El litio, llamado con razón el nuevo oro blanco, fue declarado como de utilidad pública y reservó para el Estado mexicano su exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento; para cortar de raíz la posibilidad de que intereses foráneos despojen al país de un metal altamente apreciado en el planeta.
En América Latina son cuatro las naciones que disponen del litio, pero en cantidades inferiores a las mexicanas. Ellos son Bolivia, Chile y Argentina. Se estima que el mayor yacimiento se encuentra en el estado de Sonora, en el noroeste del país, con 243 800 000 t del mineral del futuro.
Un día antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) enviara al Palacio Legislativo de San Lázaro la reforma constitucional a la Ley de Minería que nacionalizaría el litio, los legisladores habían rechazado la dirigida a la electricidad, la cual ponderaría las empresas petroleras estatales como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), fundada en 1948 por el general-presidente Lázaro Cárdenas.
La coalición opositora Va por México —integrada por los partidos derechistas Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), y Revolución Democrática (PRD)— boicoteó el debate con argumentos probadamente falsos, pero que impidieron el voto de las tres cuartas partes del legislativo.
De esas bancadas surgieron las quejas, en ocasiones inverosímiles, como la creación de un monopolio estatal, cuando, según el texto reformatorio, las empresas privadas obtendrían un 46 % del mercado. Un discurso sin sostén, desvirtuado con mociones ilustradas por los congresistas del oficialista partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el izquierdista Partido del Trabajo.
Analistas consideran que el único motivo real que movió a los agrupados en Va por México es la defensa de los intereses privados, que logran ganancias astronómicas debido a los términos introducidos en la Constitución Nacional por la reforma energética del presidente priísta Enrique Peña Nieto en 2013.
Para la CFE, de propiedad pública, el cambio significó pérdidas por 3 billones de pesos mexicanos entre 2016 y 2018. De ahí que el presidente López Obrador calificara de “traidores a la Patria” a los congresistas de Va por México. En su habitual conferencia matutina, afirmó: “Es triste (…) la traición de la llamada clase política porque carece de ideales, carece de principios, y lo que no suena lógico suena metálico; les interesa mucho el dinero, no tienen convicciones, no le tienen amor al pueblo”.
Pero un político de su experiencia sabe reconocer que no siempre se gana en este tipo de confrontación, y aunque la nación precisaba recuperar lo que le pertenece y le fue arrebatado por un mandatario defensor del neoliberalismo, AMLO declaró que no presentará otra reforma al sector energético, lo que corresponderá, dijo, al siguiente sexenio y así lo deberán dejar claro, especificó, los candidatos presidenciales de la contienda de 2024.
Sugirió incluso que de manera eventual pudiera ponerse a consideración de los ciudadanos la cancelación de contratos en la industria petrolera (110), entregados en el sexenio pasado, y que todavía no cumplieron los planes de inversión.
MÉXICO SE QUEDA CON SU LITIO
Solo dos horas y 15 minutos, y sin la presencia de los congresistas opositores de la coalición Va por México, que abandonaron el salón de sesiones, la Cámara de Diputados aprobó el lunes pasado con 298 votos a favor la reforma a la ley minera —ahora en discusión en el Senado para aprobación, quizás este martes 19—. El litio fue declarado de utilidad pública, por lo que, a partir de su entrada en vigor, no se otorgarán concesiones, licencias, contratos, permisos, asignaciones o autorizaciones en la materia. Además, la reforma prevé que serán consideradas zonas de reserva minera aquellas donde haya yacimientos de ese metal.
El Senado mexicano recibió este martes la propuesta presidencial de una reforma a la Ley de Minas, ya aprobada en Diputados. Legisladores de la coalición derechista Va por México abandonaron la sesión plenaria para boicotear la sesión. (Tomada de PL)
El coordinador de Morena, Ignacio Mier, sostuvo que “al nuevo oro blanco, había que blindarlo”, luego que la aprobación de la reforma se diera con los votos de ese partido fundado por AMLO y sus aliados, así como 24 de los 25 integrantes del Movimiento Ciudadano (MC).
Fuera del recinto, y mediante sus teléfonos móviles, otros 196 legisladores de los partidos PAN, PRI y PRD se pronunciaran por la abstención.
Solo hubo una reserva en lo particular durante la discusión, de parte de los morenistas, y fue para que se agregara el beneficio del mineral a otros sectores. La iniciativa —informó el diario La Jornada— consideraba inicialmente como deber del Estado la protección de los pueblos originarios durante los procesos de exploración, explotación y aprovechamiento del litio y de sus cadenas de valor. Se cambió el texto y se agregó, además, a las poblaciones y comunidades indígenas y afromexicanos.
