Las fuerzas políticas de Argentina debaten esta semana en el Congreso Nacional los mejores términos de la refinanciación de la deuda de más de 44 000 millones de dólares contraída por el régimen de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la cual es considerado impagable en las actuales condiciones económicas del país suramericano.
Políticos de distintas tendencias y posiciones, incluso en el gobierno del progresista Frente de Todos (FdT), observan con ojeriza los términos del acuerdo heredado del régimen del ultraderechista Macri, un millonario que dejó como legado el endeudamiento nacional.
Esta refinanciación es para ver “como salimos de la deuda que nos dejaron”, afirmó el presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, Carlos Heller, quien aclaró que el debate parlamentario no analizará un acuerdo ya adoptado por la anterior administración.
Heller, diputado del oficialista FdT —donde hay divergencias respecto a la aprobación del documento— tiene a su cargo la comisión clave en la que será discutido el texto que el Poder Ejecutivo entregó al parlamento el viernes pasado.
A pesar de los rechazos y de las aclaraciones del ministro de Economía Martín Guzmán a los congresistas, en opinión del titular de la Comisión los argentinos fueron puestos “en una situación gravísima” por un endeudamiento “del que no quedó nada más que deuda y con un cronograma de devolución imposible de cumplir”.
En medio de la tensión que genera el posible pago, la oposición de Juntos por el Cambio (JxC), la coalición que llevó al millonario Macri a la Casa Rosada está presionando y poniendo condicionamientos para apoyar el Memorando Técnico aprobado por Guzmán y el Fondo. La idea de JxC es obligar al gobierno a pagar al prestamista internacional tal como fue pactado por el expresidente. “Dicen que hay que acordar sacando plata de donde sea y se le pague el Fondo o que explote todo”, puntualizó Heller al criticar la postura del bloque opositor que se reunió el fin de semana pasado para tomar una posición conjunta en el tema, según refirió en entrevista a Radio 10.
Economistas argentinos consideran que, en realidad, no hay gente a favor o en contra del FMI, sino que hay muchas dudas alrededor de la angustia que representa ese ente financiero, pero aun así el proyecto debe avanzar hasta ser tratado en el Senado antes de que concluya este mes y sea presuntamente aprobado.
El gobierno de Alberto Fernández está haciendo hasta lo imposible para saldar el pacto que no hizo, y que el pueblo rechaza de manera masiva por las implicaciones internas que puede dejar en la deprimida economía local.
Fernández anunció durante la apertura de las sesiones ordinarias legislativas, en referencia a las múltiples reuniones que realizó por el país para esclarecer la forma de retribución de lo que muchos consideran impagable, que el documento a discutirse contiene “el mejor acuerdo que se podía lograr”, lo que dejó insatisfecho a sus votantes e inclusive a miembros de su partido FdT.
El mandatario aclaró que no se incluirían en el documento definitivo reformas previsional y laboral, y que la economía avanzará aún con ajustes.
Fuentes allegadas a la Casa Rosada indicaron que a lo interno el Ejecutivo debatió con mucha fuerza la eventual magnitud del alza de las tarifas de luz y gas, su posible subsidio estatal y la política de segmentación de los pagos.
Este mes, el Congreso Nacional de Argentina deberá aprobar el refinanciamiento del acuerdo adoptado por el expresidente Mauricio Macri con el FMI. (Foto: Presidencia argentina)
Para tratar de llevar un poco de tranquilidad, aunque sea pasajera, a la población que sufrió los ajustes neoliberales impuestos por Macri, y luego el empeoramiento económico debido a la pandemia de la COVID-19, el Ejecutivo aclaró que cualquier subida de precios será por debajo del aumento de los sueldos y muy por debajo de la evolución de la inflación. Este punto es uno de los temas políticos más sensibles y dividió aguas entre los más cercanos al presidente y los alineados con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Máximo, el hijo de los exmandatarios Cristina Fernández y de Néstor Kirchner, este último reconocido como un héroe al plantarle cara al FMI y no pagarle un centavo de la deuda que contrajo el mandatario Carlos Menem, renunció a su liderazgo del FdT en la Cámara de Diputados por desacuerdos con el enfoque del oficialismo en las conversaciones con los acreedores. No obstante, no ha movilizado a sus antiguos compañeros contra Fernández. Solo se salió del oficialismo.
