Cuenta Myriam Acevedo, actriz cubana que encarnó en 1960, bajo la dirección de Francisco Morín, el personaje protagónico del clásico teatral La ramera respetuosa, del filósofo y dramaturgo Jean Paul Sartre, que el comandante en jefe, Fidel Castro, era un gran admirador de esa obra. Durante una presentación de la pieza en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, Fidel formó parte del público y dijo sobre la puesta: “La exposición del problema racial en La ramera respetuosa está mejor resuelto, y expuesto, que en cualquiera de mis discursos. Esta obra debe llevarse a cada rincón de Cuba. Debe verla el pueblo entero”.
Varios años más tarde, un arriesgado director ha asumido el reto de llevar nuevamente a escena La ramera respetuosa, desde una mirada cercana a estos tiempos. Con Fíchenla si pueden, Carlos Celdrán, director de Argos Teatro, se reafirma en su posición de aportar nuevas miradas a obras conocidas. En esta oportunidad, la actriz protagónica es Yuliet Cruz, reconocida por su trayectoria en cine, teatro y televisión. Con ella conversó Cubahora, por lo que les ofrecemos detalles.
—Hasta el momento, ¿cómo ha sido la acogida de la obra?
—Argos Teatro tiene mucho público y cada vez que estrena una obra hay mucha gente a la expectativa. Para mí, ha sido muy tenso el trabajo hasta aquí, un esfuerzo titánico. La obra se montó en dos meses, se trabajó febrero (durante dos semanas de febrero, tres veces a la semana, y las últimas semanas se trabajó la semana entera, y todo marzo). Fue muy intenso cada día y realmente llegué a límites de estrés muy grandes.
“Hubo muy buena aceptación del público. Es una obra que trata un tema muy polémico, no solo el racismo, estamos hablando de la intolerancia en todos los aspectos, las presiones del poder, y el compromiso cívico que cada uno de nosotros tiene en un momento determinado. De eso va la obra, y lo que más me ha llamado la atención ha sido la aceptación que ha tenido por parte del público de la calle, ha sido increíble”.
—Cuando representaste tu personaje Luz Marina, mucha gente se quedó impactada y lo ha valorado como una de tus mejores actuaciones. Esta obra también es compleja, ¿cómo fue ese reto de encarar a Lisy?
—Luz Marina es un personaje difícil, pero no se parece en nada a Lisy. Sartre no es solamente dramaturgo, es un pensador y un filósofo, y cuando te encuentras un personaje como este, te das cuenta de que aparentemente no pasa nada, pero cuando lo empiezas a interpretar todo resulta muy complejo. Este ha sido, quizás, el personaje que más trabajo me ha costado. Es de pequeños detalles, y trabajar esos pequeños detalles es precisamente lo que hace grande una actuación.
“Quiero decir, cuando uno crea un personaje, uno analiza su comportamiento y psicología. Trabajar sobre estos aspectos es extremadamente difícil; o sea, tú tienes rasgos generales dentro de la psicología, pero están las particularidades, los rasgos pequeños, que es lo que permite que esa persona sea diferente al resto del mundo. Encontrar eso, hacerlo, y que se repita cada noche, es una cosa de locos, y eso es lo que me fascina de la actuación: bordar minuciosamente un personaje, al punto de que a nadie le quepa la menor duda de que es un ser humano. El que conoce de la materia sabe que es muy difícil. El gran reto mío es tratar de lograrlo, llevarlo a fondo. La actuación es una técnica difícil por esta misma razón. En Cuba hay grandes actores, hay quien la tiene más consciente, otros no y les sale fácil, pero nosotros hemos tomado como un estudio del grupo buscar a fondo este tipo de aprendizaje”.
—¿Cómo lo logras tú en particular? Cuando tienes un personaje que es un reto tremendo, ¿cómo empiezas a buscarte y a encontrarte también en él?
—Lo primero es que el director me diga qué es lo que quiere, lo segundo es leer. El momento para mí más importante es la lectura, el tiempo de lectura y de trabajo de mesa que tenga con el director y con el equipo. Cuando eso sucede, comienzas a ver cómo el personaje se comporta dentro de la escena y, a partir de ahí, cuando te subes a escena, es empezar a tratar de buscar reacciones que solo tendría ese personaje.
“Ante el miedo, dos personas pueden reaccionar distinto, lo interesante es buscar cómo reacciona ese personaje, dentro de ese terreno tan amplio. Entre párrafo y párrafo, letra y letra que te propone el autor, hay espacios donde viene lo que el director ve y lo que el actor siente. A partir de todo eso es que se empieza, como un dibujante, a pintar un lunar, por ejemplo, pero todo a nivel psicológico.
”Yo creo que esta manera de trabajar es la que se impone en el mundo. Ya no estoy hablando de resultados ni de lo que propongamos en la estética o el trabajo individual del grupo, estoy hablando de la rapidez. El mundo va muy rápido y hay un punto donde ya tienes que poner la obra. Tiempo es dinero, y hay que trabajar rápido, eso es un entrenamiento que con el tiempo todos vamos a tener que tomar”.
—¿Cómo ha sido el trabajo con Celdrán?
—Muy intenso. He tenido suerte, porque toda esa inquietud mía de analizar psicológicamente a fondo y mi obsesión de buscar la lógica de por qué pasa cada cosa, acción-reacción, se topa con que di con el grupo adecuado.
