El 31 de julio de 1847 nació en La Habana Ignacio Cervantes Kawanagh, considerado como uno de los padres del nacionalismo musical cubano y gran virtuoso del piano. Este compositor y pedagogo desde niño evidenció grandes aptitudes artísticas que fueron tempranamente encauzadas por su padre.
Cervantes pertenecía a una distinguida familia habanera y su progenitor era un gran aficionado a la música. Por eso introdujo a su hijo en las lecciones de solfeo, teoría de la música y elementos del piano. Tiempo después continuó sus estudios con Juan Miguel Joval y, a partir de l859, se convirtió en discípulo del compositor y renombrado pianista Nicolás Ruiz Espadero.
Fue el compositor Louis Moreau Gottschalk quien convenció al novel Cervantes para que matriculara en el Conservatorio Imperial de París. En Francia cursó estudios entre 1866 y 1870, bajo la guía de los maestros Antoine François Marmontel y Alkán.
París resultó una verdadera fiesta para el joven pianista cubano. Tenía solamente 19 años cuando obtuvo el Primer Premio Especial por su interpretación del Quinto Concierto de Herz.
Dos años después se alzó con los premios de Composición y de Armonía. Esos lauros le permitieron actuar en la casa del compositor italiano Gioacchino Rossini. Luego intentó presentarse al concurso Premio de Roma, pero fue rechazado por su condición de extranjero.
A partir de entonces, Cervantes ofrecería conciertos en varias ciudades de Europa donde acompañaría a cantantes como Cristina Nilsson y Adelina Patti. Además se granjearía la admiración de músicos como Rossini, Liszt y Gounod.
Muy joven aún era Cervantes cuando compuso su primera contradanza, que dedicó a su madre. “Nadie pudo situarse más alto que él en lo que se refiere a la solidez del oficio y a su buen gusto que se manifiesta incluso en sus obras menores”, dijo al respecto el novelista Alejo Carpentier.
No solo se destacó como un músico excepcional. En 1875, el mismísimo Capitán General, lo conminó a abandonar el país, junto al músico José White, por haber realizado una serie de conciertos en beneficio de la causa independentista cubana.
Cervantes residió en los Estados Unidos desde 1876 hasta 1879. Allí se mantuvo ofreciendo conciertos en la Sociedad para la Cultura Armónica, con el propósito de contribuir monetariamente con la Guerra de los Diez Años. En esa nación recibió los mayores elogios del pianista Paderewsky.
Después del Pacto del Zanjón, y con la amnistía general, regresó a Cuba. Reinició sus labores como maestro y concertista. Tocó en el Liceo de Guanabacoa, en el Círculo Habanero y en La Caridad del Cerro. Al estallar la Guerra del 95, nuevamente tuvo que partir al exilio. Esa vez se radicó en México hasta que pudo retornar a su Cuba querida. Se presentó por última vez ante el público habanero en junio de 1902. Murió en La Habana el 29 de abril de 1905.
De su inspiración nacieron además de contradanzas, zarzuelas, valses, sinfonías de cámara, mazurcas y las 45 danzas cubanas, símbolo de identidad nacional. A su hija, la también pianista y compositora cubana María Cervantes (1885-1981), dedicó la pieza Fusión de almas. Es el autor de la ópera Maledetto (1895), un drama lírico en tres actos, así como de Los saltimbanquis, ópera cómica en dos actos y cinco cuadros. Sobre El Scherzo capriccioso, la crítica especializada ha destacado que es una pequeña obra maestra de finura y buen gusto.
Sus composiciones llegan hasta hoy como expresión de una síntesis sutil y finísima de cubanía, afirma el periodista Ciro Bianchi.
Cervantes está considerado entre las mayores influencias de la música cubana del siglo XIX. No en balde, más de cien años después de su deceso, sus danzas y contradanzas son, actualmente, objeto de estudio en el sistema de enseñanza artística nacional.
Café Cohíba, Danzas cubanas (No bailes más, Interrumpida y Los muñecos) de Ignacio Cervantes.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.