A la joven productora Yamila Marrero le interesa contar historias potentes, provocativas, indagar en nuestra realidad social, sus temáticas y protagonistas. Pero, más recientemente, también se ha enfocado en trabajar en obras de y con mujeres, para representar la figura femenina en la cinematografía cubana. Asimismo, con sus actuales proyectos busca hablarle al público acerca de sujetos poco abordados en el audiovisual, como los adolescentes y las personas de la tercera edad.
Con móvil, calculadora y agenda, la graduada de Historia del Arte espera a que la situación epidemiológica de Cuba mejore para continuar trabajando en sus proyectos, los cuales le enamoran por múltiples razones.
- ¿Qué has hecho, últimamente, desde Wajiros Films?
- En los últimos meses mi trabajo en Wajiros, sobre todo, estuvo centrado en continuar el Varentierra, evento de co-working audiovisual que tuvo su primera edición en diciembre pasado y el cual no pudo celebrarse todo lo grande que soñábamos producto de la COVID-19.
No obstante, durante el mes de marzo establecimos un contacto más sistemático con los proyectos para darle seguimiento al estado de los mismos. Poco después, en abril, realizamos encuentros presenciales un tanto peculiares, pues cada proyecto se citó a una hora precisa y hubo menos asesores que en ocasiones anteriores para cumplir con las medidas higiénico-sanitarias.
Así y todo contamos con la participación de Fernando Pérez y Amílcar Salatti, a quienes se les sumó para asesorar a los documentalistas el director de cine Armando Capó Ramos.
Más allá de coordinar Varentierra, Marrero asesoró la producción, de forma individual y personalizada, de cada uno de los proyectos. Analizó, principalmente, sus carpetas de trabajo para madurar más las ideas contenidas en ellas y también los guiones. Y es que su mayor interés consiste en ayudar a los creadores a que sus proyectos estén en mejores condiciones a la hora de pedir financiamiento u otro tipo de ayudas en especie, según sus palabras.
A su vez, participó en la preparación, coordinación, rodaje y posproducción de En set —aunque en esta última etapa estuvieron más presentes Deymi D'Atri e Ivexi Arencibia, directora y productora, respectivamente, en Wajiros—.
“En set es un proyecto que deseábamos fuera más extensivo a otras especialidades y tuviese una segunda temporada, como se hace en formatos televisivos y de los nuevos medios. Pero, por diferentes cuestiones, incluido el coronavirus, este será un sueño a futuro”, señaló Marrero.
“Nos encantaría filmar, también, clases magistrales sobre dirección de arte, maquillaje, diseño de vestuario, música para el séptimo arte, legalidad, efectos especiales y visuales y otros procesos que hacen que las películas ganen en calidad artística y tributan a la formación de estudiantes de audiovisuales. Porque al conocer dichos procedimientos se entiende mejor cuál es el momento más oportuno para enmendar algo en un filme. Por ejemplo, no necesariamente hay que esperar a la posproducción para solucionar ciertos asuntos que podían haberse solucionado en rodaje”, comentó.
-¿Cómo fue trabajar con otras generaciones en En set?
-Fue un proceso muy lindo, pues teníamos a dos generaciones con dos modos de producir y acercarse al cine (desde la industria y desde lo independiente) confluyendo e intercambiando sus puntos de vista. Entonces, pudimos ver las coincidencias y las mejores formas de llevar a cabo películas, y a la vez estas cápsulas, que tendrán como espectadores meta a estudiantes del ISA y amantes del audiovisual en general.
La labor con los estudiantes resultó muy educativa y formativa para todos nosotros, al igual que gratificante. Y es que, pese a que las filmaciones no tuvieron quizá un acabado visual más profesional, lo interesante era ver cómo estos jóvenes se enfrentaban a determinadas tareas y equipos.
La polivalencia y la superación profesional fueron elementos claves que sumaron a estos muchachos a la familia de Wajiros Films. Y fue muy bonito asesorarlos, nutrirlos, conducirlos y dejarles encargarse del rodaje y la edición de estas cápsulas.
- ¿Cuál es el estado actual de Romerías, la utopía?
- Ya concluimos Romerías, la utopía, un largometraje documental dirigido por Carlos Gómez y Manuel A. Rodríguez Yong, CEO y productor de Wajiros, respectivamente. Esta obra fue realizada en coproducción con i4Films, colectivo audiovisual encabezado por Inti Herrera y Reymel Delgado, junto al cual también fui la productora. La película ya está terminada y puede iniciar su camino por muestras y festivales nacionales y extranjeros.