“Si hay algo que tiene Celdrán en su poética, como director, es que el actor se siente en el espacio ideal, las puestas son montadas a partir de lo que proponen, resuelven, se mueven…
”La maravilla también de Celdrán es contextualizar el texto. Hay un trabajo de dramaturgia, un trabajo de concepto de dirección. Eso, en Fíchenla si pueden, fue una maravilla, así mismo como lo hizo en Enemigo del pueblo: buscar puntos no comunes con nuestra sociedad, con nuestras inquietudes a planos personales. El trabajo más fuerte, ya cuando uno tiene el texto en la mano, es buscarle el lazo a esa historia y traerla para acá.
”Cuando traes esa obra a esta época y puedes cuestionar unos cuantos puntos de esa sociedad que ahora mismo no están bien a la luz, pero que a nivel particular le pueden estar pasando a mucha gente, estamos en presencia del gran mérito que tiene Celdrán en el teatro. Luz Marina fue un riesgo. Fue interpretado antes por Verónica, Isabel Santos… Era un riesgo tan grande traer a Luz Marina a la época del Periodo Especial y quitarle esa cosa lastimera, ese sufrimiento y agonía.
”Un personaje puede tener muchas caras, el actor debe elegir entre las opciones de un personaje para interpretarlo. Lo importante está en decidirse por un camino que sea el que permita que esa persona sea auténtica. Por ejemplo, tú puedes decir: “No es para nada lo que me había leído, sin embargo, no deja de ser Luz Marina, no deja de ser lo que Virgilio propone, no deja de hablar del sufrimiento de una mujer que vive para su familia, de una sociedad que se consume en la nada, en que no pasa nada?”.
—De todos los personajes que has hecho, tanto en el cine como en el teatro, ¿cuál de ellos lleva más Yuliet por dentro?
—Si te digo que no le he dado de mí a todos los personajes, te estaría mintiendo. Todos los personajes que yo he hecho han llegado a mi vida en momentos muy peculiares, por una razón u otra han sido una tabla de salvación para mí. He tratado, en la mayor medida que pueda, de darle mi mayor parte. Es mi oportunidad de poder expresarme, desahogarme.
“No siempre uno tiene la oportunidad de pararse delante de tanta gente y decir lo que siente y padece. La actuación te permite eso: le das una parte de ti a esos personajes. En cada uno de ellos he puesto mucho de mi vida, de mi familia y de mi madre. Luz Marina es mi madre, pero también soy yo. Cada personaje me ha salvado en algún punto de mi vida. Hay una cosa mágica ahí que es lo que me ha hecho querer tanto esta profesión”.
—¿Te aburres de actuar?
—Es complicado, porque generalmente uno se resiste en algún punto a entrar en esa dinámica de dolor sistemática. Es un ejercicio. El público nunca es el mismo, y lo único que puede salvarte de eso es dedicar todos los días la función a algo o alguien especial, o sencillamente decir: hoy me dedico la función a mí. Hay que ir buscando motivaciones, esa es la vida.
“Mientras más repites un guión en la puesta, más empiezan a salir cosas nuevas, porque la tensión no te permite viajar con tanta tranquilidad y facilidad dentro de las emociones. Cuando ya todo está tan seguro, llegas a decir que no importa lo que viene más adelante, yo solo estoy aquí y lo hago…
“Los primeros fines de semana son muy tortuosos, precisamente por esto, porque nunca llegas a estar totalmente despojada de los nervios ni despegarte de la dinámica del público. El público es tan maravilloso, pero al mismo tiempo tan invasivo… A eso le sumas que no puedes coartarle la necesidad de expresarse como quieran: está el que decidió ir al baño a mitad de la obra, y se levantó y va sonando sillas; y está el que, en el medio de la función, conversa como si fuera la sala de su casa”.
—¿Te gusta más el teatro o el cine?
—Son dos cosas distintas, pero disfruto tanto hacer cine, también disfruto hacer teatro, la parte que no me gusta es esta de los nervios, que no acabo de acostumbrarme. El cine me encanta porque queda, y cuando vas a grabar una escena sabes que es la única oportunidad que tienes de dejarlo todo ahí. No es lo mismo en el teatro, que en un instante lo haces, y ese instante se quedó en la memoria de algún espectador que fue ese día. Me gustan los dos, la televisión me gusta también, pero creo que necesitamos mejores guiones y condiciones, para hacer que los procesos no sean quizás tan engorrosos.
—¿Qué puedes adelantarnos de la película en curso, Conducta, de Ernesto Daranas?
—Yo creo que la película puede gustar muchísimo, todos los niños son maravillosos. La historia de Armando atrapa muchísimo. Vi la película grabada, a mucha gente que la ha visto le ha gustado. Será muy emotiva, pues se aborda el tema de la infancia desde esa óptica de familias que no funcionan, de niños que se ven de frente con la situación económica, otros con la política…
“A mí, desde el primer momento que me leí el guión, me encantó. Yo creo que será muy impresionante la reacción del público con esa película. La fotografía es muy buena, el guión de Daranas, la actuación de todos los actores… Esos niños trabajaron jornadas largas de trabajo, pero yo creo que valió la pena, y va ser muy buena plataforma para todos realmente. La película va a gustar mucho”.
Yuliet Cruz durante su actuación en la obra "Fíchala si puedes"
Yuliet Cruz durante su actuación en la obra "Fíchala si puedes"
Yuliet Cruz y el elenco de la obra "Fíchala si puedes"
@alfredoBM
24/4/13 8:34
Me parece que la actriz Yuliet Cruz es una de las mejores actrices que tiene nuestro pais, por eso para ella muchas felicidades
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