Aunque bajo la mirada aguileña de Estados Unidos, su bastión en el subcontinente con ocho bases militares en funciones, la población colombiana está dispuesta –según encuestas- a cambiar su futuro y pasar de un estado narco y fascista a uno progresista, que deje atrás una política colonial dirigida por la élite del país.
El próximo día 29, en un contexto de asesinatos de líderes sociales y exguerrilleros y de una exacerbación de la violencia, se enfrentan en las urnas figuras prominentes de la izquierda, la derecha, y aspirantes de distintas tendencias.
Cuando faltan apenas días para las elecciones presidenciales, en la nación suramericana, considerada aliada estratégica no miembro de la OTAN y denominada incluso la Israel de Latinoamérica, aparece como favorito el izquierdista senador Gustavo Petro, del Pacto Histórico, ex alcalde de Bogotá y ex guerrillero del M-19 hasta que entregaron las armas en 1990.
Petro, quien según encuestas no todas confiables, debe ganar en primera vuelta –o en segunda, si fuera necesario- junto a su postulada como vice Francia Márquez, abogada, activista medioambiental, defensora de los derechos humanos, feminista, y política colombiana oriunda del Cauca – que marca también un elemento que visibiliza a los discriminados.
Márquez viene de las entrañas de la Colombia rural. Su valentía la llevó a ganar el Goldman Environmental Prize, el Nobel del medioambiente.
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Le siguen en porcentaje favorable el derechista Federico ¨Fico¨ Gutiérrez, exalcalde de Medellín elegido por la alianza Equipo por Colombia y apadrinado por el expresidente Álvaro Uribe. Gutiérrez será acompañado como posible vice por Rodrigo Lara Sánchez.
Medios políticos consideran que los votos que antes fueron para Uribe y el ahora impopular Duque (con un 67% de rechazo popular) irán para el postulado por Equipo por Colombia. Muchos reconocen que está protegido por la sombra del exmandatario ultraderechista Álvaro Uribe, aun con fuerza en la política nacional.
Gutiérrez, exalcalde de Medellín, fue acusado de vincularse, mediante sus asesores, con grupos al margen de la ley, como la denominada Oficina de Envigado (grupo de sicarios al servicio del narcotráfico) prestamistas ilegales dedicados al tráfico de drogas y la extorsión. Con ellos, el ahora postulado trató de establecer acuerdos de gobernabilidad, que le permitieran ocupar la alcaldía fuera de presiones. Pagar para gobernar.
El tercer político con más opciones es Rodolfo Hernández, ingeniero y dueño y fundador de la constructora HG, empresa surgida en 1971. Fue concejal de Piedecuesta, en el departamento de Santander, y alcalde de la ciudad de Bucaramanga.
Polémico por sus declaraciones, Hernández, considerado muy violento, se presenta con su movimiento Lógica, Ética y Estética. El expresidente Uribe le expresó su simpatía, pero el aspirante aseguró que prefería mantenerse al margen de los partidos.
Sergio Fajardo, socialdemócrata, docente, exgobernador de Antoquia y exalcalde de Medellín, quien fuera acusado de manera formal de los delitos de peculado por apropiación y soborno fue desplazado del tercer lugar ante las acusaciones de robo durante sus mandatos.
Otras candidaturas expuestas en boletas para los comicios son las de Ingrid Betancourt del partido Verde Oxígeno con su lema Jaque a la Corrupción. y Enrique Gómez, del Movimiento de Salvación Nacional con “Salvemos Colombia”.
Analistas coinciden que la elección del próximo presidente de Colombia para el período 2022-2026, genera gran expectativa tanto desde la perspectiva de la política interna como en atención a sus efectos sobre la geopolítica regional.
A diferencia de otros países de América Latina que durante las últimas décadas tuvieron experiencias de gobiernos de corte nacional-popular o de tipo progresista, o las viven en el presente, en Colombia se presenta apenas ahora una opción política con posibilidades reales de ganar la elección presidencial.
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De acuerdo con el experto Jairo Estrada, ¨se perfila una situación novedosa y compleja en un país que ocupa un lugar estratégico por su ubicación geográfica y el rol desempeñado como referente principal de proyectos políticos de la derecha en el subcontinente, así como por la subordinación plena a la política de dominación de la principal potencia imperialista para la región¨.