- ¿Cuáles otros proyectos te ocupan en la actualidad?
-Ahora mismo espero —como muchos— que la situación de la Isla mejore para ir a Oriente y comenzar a filmar mi documental Camino a Cuba, proyecto ganador del Fondo de Fomento del Cine Cubano recientemente. El mismo contará con la dirección de Lenia Sainiut, realizadora de la Televisión Serrana que me invitó a acompañarla en su primer largometraje.
Este filme me tiene muy contenta, porque tengo una experiencia de trabajo anterior en la Sierra, me gusta muchísimo la historia, sus personajes y las geografías y aristas que muestran de nuestro país.
Además, me encanta el sentido tan humano de Lenia como realizadora y como persona. Y esto último es muy importante debido a que, con los años, uno va aprendiendo que no solo el trabajar con gente talentosa y en proyectos que te apasionen es lo que vale, sino también el hacerlo con buenos seres humanos, con los que te sientas a gusto y te retroalimenten. Esas cosas al final, lo creamos o no, se reflejan en la pantalla.
Camino a Cuba gira alrededor de cuatro sujetos que están conectados por los caminos. Uno de ellos es un cubano que vive fuera, trabaja en una emisora de radio en Miami y, cada vez que viene acá, recopila objetos símbolos de cubanía para él. Porque su idea es repatriarse en algún momento de su vida y adornar su hogar con estos.
También tendremos a una mujer que vive en la Sierra Maestra y se dedica a hacer caminos en medio de una naturaleza que, para esa labor, puede tornarse hostil y requerir de mucho esfuerzo físico. Ella vive como en el mito de Sísifo, en un ciclo que nunca termina y sirve como metáfora del esfuerzo inútil del hombre.
Asimismo, otro personaje es el de Miguel, un artista cienfueguero que crea estatuas vivientes por toda la Isla. También tenemos a un señor mayor que recorre un montón de kilómetros en caminatas históricas, peregrinajes que para él funcionan como homenaje a figuras con las cuales trabajó y al proyecto social en el que cree. Todos estos roles son conectados por el cubano residente en el exterior.
De igual manera me encuentro inmersa en Toda una vida, ópera prima documental de Deymi D'Atri, con producción de Luis Alberto García y mía. Se trata de un proyecto que Deymi ha venido filmando desde hace algunos años y que aborda temas familiares y sociales imprescindibles.
Por otra parte, estoy desarrollando dos guiones de largometrajes de ficción de Amílcar Salatti. Uno de ellos se titula, hasta el momento, El último, y constituye el proyecto con el cual ganamos el Programa Ibermedia en la categoría de Desarrollo y el premio al mejor guion en el festival de Gibara de 2019; competimos en el concurso oficial de guiones inéditos del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en 2020; así como fuimos seleccionados para el Mercado de Coproducción del Festival de Cine Global Dominicano.
Igualmente, nuestro guion fue seleccionado para el Taller Iberoamericano de Desarrollo de Ideas que se efectúa en Madrid (España) y es auspiciado por la Sociedad General de Autores y Editores e Ibermedia. Este filme es la ópera prima de Yoel Infante como director y aborda la existencia de Orlando, un hombre de avanzada edad en el ocaso de sus días que se resiste a vender su apartamento a Diago, quien planea convertirlo en un próspero emprendimiento para turistas.
Por otra parte, estoy produciendo otro largometraje que se llamará Conejo negro, dirigido por la actriz Yaremis Pérez, que sería su primera película como cineasta y contará el inesperado incidente que le sucede a una adolescente que la lleva a acercarse más a su padre.
Para acabar, te cuento que estoy enamoradísima de un corto de animación titulado Bu, el cual es llevado adelante por Allpa Studio, enfocado en la supervisión y diseño de VFX, colorización y animación. Fue fundado por Daniel Alemán y lo integran, además, Daniel Reyes y Amed Bueno, quienes cumplen con roles vitales dentro del cortometraje y lo han dotado de una visualidad muy acabada siguiendo estándares internacionales. Además de Sheyla Pool en la dirección de sonido.
Bu dura tres minutos y cuenta la relación de dos hermanos, Kevin y Ana, mientras juegan en un árbol convertido en casa durante una noche de tormenta.
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