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miércoles, 6 de noviembre de 2024

¿Quién es Tania Bruguera?

El trabajo de Bruguera versa sobre temáticas de poder y control; muchas de sus creaciones cuestionan el contexto presente en Cuba...

Daniel Cervantes en Exclusivo 05/02/2021
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Tania Bruguera
Grosso modo, la obra de Tania Bruguera tributa a su interpretación de temas políticos y sociales (El País)

Sus primeros estudios de arte los cursó en la Escuela San Alejandro, entre 1983 y 1987. Posteriormente, ingresa en el Instituto Superior de Arte, donde se gradúa en 1992. Asimismo, es egresada del Instituto de Arte de Chicago, donde luego dictó clases entre 2003 y 2010. Su obra se centra en el área del performance, instalación, videoarte y arte de acción.

La travesía

Entre 1986 y 1996, Bruguera realizó la presentación Homenaje a Ana Mendieta, que consistía en una serie de “performances” y objetos que representaba el trabajo realizado por la artista ya fallecida. 

Según refiere la ABC, en 1986, con tan solo 18 años, efectuó su primera presentación, una reconstrucción de Blood Trace de Mendieta, la cual consistía en sumergir sus brazos en sangre de cerdo, luego pegarlos en la pared y arrastrarse por ella formando una V hasta el suelo. 

Bruguera lo elaboró en la capitalina Fototeca de Cuba, frente a una audiencia de alrededor de setenta personas, durante la inauguración de la exposición.

Un punto aparte en este recorrido se hace necesario. El tema de la sangre de cerdo lo hemos visto recientemente. Tal vez recuerde el nombre Ana Olema, la artista que desde Miami organizó el grupo Clandestinos, que utilizó el mismo performance con sangre de cerdo que empleó Bruguera en su primer trabajo. Olema es alumna y miembro del Instituto de Artivismo de Brugueras ¿casualidad o causalidad? 

Memoria de la Postguerra fue otro de los “performances”, esta vez, financiado por ella misma, en donde problemas culturales fueron unidos con el debate político que existía en ese momento en el país. 

Su deseo de unir diferentes personas y generaciones la impulsó a organizar una exhibición de artistas en la Quinta Bienal de la Habana en 1994.

Merecedora de la beca Guggenheim que otorga The John S. Guggenheim Foundation, en New York ,1997, y en 1999 de la beca de Mérito en el Instituto de Arte de Chicago.

Sin embargo, no se puede pasar por alto, que la beca Guggenheim la obtiene porque la Embajada de Estados Unidos se interesa en su obra. Sus trabajos críticos al sistema cubano provocan que varios diplomáticos de ese país se interesen en su desarrollo.

La familia que otorga dicha beca resulta la misma que convirtió en figura a Jackson Pollock cuando el artista había caído en desgracia, todo con el propósito de esgrimir su obra como estandarte contra el constructivismo soviético. Este hecho descrito en el libro La CIA y la guerra fría cultural, nos impone una realidad aplastante: el mecenazgo del arte nunca es gratuito y siempre trae matices políticos. 

En 1998 hizo el performance El Peso de la Culpa, el cual funcionó como una interpretación del estado de los nativos cubanos bajo el mandato de los conquistadores españoles, en el cual resistieron a comer nada más que tierra en lugar de vivir capturados. Bruguera interpreta este acto de comer tierra como un “arma de resistencia”. 

Autosabotaje, devino una obra que presentó en Venecia en el 2001, donde jugó a la ruleta rusa con una pistola, al cuarto intento, levantó el arma y disparó, causando pavor en el público que había sido convocado para escuchar una conferencia de la artista.

En 2002 creó la Cátedra Arte de Conducta en La Habana y en 2011 fundó la Asociación de Arte Útil como plataformas de encuentro e implementación de sus proyectos.

Por otro lado, en la séptima edición de la Bienal de la Habana, presentó un trabajo calificado por algunos como hipercrítico con el gobierno cubano. Finalmente fue censurado. 

En el 2008, organizó un performance en el Tate Modern (Galería Nacional de Arte Británico y Arte Moderno en Inglaterra), El Susurro de Tatlin #5, en el cual los asistentes en lugar de encontrarse con obras de arte, se enfrentaron con dos policías a caballo, moviéndolos de lado a lado, haciéndoles preguntas y ejerciendo su autoridad como lo harían en las calles. 

