Las crisis creada en El Salvador por las pandillas criminales que obligaron a un paro al sector del transporte, la insubordinación de algunos militares y otros indicadores políticos permiten sugerir que tras esos actos está la mano del opositor partido derechista ARENA para desestabilizar y derrocar al gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Desde que asumió el gobierno, el presidente y excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén advirtió que no pactaría con los violentos pandilleros de los grupos Mara Salvatrucha y su rival Barrio 18, como hizo en 2012 su antecesor Mauricio Funes. La tregua hecha por el exmandatario Funes, también del FMLN, fue rota por los delincuentes, quienes arreciaron sus ataques, extorsiones y crímenes. Se estima que en el 2014 estos grupos mataron a casi 4000 personas en un conglomerado de 6,3 millones de habitantes.
Este lunes, los Mara, que tienen más de 70 000 miembros en el pequeño país centroamericano, ordenaron bajo pena de muerte la paralización nacional del transporte público, el cual fue acatado por la mayoría de los amenazados, lo cual creó el caos en las ciudades. Los nueve que se insubordinaron fueron asesinados por los pandilleros.
Este jueves, según Prensa Latina, la normalidad comienza a tomar las calles de El Salvador, pero aún se observaban medios de transporte custodiados por uniformados y millares de personas tratando de trasladarse.
Al parecer, la obligada paralización del transporte es una respuesta de los criminales al anuncio gubernamental del pasado día 17, cuando el ejecutivo divulgó un plan de seguridad para recuperar algunas localidades donde se asienta el mayor volumen de violencia. El programa denominado El Salvador Seguro contempla 124 acciones prioritarias efectuadas de manera coordinada con las Fuerzas Armadas y la policía. Los criminales trataron de medir fuerzas con el gobierno, que no ha cedido un ápice.
En abril último, las autoridades trasladaron a varios de los jefes criminales presos en el norte y oriente del país a una cárcel de máxima seguridad en Izalco, 66 kilómetros al oeste de la capital, para cortarles la comunicación con el exterior y evitar nuevos delitos. Revertir la orden gubernamental es uno de los objetivos de los pandilleros.
Esa misma semana un anuncio oficial precisó la creación de un batallón de policías especializados en el combate de las maras o pandillas, el cual trabajará en forma coordinada con otros tres batallones de reacción inmediata de la Fuerza Armada.
“Son batallones livianos que tienen 200 efectivos cada uno y la base de organización de estas unidades es el Comando de Fuerzas Especiales donde tenemos la elite de nuestros soldados”, dijo el ministro de la Defensa Nacional, el general David Munguía Payés, en entrevista con la televisión nacional.
Ese resultó un golpe duro a los delincuentes en aras de erradicar la violencia de las calles y la inseguridad ciudadana, una de las promesas de campaña hechas por el mandatario.
En mayo, en un evento empresarial, Sánchez Cerén anunció que su gobierno está desarrollando “la mayor operación contra la delincuencia realizada por la Policía Nacional Civil desde su fundación”. Anunció además que ya habían combatido 208 estructuras de pandillas y detenido a 10 000 pandilleros.
“Nuestra visión integral sobre la seguridad implica acciones de represión y también acciones para la prevención de la violencia y la rehabilitación. Bajo esta visión pondremos a funcionar en los próximos meses dos leyes: una sobre reinserción y otra sobre prescripción de pandillas”, indicó el dignatario.
LA DELINCUENCIA PIDE NUEVA TREGUA
Ante la política de “mano dura” del segundo gobierno consecutivo del FMLN, las pandillas divulgaron a principios de junio último un comunicado considerado insólito, ya que se comprometían a renunciar a los hechos de violencia, en general.
“Desde ya —dice la nota— estamos girando instrucciones de acuartelamiento a nuestras unidades, de almacenamiento de hierros y pertrechos (armas)”, indicaron las dos pandillas más peligrosas, según el El Diario de Hoy, e indicaron que la nueva tregua “es una ofrenda” para monseñor Romero (Arnulfo Arias Romero) y una muestra de “arrepentimiento y solicitud de perdón a la sociedad por todo el daño causado”.