De acuerdo con la encuestadora Invaer, el candidato del ¨Pacto Histórico¨, lidera el porcentaje de intención de voto con el 43,6% en primera vuelta, un 16,9% por encima de su más cercano contendiente, el candidato de derecha Federico ‘Fico’ Gutiérrez, quien para el primer enfrentamiento contaría, dijo la firma, con el 27,7% del favor de los colombianos.
La investigación demostró que, ningún candidato superaría el 50% más uno de los sufragios, el mínimo exigido para evitar el balotaje.
CAMBIO O MUERTE
La muerte es una indeseada acompañante de millones de colombianos, en especial los campesinos, indígenas y negros, amén de los ex combatientes de las guerrillas que firmaron los acuerdos de paz de 2016 y son ultimados por los paramilitares.
El próximo día 29 los más de 38 000 000 de votantes convocados reconocen que en las urnas están en juego dos modelos de país y, si ganase el actual en la persona de Gutiérrez, sería la continuidad de Duque y sus posturas uribistas. Este aspirante hace énfasis en la libertad de empresa y la iniciativa privada como un pilar del estado social de derecho en el país.
En su proyecto de gobierno, apenas menciona el Acuerdo de Paz firmado en La Habana en 2016, incumplido por Duque, cuando se trata del motor que dejaría atrás décadas de violencia.
De ahí que sea una mayoría la que sigue al candidato de la izquierda, pues Petro piensa implementar, si vence, un cambio político a favor de mayorías históricamente olvidadas, con políticas públicas y económicas que favorecerán a los mas población más vulnerable.
En su programa de gobierno la paz en Colombia es uno de los ejes transversales de su plataforma programática. ¨Desde el primer día de mi gobierno se reconocerán los protocolos que el gobierno de (Juan Manuel) Santos firmó con los Estados garantes de la Paz¨.
El senador aseguró que, si gana los comicios, iniciará el proceso de paz integral con todos los actores de la violencia y propondrá un gran pacto de la sociedad para la convivencia.
¿QUE PASARA CON EL PARAMILITARISMO?
Hace unos días Petro fue amenazado de muerte y debió suspender una gira por el país. Su pareja en la candidatura, Francia, también lo ha sido en el Cauca por lo menos, se conoce, en siete ocasiones. En lo que va de año, hasta el pasado 24 de abril, en Colombia hubo 36 masacres, con 133 víctimas y la cifra continúa su crecimiento, pues los grupos paramilitares, mafiosos o no, disfrutan de impunidad gubernamental..
En las localidades de El Aro, San Roque y La Granja, departamento de Antioquía, situada en el noroeste del país, se extendieron en 1996 las organizaciones paramilitares, también conocidas como Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) cuando Uribe Vélez fue gobernador entre 1995-1997.
Era la época en la que el país vivía una escalada del conflicto armado, marcada por las masacres de los paramilitares.
En fecha reciente, tres exempleados de la hacienda ganadera La Carolina, propiedad entonces de la familia Uribe, señalan ese sitio, ubicado en el municipio de Santa Rosa de Osos como base de operaciones del grupo paramilitar conocido como Los 12 apóstoles, activo durante esa década.
Desde noviembre de 2006, en Colombia empezó a hacerse, parcialmente público, el escándalo referido a las relaciones de políticos, empresarios, terratenientes, religiosos, industriales, comerciantes, comunicadores, organismos de seguridad del Estado y militares con las AUC.
Hace pocos días, Colombia fue estremecida a propósito del paro armado del Clan del Golfo, lo que demostró que el paramilitarismo se volvió a reagrupar y endurecer contra el movimiento nacional por el cambio democrático.
Para que se tenga una idea, la explosión de los delincuentes está vinculada a la extradición a Estados Unidos de Otoniel, jefe militar de ese clan. Con Otoniel salieron del país los miles de crímenes que han cometido y el derecho de las víctimas, de nuevo burlado. El presidente Duque desobedeció a la Corte Suprema que suspendió la extradición para que enfrentara ante un tribunal los crímenes cometidos.
La pregunta qué se hacen los politólogos es cómo actuará el próximo gobierno colombiano, en especial si gana Petro, ante esta lacra fascistoide y terrorista que opera contra civiles inocentes, incluso menores de edad, y los elementos progresistas, en especial en la Colombia profunda.
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