Yo estoy absolutamente seguro —eso lo digo con toda franqueza— de que fue una gran suerte que esa invasión fracasara. Fue una gran suerte para nosotros, incluso también para Estados Unidos, porque Viet Nam se habría producido en Cuba y no en Viet Nam”. 1
Semejante afirmación del Comandante en Jefe Fidel Castro debería de ser argumento más que suficiente para aquellos que no se explican los principios que sostienen a esta Revolución, las razones por las que celebramos las seis décadas de la victoria de nuestro pueblo en Playa Girón como si solo estuviéramos a horas de este suceso trascendental en la historia de Cuba. En tal sentido, una intérprete de gran prestigio de la Nueva Trova, por la posición cimera en que colocara su obra en la canción contemporánea como Sara González, conversó con nosotros en torno a una memorable composición suya que sintetiza con el cantar la emotividad del cubano cuando se hace referencia a aquella jornada gloriosa del abril de 1961: “Girón, La Victoria”.
Carbó se encontraba unos metros detrás de mí y le dio la orden a los compañeros y comenzó a exhortarlos con más brío y andar de un lado para otro de pie, arriesgándose constantemente. Unos compañeros que estaban allí nos contaron que le dijeron varias veces que tuviera mas cuidado, que no se emocionara tanto porque podía ser herido y además él era el único capitán que se encontraba en ese momento en dicho lugar. Y efectivamente, a los pocos minutos, al cruzar el terraplén del lado del tanque hacia la uva caleta, en un montecito que había allí, fue herido en el hombro izquierdo, y aún continuó exhortando a los compañeros y disparando con su FAL. Tan mala suerte tuvo que a los pocos minutos de esta actividad le dieron un tiro en la frente; cayó mortalmente herido. Y de verdad, sin que esto parezca un drama, no soltó el FAL. Murió de frente al enemigo y empuñando en su mano derecha al FAL; fue el más destacado de nuestros compañeros, el más decidido al igual que en la Sierra Maestra.2
Cuando los hechos de Playa Girón, Sara solo tenía 10 años de edad, pero, así y todo, participó junto a su abuelita en un curso de primeros auxilios por los imprevistos que se pudieran presentar en la capital de todos los cubanos. Sin embargo, “Girón, La Victoria” es una de esas canciones que cuando se les escucha, tienen el don de identificar a nuestra nación privilegio que, en este caso, viene dado por su singular capacidad de ubicarnos de hecho en la dimensión dramática de aquellos momentos como si hubiese sido una experiencia vivida por la compositora:
Era un aniversario del 4 de abril 3 y estábamos en una reunión de la Dirección Nacional del Movimiento de la Nueva Trova, cuando el maestro Frank Fernández nos solicita a Silvio Rodríguez a Eduardo Ramos y a mí concebir una trilogía inspirada en la gesta de Girón. Silvio se encargó precisamente de la parte inicial de la trilogía con la pieza “Preludio”; Eduardo compuso “La Batalla” para ser interpretada por Jesús del Valle Tatica y, obviamente, yo cerraba con “La Victoria”, obra inspirada en mis lecturas sobre los testimonios de nuestros combatientes.
“Un proyectil perforante atravesó el pesado blindaje del tanque tras el cual se protegían los policías y milicianos del 116. Tres tripulantes salieron con sus overoles envueltos en llamas, uno de ellos, el conductor lo había conducido desde Managua por la carretera, durante cerca de 300 kilómetros. No habían podido localizar medios adecuados para el transporte de los blindados. Al llegar a la zona de combate, otro tanquista se percató del cansancio de su compañero y le propuso relevarlo. ‘Si he llegado hasta aquí, sigo para la pelea’, —fue la respuesta. Poco después moría a la entrada de Girón”.4
Si bien es cierto que, al leer el texto de esta canción, nos introduce en la sugerente poética lo que debe ser honrado para siempre, escuchar la interpretación de Sara es enfrentarnos a la estatura de la épica desplegada:
No es una pieza fácil de cantar —reconoce su autora. Con arreglo del propio Frank Fernández, además de contar con su interpretación al piano, en particular por esa introducción que todo cubano identifica, “La Victoria” está conformada por dos momentos: el primero con la presencia de un acogedor lirismo, viene un puente para entonces dar paso a la fuerza de un sentir muy dramático, pero feliz. Como datos de interés, en la batería se encuentra el baterista Enrique Plá, además de contar con la participación de los integrantes de los Coros de la ENA y del ISA con figuras como Zenaida Romeu y Alina Urraca, prestigiosas personalidades que hoy en día se encuentran al frente de la Camerata Romeu y la Schola Cantorum Coralina respectivamente.
