La conferencia internacional convocada por Colombia sobre la reanudación del diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana en el entorno de las elecciones del 2024 dejó claro que todavía hay muchos asuntos por resolver para alcanzar el fin propuesto y Caracas no moverá un dedo si no le devuelven sus bienes y levantan las sanciones unilaterales.
A la cita del pasado martes no asistieron ni el gobierno ni la oposición venezolanos, aunque antes hubo conversaciones con los anfitriones. Puede afirmarse que los factores más implicados replantearon sus criterios políticos, que se vienen discutiendo en otros escenarios, sin resultados visibles, por la postura beligerante y poco seria de los contrarios a la línea revolucionaria.
En el Palacio San Carlos, sede de la cancillería en Bogotá, se encontraron, invitados por el presidente izquierdista Gustavo Petro, 19 delegaciones de Alemania, Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, España, Estados Unidos (EE.UU), Francia, Honduras, Italia, México, Noruega, Portugal, Reino Unido, San Vicente y las Granadinas, Sudáfrica y Turquía. Además, el alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, declarado enemigo del proceso bolivariano.
Tanto los anfitriones –enfrascados en encontrar la llamada paz total con las fuerzas guerrilleras en activo y grupos mafiosos- como los invitados, opinaron y trataron de encontrar soluciones para el reinicio del diálogo político entre el Ejecutivo nacional y sectores de la autodenominada Plataforma Unitaria, integrada por partidos opositores.
En las palabras inaugurales del evento, seguido con expectativa por la región latinoamericana y caribeña, Petro precisó que la recomendación colombiana es la entrada de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, - grupo del que salió en 2012- pero que también incluya una reforma de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Esta acción, aclaró Petro, no significa regresar a la Organización de Estados Americanos (OEA), instancia de la que el Gobierno venezolano salió debido a las acciones de injerencia de ese organismo contra el país.
También insistió el mandatario en la confección de un cronograma para levantar las sanciones económicas impuestas a Caracas, las que fueron adoptadas por naciones y grupos hegemónicos como mecanismo de presión para conseguir, inútilmente hasta ahora, la salida no electoral del presidente constitucional Nicolás Maduro.
Petro puso sobre la mesa dos puntos álgidos del escenario del país suramericano cuyo pueblo sufre sanciones ilegales por parte de EE.UU. y la Unión Europea, su fiel seguidora, los que causan daños económicos, materiales y humanos al pueblo de esa nación que escogió como sistema el socialismo del siglo XXI bajo el mandato del fallecido presidente Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana.
Hay que andar sobre dos rieles, indicó: el levantamiento paulatino de las sanciones y la celebración de comicios el próximo año, con todas las garantías para las partes.
Esta no es la primera vez que se trata de encontrar una fórmula que obligue a la oposición a cumplir con sus pactos. Incluso, sus delegados han llegado a levantarse de la mesa de negociaciones luego de varias días, al parecer cumpliendo órdenes de Washington, declarado el peor enemigo del gobierno bolivariano.
En noviembre de 2022, por ejemplo, la Plataforma Unitaria acordó con la delegación presidida por Jorge Rodríguez, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, -documento que fue legalizado- el depósito de 3 200 millones de dólares robados al Estado gobernante.
Sin embargo, aunque ha sido increpado, el jefe de la delegación opositora Gerardo Blyde no se ha pronunciado por el pago, lo que cierra la posibilidad de nuevas conversaciones, al incumplir su palabra. ¨No hay ninguna razón para continuar un diálogo con gente sin palabra¨, reiteró Rodríguez.
Para que haya un entendimiento, y así lo hizo saber el presidente Maduro, su gobierno presentó ante la Cumbre Internacional cinco puntos a los efectos de volver al diálogo y avanzar, dijo, para que el panorama político, social y electoral transcurra en condiciones normales.
Pocas horas antes del inicio de la Cumbre, en el programa Con Maduro +, el presidente de la Asamblea Nacional, mencionó que llevaron a Bogotá, como exigencias para continuar conversaciones, el levantamiento de las sanciones ilegales impuestas desde hace siete años, la devolución del dinero secuestrado en el Reino Unido, en bancos europeos y empresas como Citgo, además de que se detengan las políticas de ataques en tribunales de Estados Unidos y la Corte Penal Internacional.