También el proyecto enviado por AMLO el domingo pasado preveía que los minerales estratégicos fueran declarados con ese carácter por el gobierno federal, y se modificó para que sea el Estado mexicano quien decida.
Según planes oficiales, pronto comenzará la estructuración de una empresa semejante a la CFE, que manejará lo relacionado con el litio, apoyada por centros de investigación y empresas de otros países.
CODICIA POR EL LITIO
El litio es un metal que se produce comercialmente desde 1923 para usos en medicina, construcción e industria en general, pero ahora su importancia radica en que forma parte de las alternativas a los combustibles fósiles. Ya se emplea para fabricar baterías eléctricas, usadas en teléfonos móviles, placas solares y vehículos eléctricos.
Australia fue en 2021 el mayor productor del codiciado producto, al igual que en los últimos años, con 55 000 toneladas; le sigue Chile con 26 000; China con 14 000; Argentina; 6200; Brasil, 1500; Zimbawe 1200 y Portugal, 900.
La situación cambia cuando se trata de las reservas mundiales del metal, indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés). En el planeta se han identificado alrededor de 89 millones de toneladas de este recurso y de ellas el 56 % están en tres naciones suramericanas: Bolivia, con 21 millones, le sigue Argentina con 19 millones y Chile con 9,8 millones. Al denominado “Triángulo del litio” se unen en América Latina México, con 1,7 millones de toneladas identificadas, Perú con 880 000 y Brasil, con 470 000. O sea, más del 59 % de las reservas conocidas.
Esas tres naciones suramericanas poseen la mayoría de los yacimientos en salares; mientras que Brasil, México y Perú identificaron yacimientos importantes en pegmatita (roca dura) y en sedimentarios de arcillas, aunque también los hay en salinas, informó en un reportaje sobre el tema Russia Today.
Salinas Grandes, un desierto de sal en la provincia de Jujuy, Argentina (Tomada de shutterstock.com)
Ante la importancia del oro blanco para la región, cuyo desarrollo impactará en las poblaciones, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), los integrantes del “Triángulo del litio”, más México, se reunieron en el foro virtual internacional “Perspectivas del litio desde América Latina”, organizado por Bolivia. Esta cita es el preámbulo del Congreso Internacional del Litio, bajo el auspicio de la organización de la economía.
La directora de la División de Recursos Naturales de la Cepal, Jeannette Sánchez, destacó en la cita la oportunidad de América Latina con el litio. Señaló que la demanda de este recurso aumentó en 11 % anual en los últimos años y se proyecta 16 % entre 2019 y 2030.
La ministra de Minería de Chile, Marcela Hernando, refirió que las exportaciones de este recurso —con 63 ambientes salinos y potencial en 18 salares, los más relevantes en la región de Atacama— generaron en 2021 ganancias por unos 772 millones de dólares.
Argentina, según Guillermo Usandivaras, subsecretario de Coordinación Institucional de la Secretaría de Energía, indicó que su país cuenta actualmente con dos proyectos de explotación de litio, dos en construcción y 50 en exploración.
Usandivaras mencionó que en una reforma al Código de Minería, el litio pasó a formar parte de las minas de primera categoría, y pueden ser compradas por agentes privados, nacional o extranjero, vía concesiones mineras provinciales, sin plazos ni condiciones.
En su intervención, el titular de Hidrocarburos y Energías del Estado Plurinacional de Bolivia, Franklin Molina, refirió que ese país viene transitando desde hace algunos años a una manera distinta de explotación de los recursos naturales y bajo esa lógica, desde un tiempo atrás, comenzó “la transformación de su estructura económica focalizada en el plan de industrialización del litio”.
En esa nación andina se identificaron 21 millones de toneladas de litio solo en el salar l de Uyuni, el más grande del mundo, de 11 000 km2, en tanto se espera que las reservas aumenten según se cuantifique ese mineral en otros lugares.
Durante el evento, La Secretaria de Energía de México, Rocío Nahle García, explicó el proceso de nacionalización del litio en pauta, y anunció la próxima conformación de una empresa destinada a garantizar la reforma que al respecto se adoptó en la Ley de Minería.
El litio abre una nueva etapa en la economía de América Latina y en el futuro geopolítico de la región. La alerta está dada por México para evitar que los intereses del poder hegemónico empleen sus métodos de rapiña para despojar a las naciones de esta importante riqueza. El mineral debe ser nacionalizado. Estados Unidos, que sobrevive gracias a los recursos naturales de otros países, seguramente ya tiene sus planes para el litio y como apoderarse de él. Sobre todo ahora, con la crisis petrolera presente en el planeta.
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