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sábado, 23 de noviembre de 2024

A golpes con el mundo

Las elites norteamericanas de poder son las mismas ...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 01/08/2012
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Obama
Barack Obama no ha puesto fin a los conflictos en Asia Central que generó su antecesor republicano.

Escuchar a la actual secretaria norteamericana de estado, Hillary Clinton, advertir que la zona Asia-Pacífico es vital para “los intereses nacionales de los Estados Unidos”, y que en Siria la intención de Washington es crear un país sin al actual gobierno local al frente, recuerda al calco otras voces que, con diferentes disfraz político, han transitado ya por la Casa Blanca e incluso hoy se hacen sentir en los titulados medios públicos.

Se trata justamente de la reaparición en escena de la anterior jefa de la política exterior gringa, la ácida Condoleezza Rice, quien esta vez desde las páginas del Financial Times, y a tono con las ideas de la señora Clinton, recordó los parámetros de guía global que debe seguir la nación presuntamente elegida por Dios como modelo universal.

Así, la ex secretaria de estado, en un “análisis” del devenir internacional del país “meca de la democracia”, insistió ante los lectores en el hecho de que “Estados Unidos no es cualquier país, somos excepcionales en la claridad de nuestras convicciones respecto a que el libre mercado y las personas libres tienen la clave del futuro”.

Y en ese orden de cosas, la fiel compañera de equipo del ex presidente George W. Bush, el hombre de la cruzada mundial antiterrorista y la incubación y estallido de las actuales crisis productiva y financiera capitalistas, clama por hacer de la hasta ahora primera potencia mundial la guía y voz de la “disidencia” en todos los rincones del orbe, imponer el modelo de libre mercado como carril económico universal, y asegurar las alianzas que impulsen el plan supremo de hacer del imperio el dueño indiscutible de cuanto le circunda.

De manera que, bien vistas las cosas, transformar a los Estados Unidos en el pivote mundial no es cosa de un partido o de un grupo de funcionarios. El proyecto lo asumen demócratas y republicanos indistintamente, y sobran a estas alturas las pruebas que confirman esa tesis.

De hecho Barack Obama no ha puesto fin a los conflictos en Asia Central que generó su antecesor republicano. Lejos de ello, promovió a cara descubierta la destrucción del gobierno legítimo de Libia, intenta manufacturar el final de las autoridades de Damasco, aprieta clavijas en torno a Teherán un hueso a todas luces duro de roer, y santifica sus alianzas con Israel, las satrapías árabes y los grupos extremistas islámicos.

Al mismo tiempo, promueve el despliegue de su sistema antimisiles en Europa, y con ello reactiva los conflictos y tensiones de una titulada Guerra Fría que pareció desvanecerse luego de la desaparición de la URSS.

En fin, todo un programa de expansión y hegemonismo que George W. Bush casi envidiaría. Tal vez por ello, en reciente visita de cortesía a la Casa Blanca no dudó en decirle a Obama que, ante decisiones cruciales, no dejara de posar la vista en su foto personal, que ahora “adorna” la galería de ex presidentes de la casa de gobierno, a manera de segura fuente de inspiración.

Como bien escribió recientemente en la publicación Global Research nada menos que Paul Craigh, secretario adjunto del tesoro en los días del gobierno neoconservador de Ronald Reagan, el interés crucial de los círculos oficiales norteamericanos, sean demócratas o republicanos, es provocar “guerras civiles y el desmembramiento de países” como sucedió con Yugoslavia. De manera que “mientras más países pueden ser despedazados y disueltos en facciones rivales, más poderoso es Washington.”

Al mismo tiempo, afirma el ex funcionario gubernamental “la evidencia es simplemente abrumadora de que Washington —ambos partidos— apunta a Rusia y China”, en quienes identifica en esta hora a los dos más poderosos oponentes a sus intereses de dominio mundial. 

Y en esa condiciones-concluye Paul Craigh- “un gobierno de insensatez criminal en la Casa Blanca, sea demócrata o republicano…es la mayor amenaza para la vida que haya existido en el planeta.”

¿Y si ellos mismo lo dicen…porqué dudarlo?


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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