Además, hay otro tema sensible para el pueblo de Venezuela y es que las autoridades estadounidenses concedan la libertad inmediata al diplomático Alex Saab, quien puso sus empeños en tratar de quebrar el bloqueo impuesto a Caracas, el cual impide hasta la venta de su petróleo. Saab fue apresado en Sudáfrica y extraditado a suelo norteamericano, donde está encerrado en un cárcel de máxima seguridad, según fuentes de la cancillería venezolana.
Para Maduro, la reunión bogotana fue ¨una jugada riesgosa¨, y en ello coinciden analistas internacionales, pues aunque el propósito de Petro, según ha dicho, es el mejor - desde su asunción restableció unas fluidas relaciones con su vecino-, lo cierto es que los asuntos internos de las naciones deben ser resueltas por los involucrados, sin intervención de otros sectores extranjeros.
Sin embargo, de lo que trató la conferencia es de reunir en una misma sala a países y entidades de una u otra forma atentan contra la soberanía de Venezuela, además de otros que se pronuncian por el respeto a la soberanía, la independencia y la autodeterminación de esa nación y su pueblo.
RESULTADOS DE LA CUMBRE
La declaración final de la cita, informó la cancillería bogotana, tiene tres puntos clave.
Uno de ellos propone la necesidad de establecer un cronograma electoral que permita la celebración de elecciones libres, transparentes y con plenas garantías para todos los actores venezolanos.
En segundo lugar expone que los pasos acordados a satisfacción de las partes vayan en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones.
También plantea la declaración que la continuación del proceso de negociación facilitado por el Reino de Noruega en México sea acompañada con la aceleración de la implementación del fondo fiduciario único para inversión social en Venezuela.
Esta cita tendrá una segunda parte sin fecha acordada.
Entre los oradores destacó el ministro de Exteriores argentino, Santiago Cafiero, abogó por el diálogo entre venezolanos, "sin presiones externas", como la vía para una salida a la crisis de ese país. Cafiero destacó que "la democracia, los derechos humanos, la recuperación de la economía venezolana y el bienestar de su gente son objetivos perfectamente compatibles" y aseguró que ¨las sanciones y los bloqueos nunca contribuirán a ese fin".
En su intervención, Borrell sostuvo que el bloque comunitario está dispuesto a revisar las sanciones personales que tiene dictadas sobre altos cargos del chavismo si avanza "la normalización democrática" en Venezuela y hay "elecciones libres, transparentes e inclusivas".
El Alto Representante de la UE aseguró que esta "revisión" se daría porque estas sanciones "no son eternas, las sanciones no se hacen para que duren para siempre, se hacen para conseguir que el proceso de normalización democrática avance".
Acostumbrado a los distintos esfuerzos hechos por actores internacionales para que los grandes grupos de poder dejen vivir en paz a los venezolanos que libremente escogieron su sistema político en 1998 con la elección de Chávez y luego de Maduro, el gobierno de Caracas aseguró que ¨tomo nota¨ de los resultados de la Conferencia Internacional.
Poco después de que concluyera el encuentro en Bogotá, el Ejecutivo emitió un comunicado en el que reiteró la "necesidad imperante" de que sean levantadas "todas y cada una de las medidas coercitivas unilaterales, ilegales y lesivas del derecho internacional que constituyen una agresión a toda la población venezolana y que obstaculizan el desarrollo de la vida económica y social del país".
Una nota risible en el contexto la brindó el exdiputado Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente interino de Venezuela y se presentó en Colombia el pasado fin de semana. De inmediato fue obligado a salir del país, ya que no era invitado a dar su opinión previa, menos aún presencial en la Cumbre.
Guaidó tomó un avión comercial rumbo a Miami, informó la cancillería de Bogotá, un lugar donde convergen contrarrevolucionarios y mercenarios que actúan contra gobiernos progresistas de América Latina y El Caribe y donde seguramente se sentirá en las nubes.
Carlos
27/4/23 15:03
Saab no fue apresado en Sudáfrica, fue en Cabo Verde
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