En el último minuto de ayer, 23:59 hora del este de Estados Unidos, fue suspendido ese decreto y sustituido por el 8, que incluso es más drástico, pues en sus sanciones indica que toda persona que intente ingresar sin visa quedará vetada de hacerlo durante cinco años, por cualquier vía.
Ante ese verdadero ultimátum, decenas de miles de solicitantes de asilo llegaron a diversos puntos de la frontera desde muchas localidades mexicanas y cientos se lanzaron al agua hasta con bebés en hombros, para tratar de que el final del título los tomara del otro lado, infestado por tropas armadas resguardadas por alambradas de púas.
Aún así, muchos lograron pasar y formar filas al lado del muro, bajo intenso sol y sin alimentos, y el estrés que les produjo jugarse la vida y la de sus hijos en las aguas del río Bravo, pero con muy pocas esperanzas porque ya, al concluir las 12 campanadas de esta medianoche, quedaron bajo las prescripciones del título 8 y comenzaron las devoluciones.
La angustia y la desesperación fue enorme, pues las aplicaciones de internet, presuntamente puestas a su disposición para conectarse con los centros de migración, colapsaron o no funcionaron, y eso los impulsó a lanzarse al agua.
Lamentablemente, muchas familias quedaron divididas, una parte en territorio mexicano porque no lograron pasar las alambradas, y otras en el estadounidense, pues pudieron burlar la vigilancia y superar los obstáculos.
Lo contraproducente es que para esos casos la incertidumbre de su futuro es mucho mayor, al perder el contacto con los que quedaron en México y con los que esperan la expulsión en Estados Unidos por las nuevas reglas aplicadas por el presidente Joe Biden.
Su gobierno activó mecanismos para expulsar, lo más rápido posible, a quienes no califiquen para asilo, que supuestamente es el caso de todos los que lograron pasar porque el título 8 así lo especifica.
Si quedaban dudas, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, se encargó de despejarlas al advertir, en la hora del relevo de títulos, que “a partir de esta noche se presumirá que quienes lleguen a la frontera sin usar una vía legal no son elegibles para asilo”, y le agregó a la sentencia que pueden enfrentar “posibles cargos criminales”.
Hasta ahora, ha sido imposible saber con exactitud cuántas personas vivieron estas dramáticas últimas horas del título 42, y se dan las más diversas cifras, mínimos de 10 mil y máximo de 60 mil, pero sí es cierto que los había no solamente de América, sino también de Asia y África.
Otros datos indican que más de 10 mil fueron detenidos diariamente desde el martes por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y expulsados, pero no hay números verificados.
Se espera que en el curso de este viernes el gobierno de México informe al respecto, de la parte que le concierne, y de la actuación de sus militares, desplegados para evitar problemas y resguardar la seguridad física de los migrantes.
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