Como indica El Clarín, «esta obra recuerda a los visitantes del museo que la jerarquía y sus descontentos están presentes en todos los aspectos de nuestra vida. Así los espectadores se preguntan hasta qué punto esto es realmente arte, y cuáles son los espacios en los que uno debería cuestionarse los formatos autoritarios que los rodean». 

El Susurro de Tatlin #5 pretendió realizarlo en la Isla, pero el performance no se realizó. La Asociación de Artistas Plásticos se pronunció también en contra del proyecto de Bruguera:«No somos ingenuos, el significado de este performance no va a ser interpretado en modo alguno como una obra artística. Se trata de una provocación política…». 

En El Universal, Antonio Espinoza apunta que los artistas oficialistas que calificaron el performance de Bruguera como “provocación política” no están tan alejados de la verdad. Ella es una autora eminentemente política, convencida de que el arte es un instrumento de transformación social. Las diversas versiones de El susurro de Tatlin (alusión al célebre constructivista ruso) son de sus acciones más radicales.

Bruguera le dio un contexto específico al llevarlo a Cuba, bajo el título El Susurro de Tatlin #6 (Versión Habana). Se realizó en el patio central del Centro Wifredo Lam. El espacio, más que evento transformador, se convirtió en un podio para dar voz a Yohanis Sánchez. Consabida conspiradora denunciada con frecuencia por sus escandalosos premios y viajes a costa de hacer política en favor de los intereses del gobierno estadounidense. Ello dejó en claro que Bruguera defiende más que una manifestación artística, utiliza el arte en función de hacer política. 

Como indica Cubainformación, en el VII Encuentro Hemisférico del Performance que tuvo lugar en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá sirvió cocaína en tres bandejas las cuales ofreció al público asistente, «las bandejas de cocaína aparecieron llevadas por una asistente de Bruguera, muchos miraron con recelo la acción y otros consumieron. Varios artistas presentes salieron de la sala. Al final, el acto fue suspendido por la Universidad y recibió la repulsa del público y de los medios masivos de comunicación».

En 2011 comenzó a trabajar en el Movimiento Inmigrante Internacional. Convivió con una familia de cinco inmigrantes ilegales y sus hijos en un departamento en Corona, Queens, para experimentar los problemas que encuentran al tratar de sobrevivir con sueldos bajos y sin seguro social. 

Dicho proyecto, fue patrocinado por el Queens Museum of Art y la organización sin fines de lucro Creative Time. Involucró un espacio en Nueva York que ofrecía talleres para inmigrantes, el cual evidenció cómo la mayoría de la gente que llegaba solicitaba clases de inglés, o ayuda para encontrar trabajo o con temas legales. 

En 2013, inició el proyecto Museo de Arte Útil en colaboración con el Queens Museum of Art y el Van Abbemuseum en Eindhoven. Este proyecto evolucionó en la Asociación de Arte Útil, con lo cual se conformó una organización internacional con el propósito de promover el Arte Útil. 

La polémica de Tatlin

De igual forma, en diciembre de 2015 y enero del 2016, Bruguera fue detenida por las autoridades cuando intentaba organizar un performance público en la Plaza de la Revolución de La Habana sin los permisos necesarios. 

Sobre dicho performance, la propia Bruguera confesó que sentía la misma emoción que tuvo cuando comenzaron Occupy Wall Street, cuando eran un pequeño grupo de personas. «Todos estamos trabajando voluntariamente, desinteresadamente (…) a lo mejor tenemos más suerte y la gente quiere quedarse más tiempo, a lo mejor podemos crear algo como Occupy Wall Street en La Habana».

Cubainformación advierte la semejanza de este discurso con los del serbio Srdja Popovic, líder de OTPOR, «no es casualidad, Popovic llamaba a los serbios a ocupar espacios públicos, plazas, tribunas, esquinas, parques, para “hablar libremente sobre el futuro de Serbia”, curiosamente también se parece mucho al discurso de Vladimir Viatrovich, líder de la Revolución Naranja en Ucrania, “debemos ocupar cada espacio público para someter a debate el futuro de Ucrania”, o el de Ausama Monajed, líder del “levantamiento Sirio” ,” llamamos a ocupar las plazas para que el pueblo se exprese con libertad sobre el futuro de Siria (…) ».