EL FMI EXIGE EL PAGO DE MARZO
Para la mayoría de los argentinos, en especial los que más se sentirán el millonario pago del préstamo del FMI, lo que hicieron Macri y su gabinete resultó una trampa para la nación. En medio de la crisis económica que vivía el país otrora uno de los más ricos de Suramérica, el régimen derechista inventó una presunta fábula que no coincide con la realidad y está dirigida a confundir y mentir para esconder sus responsabilidades.
La realidad, más allá de las opiniones del presidente Fernández y sus ministros, es que Argentina tiene vencimientos de pago de 19 000 millones de dólares este año y 20 000 millones el que viene, cifras consideradas impagables.
El partido Cambiemos de Macri realiza ahora una campaña de comunicación para reescribir la historia de la deuda, con el fin de que el exdignatario sea indultado. El argumento esgrimido es que endeudó la economía para cubrir el déficit que recibió y pagar los vencimientos de la herencia financiera dejada por el gobierno de Cristina Fernández, lo cual no coincide con la realidad.
En 2015, el también conocido como “el gato”, asumió la presidencia con una nación desendeudada, tal como el mismo reconoció. Sus funcionarios lo dejaron por escrito cuando promocionaron el país ante inversores extranjeros en abril de 2016 y luego en el folleto promocional “Argentina tierra de oportunidades”.
En ese contexto, el gobernador por el Fdt de Buenos Aires, Alex Kicillof, expresó que el mandatario derechista “puso en marcha desde que asumió un modelo de endeudamiento y fuga de capitales a través de medidas muy precisas de política económica”, como el “pago a los fondos buitre” y la llamada “bicicleta financiera”.
Y agregó que “hasta la llegada del FMI, ese ingreso de capitales especulativos financió una fuga de 46 000 millones de dólares”.
ACUSACIÓN CONTRA MACRI
Un organismo que solicita una investigación sobre la solicitud del préstamo es la Oficina de Anticorrupción (OA) cuyo titular Félix Crous, detalló la denuncia impulsada meses atrás contra el endeudamiento y sus subsidiarios.
Crous consideró que se debe “terminar con la impunidad” porque ese débito “condiciona la suerte de Argentina como nación”.
En su opinión, según declaró a la emisora AM750, las condiciones de esa entrega de dinero determinan “el hecho más grande de corrupción de la historia argentina.
”El Banco Central, como parte de la investigación, aportó información sobre quien compró los dólares y quién los exportó, porque en Argentina no se quedaron”.
Indicó, también, que “se tiene que terminar la impunidad de estos hechos porque condicionan y determinan nuestra suerte como nación, nuestra soberanía, nuestra condición de país independiente, por varias generaciones”, ya que el dinero prestado deberá pagarse mediante un bono durante los próximos 100 años.
MOVILIZACIÓN POPULAR
Sectores de la izquierda argentina, entre ellos los movimientos sociales y de derechos humanos, sindicatos y partidos políticos están convocados a concentrarse frente al Congreso Nacional el jueves o viernes próximo, según se defina el día en que los diputados voten el pacto hecho por Macri con el FMI y reconsiderado en partes por la actual administración.
En la llamada Plaza del Congreso se realizaron a partir del pasado miércoles marchas diarias, la primera de ellas convocada por actores gremiales. La segunda movilización exhorta a tomar las calles de Buenos Aires, la capital, hasta que concluyan las sesiones parlamentarias.
Con la consigna “Las deudas se pagan, las estafas no” otros funcionarios y legisladores convocaron a la movilización. Entre ellos están el director del Banco Nación, diputados nacionales, y exintegrantes de gobiernos kirchneristas.
Argentina posee una población de 46 234 830 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC). Estimados de organismos oficiales consideran que existen en esa nación suramericana 18 millones 500 000 pobres y casi 5 000 000 de indigentes, en tanto seis de cada diez niños no están bien alimentados y peligra su futuro.
Una realidad dolorosa que, según líderes sindicales, contrasta con el pago de miles de millones de dólares que Argentina está, según la óptica de Fernández, obligada a liquidar al FMI con intereses, lo que desangra aun mas a las familias de moderados ingresos.
Millones de personas sobreviven gracias a las ollas colectivas populares hechas en los barrios y repartidas entre los más pobres, algo impensable en el otrora llamado granero del mundo por su alta producción de alimentos.
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