Cualquier cubano pudiera hacer referencia de ese ángel de “Girón, La Victoria” que la ha convertido en una canción impresionante, pero Sara nos contó una anécdota acerca de su interpretación durante un acto en el Kremlin:
Yo formaba parte de una delegación artística que estaba de gira por la URSS. En uno de los lugares que nos presentamos fue en el Kremlin de Moscú y mientras llegaba el momento de salir a la escena yo misma me daba ánimo de que tenía que romper la barrera del idioma, tenía que impresionarlos a como fuera. En fin, interpreto “La Victoria” lo mejor que puedo, y para sorpresa mía, al concluir, estaba todo el público de pie, aplaudiendo mucho y con esos Hurraaa...! tan característicos de dicho pueblo.
Antes de concluir el emotivo encuentro con Sara, me definió la plena vigencia de esta antológica pieza:
Nosotros nunca hemos sido como otro país. Era una deuda que teníamos desde la guerra de independencia y es que el cubano tiene un profundo sentimiento antiimperialista que le viene de raíz. Esta derrota ellos se la han sentido, pero por qué tanto odio si podemos convivir respetuosamente como amigos, como vecinos. Son tan soberbios porque nunca han logrado que bajemos la cabeza y eso no lo van a perdonar nunca.
Un combatiente de la Columna 1 de la Sierra Maestra recuerda así aquellos momentos históricos con el líder de la Revolución: “Dijo que el primer tanque iría a toda máquina tirando cañonazos, detrás el segundo, y luego el tercero, y así disparando. Si rompían el primero, el segundo seguía avanzando y así hasta Girón. Y ustedes —se refería a nosotros, la infantería— tienen que entrar detrás del último tanque, haciendo una línea de tiro. Asignó para cada tanque a un comandante, pienso que por aquello del ejemplo, y él se fue a meter en el tercero. Entonces la gente saltó como un resorte:
—¡Tú no, Fidel, tú no vas!
—¡Yo sí voy, aquí mando yo!
—¡Tú no, Fidel, tú no!
“Mientras discutían, el teniente Joel Pardo, que se encontraba en su tanque y venía combatiendo desde el amanecer, le dijo: Bueno comandante, yo me voy. ‘Lo hice con el objetivo de ganar tiempo, por si él decidía irse yo ya haber alcanzado bastante terreno, haber llegado a la playa o haber tenido contacto con el enemigo’. Maciques recuerda el final de aquella discusión entre Fidel y la tropa:
“Y la respuesta de Fidel fue una respuesta que nos dejó impactados a todos. La forma en que Fidel nos dijo enérgicamente que él era el jefe de la Revolución y que, como jefe de la Revolución, él tenía el derecho, tenía el derecho de combatir y de entrar en Playa Girón igual que lo iba a hacer el resto de los compañeros (…) la gente se calló, allí todo el mundo se calló”.
Y Fidel partió en el tanque. 5
“Girón, La Victoria”
Sara González
Cuando cambia el rojo color del cielo
por el blanco color de palomas
se oyen las campanas de los hombres
que levantan sus sonrisas de las lomas,
Después que entre pecho y pecho
hayan tenido el deseo de quemar,
de matar, de vengar y de vencer.
Cuando no se olvida que no hay
libertad regalada, sino tallada
sobre el mármol y la piedra
de monumentos llenos de flores y de tierra
y de los héroes muertos en la guerra,
se tiene que luchar y ganar,
se tiene que vivir y amar,
se tiene que reír y cantar,
se tiene que morir y crear.
Canto y llanto de la tierra
canto y llanto de la gloria,
y entre canto y llanto de la guerra
nuestra primera victoria.
De luces se llenó el cielo
de esta tierra insurrecta,
y entre luces se batió seguro,
buscando la victoria nuestra.
Hoy se camina confiado
por los surcos de la historia
donde pelearon los héroes
para alcanzar la victoria.
Canto y llanto de la tierra
canto y llanto de la gloria,
y entre canto y llanto de la guerra
nuestra primera victoria.
Notas:
1. Fragmento de una intervención del Comandante en Jefe Fidel Castro durante la conferencia académica “Girón 40 años después”, celebrada en La Habana entre los días 22 y 23 de marzo del 2001. Rodríguez, Juan Carlos. Girón: La batalla inevitable. Editorial Capitán San Luis. La Habana, 2010.
2. Testimonio del general de división Samuel Rodiles Plana. Pág. 330. Obra citada.
3. Fecha del aniversario de la creación de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Organización de Pioneros José Martí.
4. Testimonio del autor. Pág. 330. Obra citada.
5. Testimonio del autor. Pág. 336. Obra citada.
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