«Durante Maidan en Kiev, se realizaron acciones plásticas, se realizaron conciertos de música alternativa, para mantener ocupadas las plazas, el organizador de estas “actividades artísticas” el serbio Rajko Bozic es un veterano de OTPOR, el mismo que a sueldo de la USAID, intento promover acciones similares en Cuba usando a los grupos de rap y los festivales de música electrónica que se realizaban en La Rotilla, en la costa este de la Habana».

Según plantea Gene Sharp, de quien los antes mencionados son discípulos fehacientes, «una de las primeras acciones recomendadas para comenzar una revuelta es ocupar las plazas públicas, es una de las más importantes armas no violentas, de las 198 recomendadas en el libro de Sharp “De la Dictadura a la Democracia”, detrás de esta acción hay siempre una bien planeada estrategia de relaciones públicas, donde intervienen verdaderos emporios del arte del mentir y falsificar la realidad», el denominado “golpe suave”.

Por otro lado, Rubén del Valle Lantarón, presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, del Ministerio de Cultura de Cuba comenta en La Jiribilla sobre el hecho y Cubadebate reprodujo la entrevista. «Tania Bruguera regresó a La Habana el pasado viernes 26 de diciembre. Desde hacía varios días, la artista conducía un despliegue mediático, fundamentalmente en las redes sociales, invitando a una nueva edición de su conocido performance El susurro de Tatlin, verificado durante la Décima Bienal de La Habana (2009) en el Centro Wifredo Lam». 

Evidentemente, esta vez la operatoria de la artista se conduce desde y hacia la praxis publicitaria, evadiendo los mecanismos rectores del sistema institucional del arte y buscando insertarse directamente en el campo del activismo político.

Lantarón sigue polemizando acerca del tema y expone que ella buscaba encontrarse y dialogar con el cubano de a pie, haciendo mucho énfasis en el estereotipo de que el cubano tiene miedo a expresarse. «Aduje que nuestras calles son un permanente foro de debate, le sugerí la posibilidad de organizar su proyecto en fábricas, en universidades, en la parada de la guagua o en el agromercado. Ninguna de estas propuestas fue aceptada».

El funcionario alegó que fue una conversación honesta, respetuosa. Pero también que Tania llegó a La Habana con muchos condicionamientos externos, con una propuesta muy publicitada y avanzada y no estaba en condiciones de reajustarse, de negociar. 

No obstante, también enfatiza en que llegó resuelta a iniciar un despliegue que podría llegar a ser autodestructivo. «(…) no debemos desechar la posibilidad que algunos sugieren de que estemos inmersos en una estrategia de simulacro, donde desde el inicio la artista se empeña en concretar un proceder insostenible porque lo realmente importante en esta operatoria son las consecuencias que pueda provocar la represión de este pretendido activismo, tanto legal como personalmente».

Por causa de este show mediático y polémico estuvo detenida con otros artistas, activistas y periodistas que participaron en la campaña Yo También Exijo, la cual se creó luego de las declaraciones de Raúl Castro y Barack Obama a favor de restaurar relaciones diplomáticas. 

Durante el performance El Susurro de Tatlin #6 puso un micrófono y parlantes en la Plaza de la Revolución para que los cubanos pudieran expresar sus sentimientos con respecto a este nuevo clima político. 

El evento tuvo alta repercusión en los medios foráneos, incluyendo una presentación del Susurro de Tatlin #6 en Times Square, y una acción donde varios artistas e intelectuales se expresaron a favor de la liberación de Bruguera. 

Sin embargo, para Lantarón esta sexta edición de El susurro de Tatlin «no se corresponde con el nivel de riqueza estético y conceptual demostrado antes por Tania, y resulta más una réplica “teatralizada” de cierto método habitual de enfrentamiento político que una propuesta para la recepción estética inteligente y movilizadora».

En el evento capitalino estaba la curadora independiente Gabriela Salgado, que describió a BBC Mundo como Bruguera había utilizado un momento icónico de la Revolución Cubana y lo había transformado en un momento de crítica y tensión.