Sin embargo, el gobierno no creyó en las bondades del texto que solicitaba también el cese de cualquier tipo de ataques contra personas de bajas entradas económicas, agentes de la autoridad y del poder judicial, entre otros, en tanto exigían un mejor tratamiento para sus líderes presos.
La respuesta oficial fue tajante: “En ningún momento nuestro gobierno está dispuesto a negociar con estos criminales. Los vamos a perseguir, los vamos a capturar y los vamos a poner ante la justicia”, enfatizó el presidente.
Aunque es habitual que las pandillas extorsionen a los transportistas, dirigentes del FMLN avizoran detrás del exigido paro otras intenciones de carácter político, en el que puede estar involucrado, según argumentan, el derechista Partido Alianza Republicana Nacionalista, que gobernó El Salvador entre 1989 y 2009, cuando fue derrotado por el FLMN.
LOS HILOS SE MUEVEN CONTRA EL GOBIERNO
Hace pocos días, un grupo de soldados encapuchados y portando sus armas se concentraron para exigir un bono de entre 250 y 600 dólares, similar a uno otorgado a los policías, confirmó un portavoz del Ejército a la prensa local, quien calificó el acto de insubordinación.
El descontento del grupo de uniformados fue aprovechado por el partido ARENA para enfrentarse en la Asamblea Nacional (Parlamento) con los legisladores oficialistas para obligarlos a equiparar las entradas de los dos cuerpos armados, aunque conocen que en estos momentos una erogación monetaria no está en los planes oficiales. Con ello tratan de crear malestar en las fuerzas militares que precisamente están al cuidado de la ciudadanía.
Las discusiones se iniciaron cuando las acciones violentas de las pandillas se recrudecieron. En los primeros seis meses de este año fueron asesinados 14 militares, 35 policías y un jefe fiscal. Según el estatal Instituto de Medicina Legal murieron de forma violenta 2 865 personas, un 57 % más que en un período igual del pasado año.
En medio de las componendas políticas, el dignatario solicitó a los partidos de oposición, en especial a ARENA “a dejar de apoyar movimientos desestabilizadores y abandonar la campaña en mi contra para provocar un golpe de Estado”.
ADVERTENCIA CONTRA GOLPE
El miembro de la dirección nacional del FMLN, Jorge Schafik Handal, calificó de golpe bien orquestado los últimos incidentes, y precisó a Telesur que algunos diputados del partido opositor ARENA “piden cosas imposibles de cumplir”. Aclaró además que el paro de transportistas promovido por los grupos Mara Salvatrucha no es aislado y que este tipo de operaciones incluye a otros círculos de la sociedad.
Medardo González, secretario general del FMLN, consideró que las últimas acciones provocadoras de los pandilleros, el llamado a crear una Comisión Internacional Contra la Impunidad y las medidas de la Sala de lo Constitucional contra las finanzas del gobierno, son parte del objetivo de la derecha de forzar la renuncia del presidente.
Según el dirigente del Frente, la coincidencia de los hechos en el tiempo no es casual y se apega a los nuevos métodos que emplea la derecha para montar golpes de estado contra los gobiernos populares.
El analista César Villalona aclaró que el ejecutivo ha logrado avances en el área económica y social, por lo cual algunos sectores derechistas buscan entorpecer de manera desesperada el proceso de cambios iniciado hace seis años con el primer gobierno del FMLN, en fase actual de consolidación.
Sánchez Cerén, quien viajó a Cuba esta semana para un chequeo de salud de rutina, solicitó al fiscal general salvadoreño Luis Martínez una investigación contra el dirigente de ARENA Jorge Velado, por invadir su privacidad.
Su petición se basa en que Martínez escribió en su cuenta en Twitter detalles del vuelo en que el mandatario viajaba a La Habana, y afirmó también que el mandatario solo regresaría a San Salvador el próximo 11 de agosto.
Así de compleja está la situación en el llamado Pulgarcito de América. Estén o no las pandillas en contubernio con ARENA, más los intentos de este partido de insubordinar a los efectivos militares, el hecho es que el fin es el mismo: desestabilizar al gobierno salvadoreño, derrocar a su izquierdista presidente y buscar el avance de la derecha en la región latinoamericana.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.