Venezuela alcanzó este 2022, con certeros movimientos políticos, y apegada a sus principios revolucionarios, importantes logros en el complejo panorama local y mundial, que permite avizorar tiempos de estabilidad social y económica en la rica nación petrolera de Suramérica.
Uno de los aspectos más descollantes de la vida interna venezolana fue la reanudación de las negociaciones con las oposiciones de ese país, reunidas en la Plataforma Unitaria, que en noviembre pasado fueron reanudadas en México, con optimismo, pero con cautela, ya que intentos anteriores fueron saboteados por la derecha interna.
- Consulte además: Oposición venezolana en zig zag (+Audio)
En Venezuela no hay una sola corriente opositora. Siempre existió la llamada extremista, aunque, y así lo demuestra el actual diálogo, hay otra rama con la que puede entenderse el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Los avances resultaron notables. Dos acuerdos parciales para la protección del pueblo venezolano fueron firmados entre las partes, en un plan de gastos humanitarios costeado con los 2 700 millones de dólares congelados en cuentas internacionales tras las sanciones de Estados Unidos (EE.UU.), principal gestor de los planes contra la Revolución Bolivariana.
Los recursos, cuando se liberen, reforzarán el sistema público nacional de salud, ampliarán y reforzarán el servicio de energía eléctrica, la atención a una parte significativa de la infraestructura escolar, y a necesidades derivadas de la emergencia climáticas, así como programas de apoyo alimentario, según anunció el Gobierno venezolano.
El camino de entendimientos es aún largo, y entre los puntos álgidos que deben tener solución durante la continuidad de estos diálogos está la liberación del diplomático y miembro de la mesa de diálogos Álex Saab, quien fuera detenido en Sudáfrica y extraditado a EE.UU. donde se encuentra encarcelado.
En opinión del presidente Maduro, según afirmó en su cuenta en Tuiter, ¨los tiempos de odio quedaron atrás en Venezuela¨ y las condiciones están dadas para que así sea.
Aún quedan varios escenarios por discutir entre las partes, que cuentan como garantes con México, Noruega, Rusia y Países Bajos, entre ellos la posibilidad de avanzar hacia un nuevo proceso electoral y un eventual adelanto de las presidenciales, que por ley deben celebrarse en 2025. Ante esa posibilidad, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela comienza a prepararse. Su candidato, anunció, será Maduro.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL A MADURO
Una de las armas de la contrarrevolución guiada desde la Casa Blanca fue el desconocimiento de la legitimidad del presidente Maduro –electo en las urnas- como jefe del gobierno venezolano.
Incluso el exdiputado de la Asamblea Nacional Juan Guaidó tuvo el descaro de autoproclamarse presidente interino del país en una plaza de Caracas. Reconocido por unas 50 naciones, Guaidó comenzó a desdibujarse ahora como figura política, aunque continúa con el apoyo de Washington, casi en exclusividad.
Dos fuertes golpes sufrió Guaidó. Uno está derivado de la necesidad de EE.UU. de limar asperezas con el gobierno revolucionario para la adquisición de su petróleo ante la delicada situación derivada del conflicto ruso-ucraniano.
Además, los últimos procesos electorales del 2020 y 2021 demostraron en las urnas que Maduro consolidó las condiciones para erigirse como el árbitro nato de la política nacional y el único líder con capacidad de traducir el nuevo marco social y económico del país a partir de los propios códigos del chavismo, frente a una oposición en proceso de mitosis, divorciada de su electorado y que continúa apelando a un discurso ya desgastado.
Con ello, Estados Unidos se vio forzado a aceptar que la campaña de máxima presión y el eslogan de ¨todas las opciones están sobre la mesa¨ habían fracasado, Guaidó incluido.
En ese contexto, el auto-nombrado ¨presidente interino¨ vio derrumbarse su principal apoyo político y logístico en Latinoamérica cuando la derecha colombiana fue derrotada en las elecciones presidenciales de este año, con la victoria del izquierdista Gustavo Petro.
El exalcalde de Bogotá adoptó inmediatas medidas de acercamiento con el gobierno caraqueño, restableció las relaciones diplomáticas quebradas por el acoso del exmandatario Iván Duque y sus socios en la región a la Revolución Bolivariana. Los nuevos embajadores en las dos capitales fueron designados, Petro se reunió con Maduro, se reabrieron las fronteras y cayeron de un mazazo los planes contrarrevolucionarios que desde Colombia tenían a Guaidó como líder.
El reconocimiento internacional a Maduro fue también notable este año. Aun cuando siempre fue respetado y reconocido como el presidente legítimo de Venezuela por la mayoría de los gobiernos actuantes, este 2022 su presencia y su oratoria en foros internacionales, como la COP 27 en Egipto, demostraron su altura de estadista y su fortaleza política para conducir a puerto seguro a su país víctima del odio de la mayor potencia mundial.
En el entorno de la COP 27, Maduro se reunió con sus homólogos de Francia y Portugal, y otras figuras de renombre mundial. Contactos bilaterales que indican los ritmos de la desarticulación de la presión internacional en su contra, elevada durante años por las administraciones estadounidenses.
PETRÓLEO APRIETA
Parte de los acuerdos entre el Ejecutivo y el ala de la oposición que promovió el paquete de sanciones contra su propio país, se tradujo en la firma de nuevos contratos entre la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la estadounidense Chevron, algo impensable en los últimos años.
EE.UU. aplicó sanciones contra la industria petrolera venezolana y sus empresas filiales desde hace mas de una década, lo que causó la caída de la producción de manera importante,
Las medidas de Washington también impactaron en las empresas multinacionales con negocios en Venezuela, obligadas a paralizar sus labores, finalizar sus actividades o, en la mejor de las situaciones, depender de autorizaciones limitadas tanto de Washington como de la Unión Europea, también con una postura negativa contra el gobierno y el pueblo venezolanos.
El pasado 5 de marzo llegó a Caracas una delegación encabezada por Juan González (colombiano y asesor del presidente Joseph Biden para América Latina) a reunirse con Maduro y analistas coinciden en que el cambio de postura está también muy relacionada con el déficit de petróleo ocasionado por la operación especial de Rusia en Ucrania iniciada en febrero último.
Además de las medidas internas adoptadas –como la Ley Antibloqueo a mediados de 2021 y cuyos resultados fueron perceptibles este año- el gobierno emprendió una actualización doctrinal de la economía política del chavismo, en la que incorporó el pragmatismo de la negociación con el sector privado y la agilidad táctica de abrir espacios de acumulación de capital particular, lo que contribuyó al fortalecimiento de la estabilidad política.
Este año termina de manera positiva para Venezuela. El próximo también dará fe de la que la Revolución Cubana sigue firme y en el camino apropiado para su continuidad histórica.
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