Washington busca la liberación de Irán, a lo cual el presidente de ese país, Ebrahim Raisi, respondió con firmeza que hace 43 años su nación logró la libertad señaló que "a día de hoy, (decir) eso es símbolo de la arrogancia en la casta gobernante en Estados Unidos".
Detrás del debate retórico existen poderosas razones estratégicas relacionadas con un frágil equilibrio de fuerzas en el cual se deslindan polos de poder –tanto militar como económico- y su influencia política en la región del golfo Pérsico.
No se excluyen factores como la guerra en Yemen, la tenencia petrolera y el papel de punta de lanza de Estados Unidos que desempeña su carnal para el Oriente Medio, Israel, ahora con la ultraderecha reforzada de la mano de Benjamín Netanyahu.
El cuadro es complejo, pero hay ejes que definen variables: el asesinato perpetrado por efectivos estadounidenses del principal comandante iraní, Qasem Soleimani, el 3 de enero pasado, lo cual subrayó el interés de ahondar la crisis.
No obstante las fricciones entre las dos partes se centraron principalmente en el asunto del desarrollo nuclear pacifico al que Irán como país soberano tiene derecho y ha demostrado su capacidad negociadora al respecto contra las presiones estadounidenses.
“Aunque con el gobierno de Barack Obama se alcanzó un acuerdo internacional sin precedentes, un logro diplomático de la administración, con la llegada de Donald Trump el convenio declinó al no cumplirse por Washington los puntos acordados y mantener sanciones injustificadas”, acota cna.cipi.cu.
La administración Biden opta hoy por el carril del ex presidente republicano para abordar el tema persa, lo cual supone un retroceso que podría incidir hasta en los resultados de las elecciones de medio-término que definen posiciones en la Cámara de Representantes y el Senado.
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