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martes, 19 de noviembre de 2024

A la rueda, rueda…

España finalmente se queda sin gobierno y debe volver a las urnas...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 07/05/2016
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En un episodio inédito desde lo que algunos califican “la vuelta de España a la democracia” tras el régimen franquista, ninguna de las fuerzas políticas nacionales convocadas por la corona pudo formar gabinete luego de los comicios generales de diciembre último, y por tanto, se hace necesario el retorno a las urnas de los electores.

Sin dudas una menuda experiencia para una sociedad que está requerida de importantes cambios, desde el enfrentamiento a la galopante crisis económica y sus coletazos sociales, hasta severas manifestaciones de corrupción entre el liderazgo oficial, o el auge de manifestaciones regionales favorables a la independencia, por solo citar algunos ejemplos que han golpeado a la nación ibérica de manera continuada y contundente en los últimos tiempos.

Lo cierto es que finalizada la disputa electoral de diciembre último, ninguno de los contendientes se alzó con el número suficiente de diputados como para formar gobierno y por tanto, las alianzas resultaban insoslayables en la concreción de ese empeño.

Algo sí estaba claro para muchos, y era la urgencia de evitar la continuidad de una administración bajo control del hasta entonces gobernante Partido Popular, PP, de derecha, y de su máximo dirigente Mariano Rajoy, aun cuando fue esa agrupación la que numéricamente logró la mayor representatividad en el legislativo en las ya mencionadas elecciones de fines del pasado año.

La propia monarquía se inclinó por favorecer el cambio de rumbo, y tras consultas con las entidades políticas representadas en las Cortes, decidió otorgar a Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, la tarea de establecer un gabinete bajo su dirección.

Comenzaría entonces para Sánchez el largo bregar en la búsqueda de consenso entre aquellas agrupaciones y  partidos de tendencia progresista o al menos moderada, tarea que chocó casi de inmediato con las recias diferencias de criterios y percepciones que cada grupo posee con respecto a la España del presente y del futuro inmediato.

Así, la concertación entre el PSOE y la agrupación Podemos, que para muchos hubiese permitido la instauración de un gobierno de tendencia diferente, no pudo ejecutarse porque ninguna de las fuerzas cedió en sus posiciones frente a temas estimados claves como: la organización del Estado, políticas laborales y sociales, y el tema del tratamiento al separatismo regional, entre otros puntos de la agenda.

Las contradicciones llegaron a tal punto, que las propias bases de Podemos, en votación sobre el particular, precisaron que no apoyarían concertación alguna con el PSOE por considerarla una entidad que  mediatizaría todo cambio realmente profundo en el país.

Por su parte Sánchez, fiel a las tendencias conservadoras que se mueven en su partido, terminó por pactar una magra alianza con  la agrupación Ciudadanos, calificada de derecha moderada, lo que hizo más tirantes las discusiones con Podemos y otros grupos de izquierda, y que finalmente no le arrendó el número necesario de parlamentarios como para concretar sus fines de establecer gobierno.

Los últimos esfuerzos del rey Felipe Sexto para tratar de salir de la parálisis institucional tuvieron lugar apenas días atrás, pero sin dudas en medio de las expectativas generalizadas de que las gestiones no lograrían resultados favorables.

 En consecuencia, este dos de mayo expiró el plazo legal para la estructuración de los poderes ejecutivos, y el monarca debió suscribir el decreto que declara disuelto el parlamento y establece una nueva ronda de votación para el 26 de junio próximo.

Ejercicio que, dicho sea de paso, ya algunos califican como la repetición de todo el drama generado desde diciembre del pasado año, toda vez que cada fuerza política parece atrincherada aún en sus criterios y percepciones, a lo que se une el hecho de que, según analistas, los votantes no parece que cambiarán mucho sus preferencias en esta nueva ocasión, por lo que los montos de sufragios no variarán en forma significativa.

Por demás, otras fuentes precisan que si bien la derecha no puede esperar en junio mayores resultados favorables dado su desgaste al frente de la nación,  la izquierda también retorna a la lid con la traza de que no parece dispuesta o capaz de limar asperezas en busca de convergencia y de intentar darle al país cierto grado de estabilidad, gobernabilidad y cambio.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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