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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Cuatro aspirantes, dos elecciones y un fracaso

Un país, varias historias, dos elecciones, cuatro aspirantes y ningún liderazgo. Sin gobierno desde hace ocho meses. ¡No os asombréis! Es España...

Jorge Gómez Barata en Exclusivo 10/09/2016
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Cierta vez comenté que antes de 1492 América no existía para el mundo y fui replicado: ¡España tampoco! Es cierto. Raras veces se recuerda que España y América debutaron a la vez. Los reyes católicos aplicaron al Nuevo Mundo la misma receta conque unificaron la península: las armas y la ocupación. Isabel de Castilla y Fernando de Aragón fundaron un estado, aunque no construyeron una nación. La diferencia es esencial. Los estados nacen de las naciones, no al revés.

Las nacionalidades que integran España son fruto de largos procesos históricos y culturales; mientras el estado o reino español es resultado de una empresa militar, hecho a pedazos no sólo con aportes deslumbrantes sino, también con los restos de las comunidades romanas, germánicas, godos, ibéricas, judías, árabes y musulmanas. La reconquista, no fue un episodio civilizatorio sino una empresa militar. Aquellos polvos trajeron muchos lodos.  

El colofón de la empresa que dio al traste con reinos y soberanías territoriales, culminada con la conquista del reino de Granada (1492), se representa por una coalición forjada ante el altar y en la alcoba por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, reyes católicos, cuya unión es el acta de nacimiento de España.

Aquel origen explica la andadura. España, fundado sobre una mal soldada unión de pueblos, ha sido siempre una coalición y así tendrá que ser gobernada, al menos mientras se haga en democracia. Franco lo hizo de otro modo y algunos resultados están todavía vigentes.

El sistema político de España, derivado de la transición, está aún en fase de reconstrucción. Es falso que la democracia haya debutado allí en 1975 a la muerte de Franco, lo hizo en 1931 cuando se proclamó la II República. Un buen empeño realizado en mal momento. Entonces en Europa se abría paso el fascismo, que tuvo allí su primera experiencia intervencionista. 

El golpe de estado de Franco realizado en 1936, respaldado por las potencias fascistas de entonces y la resistencia democrática apoyada por la Unión Soviética y la movilización internacional formada por casi 40 000 voluntarios de más de cincuenta países, protagonizaron la Guerra Civil.

El conflicto arrojó alrededor de medio millón de muertos y otro tanto de exiliados, y en el mismo, las fuerzas democráticas fueron casi exterminadas, imponiéndose una dictadura de 40 años encabezada por Francisco Franco que, aun después de muerto, marca con su impronta la realidad política.

La democracia española es joven, demanda tiempo y no necesita recetas autoritarias. Lo que hoy ocurre es resultado de la quiebra del bipartidismo, un suceso político cuyas consecuencias están aún por revelarse. Tal vez del actual debate nacional surja una nueva calidad, tal vez no. Hay que dar España al tiempo.

Como comentó un diario estadounidense: “Desde 1492, España siempre tuvo un gobierno (a veces, dos) pero nunca, en cinco siglos, estuvo tanto tiempo sin ninguno…” En definitiva solo queda esperar. Alguna solución habrá. Allá nos vemos.


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Jorge Gómez Barata

Profesor, investigador y periodista cubano, autor de numerosos estudios sobre EEUU. y especializado en temas de política internacional.


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