Teatro América: espacio del jazz y las variedades musicales

En la intercepción de las calles Galiano entre Neptuno y Concordia, del habanero municipio de Centro Habana, se alza un impresionante edificio de estilo Art Decó. Me refiero al cine teatro América que arriba a 80 años de su fundación. Fue inaugurado el 29 de marzo de 1941 con capacidad para 1750 espectadores. En su momento constituyó uno de los más grandes de su tipo construidos en Cuba.

Se debe a los arquitectos cubanos Fernando Martínez Campos y Pascual de Rojas el diseño de un complejo constructivo que incluía cine-teatro, restaurante-cafetería y una torre con 67 apartamentos de lujo.

Este edificio de diez pisos, considerado uno de los rascacielos de La Habana de los años 40, tiene referencias ineludibles al Rockefeller Center por la sencillez de sus líneas verticales en el cuerpo superior, que contrastan con la marcada horizontalidad de la marquesina en la fachada.

Una vez que se penetra en su vestíbulo principal se aprecia en el suelo una bóveda con la representación del hemisferio occidental rodeado de los signos del zodiaco. Tanto allí como en los aledaños salones de espera, decorados sobriamente dentro de las líneas del más estricto Art Decó, de inmediato se recuerda al Radio City Music Hall, de los Estados Unidos.

La sala de espectáculos del América, como popularmente se le conoce, está cubierta por una sucesión de bóvedas en forma de concha que continúa hasta la cubierta del balcón donde llaman la atención las estrellas y la luna del techo, las cuales dan la sensación de que se disfruta de un espectáculo a cielo abierto.

En su escenario se produjo el debut en la Isla de Pedro Vargas, El tenor de las Américas. También desfilaron por él figuras de la talla de Pedro Infante, Rita Montaner, Esther Borja, Rosita Fornés, María de los Ángeles Santana, Lola Flores, Zenia Marabal, Elena Burke, Orlando de la Rosa, Benny Moré, Bola de Nieve, Toña la Negra, Sara Montiel, Josephine Baker, Los Chavales de España, Chucho Valdés y Juan Formell.

Cuentan los cronistas de la época que cuando Libertad Lamarque terminó su presentación en el teatro fue trasladada en hombros, por sus fans, desde el escenario hasta el cercano Hotel Lincoln, donde se encontraba hospedada.

A partir de 1991, se caracteriza, definitivamente, como el Teatro de Variedades de La Habana. Hace poco más de una década devino Unidad Docente formadora de bailarines de teatro musical adscripta a la Escuela Nacional de Arte y al Consejo Nacional de Artes Escénicas, y desde su sede se organiza cada cinco años un evento teórico para reflexionar sobre el musical en Cuba.

A lo largo de su historia, ha acogido también, de manera habitual, al espectáculo humorístico La esquina de Mariconchi y ha sido sede de festivales, concursos, temporadas danzarias y circenses, eventos relacionados con el respeto a la diversidad sexual y otros donde se promueven figuras relevantes, así como los nuevos talentos locales de disímiles manifestaciones artísticas.

Un capítulo aparte merece la presencia del coliseo habanero en el audiovisual. A raíz de la celebración del Festival Internacional Jazz Plaza en enero del 2019 el teatro que dirige Jorge Alfaro Samá devino subsede de la cita anual. Eso sirvió de motivación al músico, compositor y productor musical Alejandro Mayor para realizar una serie de audiovisuales que muestran la presencia de ese género en el América. Así nació el espacio televisivo Jazz Plaza en TV, transmitido por el Canal Clave y que tendrá nuevas temporadas.

Además, con A Mayor Producciones Audiovisuales el realizador dirigió el documental Jazz en el América, presentado el pasado año durante el Festival, y ahora cuenta con un canal de YouTube que propone una interacción efectiva entre músicos y públicos.

En ocasión del aniversario 80 de la fundación del América la dirección provincial de cultura está publicando durante la jornada de hoy en sus redes sociales un grupo de cápsulas que recoge parte de la historia del coliseo.