Aun si Salgado reconoce el aspecto positivo de darle la palabra al pueblo, considera que Bruguera comprometió de manera gratuita la seguridad de los interlocutores. «Ella dejó que los otros hablaran, cuando la que debió haber hablado era ella».

«Tania es una artista protegida, reconocida en todo el mundo, intocable, así que ella no está expuesta como si lo están los que hablaron. Ellos son los vulnerables».

A la deriva del caos

Para marzo de 2016, inauguró el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR) con una lectura colectiva del libro de Arendt, Los Orígenes del Totalitarismo. Ese mismo mes comenzó una campaña Kickstarter para recaudar fondos para el instituto. 

Como define la propia artista, la misión del instituto es crear una plataforma institucional en la cual los cubanos puedan informarse sobre sus derechos civiles, promuevan discusiones críticas e informadas y formen parte de un espacio alternativo donde personas con diferentes posiciones políticas puedan trabajar juntos para construir un ambiente democrático. 

En 2019 centró su investigación en los líderes ecoambientales asesinados en Latinoamérica y el resto del mundo, con el objetivo de mostrar su trabajo en la Bienal de Sidney en marzo de 2020. Ese mismo año la NED efectúa el panel en República Checa, 60 años de comunismo en Cuba, donde es convocada junto a otras figuras de la disidencia como Rosa María Paya y Alex Otaola.

Asimismo, devino una de los 30 representantes de la protesta pacífica hecha por artistas e intelectuales en el Ministerio de Cultura (MINCULT), el 27 de noviembre del 2020, quienes abogaban por un diálogo con las instituciones gubernamentales. De este suceso surgió la llamada coalición 27N, de la cual es una de las figuras más importantes.

Como antecedente del 27N se puede mencionar el intento por parte de Bruguera de hacer una manifestación en el MINCULT, en aquel entonces por el tema del Decreto 349, al cual se oponía fervientemente y exhortaba al gobierno a derogar dicho decreto. Se une entonces al LMOA en el frente de los artistas independientes. 

Retomando los sucesos del 27 de noviembre, Tania Bruguera, en entrevista telefónica con la BBC, asevera que Cuba vive “un momento inédito”. «Por primera vez una protesta de esta magnitud y heterogeneidad obligó al gobierno de Cuba a sentarse a negociar en tan poco tiempo. Eso es historia».

Sin embargo, ese intento de “diálogo” resultó fallido, según advierte Cubadebate, apenas el MINCULT anunció que no estaba dispuesto a dialogar bajo presiones o chantajes de un pequeño grupo, «toda la maquinaria mediática de la “prensa independiente” comenzó un ejercicio que conoce hasta el cansancio». Bruguera una vez más, cuestionó al gobierno cubano al impedir el diálogo, y alegó la violación de los derechos humanos y la libertad de expresión de los manifestantes: «todos tienen derecho a disentir».  

Perfil de artista

Grosso modo, la obra de Tania Bruguera tributa a su interpretación de temas políticos y sociales. Para definir sus prácticas artísticas ha desarrollado conceptos como el “arte de conducta” con foco en los límites del lenguaje y del cuerpo, confrontados a la reacción y comportamiento de los espectadores. 

De igual forma, propone un “arte útil” que haga una transformación real a ciertos aspectos políticos y legales de la sociedad. Como ella misma expresase: «Quiero que la gente recuerde la obra de arte no como una imagen sino como una experiencia».

El trabajo de Bruguera versa sobre temáticas de poder y control; muchas de sus creaciones cuestionan el contexto presente en la Isla.

Porque el arte tiene la misión de enriquecer el alma de los seres humanos, emociona, eleva, hace sentir vivo, es cuestionador, increpa, es combativo, transgresor, se atreve a cruzar fronteras, a romper esquemas. 

No obstante, como bien define Cristian Alejandro Kadry, en su artículo de Cubainformación, «cuando el arte se bastardea al servicio de la infamia, cuando se pone al servicio de los peores planes de los poderosos de este mundo, cuando sirve al dinero y se inclina ante el egoísmo, cuando se entrega como arma en manos de quienes pretenden mancillar a un pueblo, deja de ser, se convierte es triste espectáculo de feria barata».

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Daniel Cervantes

Periodista


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