El reciente asesinato de 14 civiles, -siete de ellos niños- reveló la criminalidad de los grupos armados, enemigos jurados del interés oficial en cesar la violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC).
Esa acción fue perpetrada por efectivos de Cooperativas para el Desarrollo del Congo (Codeco), una de las facciones más activas en la región, donde la violencia genera hoy desamparo, fractura de familias y abandono de centenares de hogares por oleadas de desplazados internos (di) .
La masacre ocurrió en el campo de refugiados de Drapka, en la oriental provincia de Ituri, las autoridades acusaron por esa agresión a integrantes de Codeco y entre las víctimas hubo cinco mujeres de entre 25 y 32 años y una niña de dos años, según informó la Cruz Roja a la prensa.
Fuentes policiales precisaron que las víctimas fueron asesinadas con machetes y la agresión transcurrió pese al despliegue de tropas en la región nororiental. En febrero, otro ataque a un campamento de desplazados en Ituri atribuido a la misma facción armada, causó más de 60 muertos, lo que denota la inseguridad en la provincia.
Asaltos similares se intensificaron a partir de noviembre pasado y ocurrieron en un territorio que se halla desde mayo en estado de sitio y con jefes militares como gobernadores, una decisión tomada por el presidente, Félix Tshisekedi, en un intento de cesar el incremento de la actividad terrorista en esa zona rica en recursos naturales.
- Consulte además: Cambiar la historia en tierra de tesoros
Además del grueso de esas riquezas estar bajo el control de firmas transnacionales, también en el expolio general participan grupos armados y cuando a esos les escasean los recursos la emprenden contra las poblaciones civiles, a las cuales saquean y diezman como método de sustento e intimidación.
Observadores políticos opinan que los grupos armados no poseen una estrategia dirigida a derrocar al gobierno, ni tienen capacidad operativa suficiente para ese propósito, pero sus agresiones erosionan la estabilidad en el este, de suma importancia por tener fronteras con otros Estados de la región de los Grandes Lagos africanos.
En esa línea se reconocen algunos pasos dados por Kinshasa para reforzar su enfrentamiento a las bandas armadas –cerca de un centenar-, algunas en remisión como el Ejército de Resistencia del Señor (LRA), del excatequista ugandés Joseph Kony, y otras revividas como el Movimiento 23 de Marzo (M23), de cariz étnico.
Decenas de esos grupos permanecen activos en el este de la RDC en las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur, Ituri y Tanganica, entre ellos están el Ejército Patriótico por un Congo Libre y Soberano (Apcls), y la Fuerza Patriótica e Integracionista del Congo (FPIC), y otros.
Aunque esos destacamentos continúan sus acciones, menos militares y más delictivas, ahora sobresalen Codeco y las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), destacadas por sus asesinatos de civiles y que ponen en riesgo la seguridad en la zona fronteriza, así como constituyen un pesado legado de la segunda congoleña 1998-2003 .
- Consulte además: Violencia y ébola ensombrecen panorama congoleño
Tras el derrocamiento en 1997 de Mobutu Sese Seko, por las guerrillas comandadas por Laurence Desiré Kabila, estas se hicieron con el poder, pero el asesinato del mandatario nacionalista en 2001 resultó ser el pistoletazo de salida de una carrera difícil y violenta en la cual todos perdieron y creó el ambiente para la escalada de terror en el oriente de la RDC.
En el actual conflicto de baja intensidad participan facciones armadas de variadas tendencias políticas, grupos de delincuentes, milicias de autodefensa, efectivos paramilitares privados (contratistas), tropas de la RDC y extranjeras que cooperan con esas fuerzas armadas, todos interactúan en esa contienda de desgaste y de extraordinaria gravedad.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.