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sábado, 23 de noviembre de 2024

Perugorría: No me imagino contando historias en otro lugar que no sea Cuba

El actor más internacional del cine cubano acaba de terminar la filmación de su nuevo proyecto como director: la versión cinematográfica de Fátima o el Parque de la Fraternidad, cuento del escritor Miguel Barnet...

Yeneily García en Exclusivo 05/10/2013
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Perugorria
La trama del largometraje se desarrolla en la Cuba contemporánea. (Yander Alberto Zamora de los Reyes / Cubahora)

Jorge Perugorría es sin dudas el actor más internacional del cine cubano. Después de Fresa y Chocolate (1993), la película que lo consagró, su filmografía se compone de una cincuentena de títulos —más de la mitad en el extranjero—, a los que ha unido ahora su trabajo tras las cámaras.

Afinidades (2009), Amor crónico (2012) y Se vende (2012) significaron su debut como director de largometrajes, una silla a la que a todas luces no quiere renunciar, pues acaba de terminar la filmación de su nuevo proyecto: la versión cinematográfica de Fátima o el Parque de la Fraternidad, cuento del escritor Miguel Barnet reconocido con el Premio Juan Rulfo en 2006.

No exento de polémica, Fátima cuenta la historia de un travesti, sus miedos, alegrías; al tiempo que arroja luz sobre una realidad a la que muchos prefieren mantener en la oscuridad o simplemente desconocen. El filme de Perugorría vendría a ser el primer largometraje de ficción centrado en su totalidad en una identidad transgénero del cine cubano.

Durante uno de los días de rodaje, Cubahora se acercó al inolvidable Diego de Fresa y Chocolate, e indagó sobre sus motivaciones, las particularidades de este nuevo trabajo, el elenco y su manifiesto compromiso con la cinematografía nacional.

En sus otras películas como director ha confesado seguir una línea ya trazada por cineastas con los que ha trabajado y a quienes admira, como Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío. ¿Ya en esta, su cuarta entrega detrás de las cámaras, puede decirse que se verá más del propio Perugorría?

—De alguna manera en esta película se va a ver un resumen de todo lo que he hecho y se apreciará un poco el estilo del cine que pretendo hacer. Tiene cosas en común con las anteriores, pero ya me estoy alejando de ese cine, de esa influencia que siempre he pretendido tener de Titón y de Tabío, y quizás estoy un poco acercándome más a la manera mía de hacer las cosas.

“Para mí lo fundamental descansa en los personajes, siempre creo que por mi propia formación como actor, va a ser siempre importante que todo gire alrededor de un personaje. Es la gran motivación que tengo siempre: la construcción en torno a un personaje, en este caso Fátima, inspirada en el cuento de Miguel Barnet, Fátima o el Parque de la Fraternidad, con guión de Fidel Orta.

“Aquí también se ve una continuidad de lo que ya había venido haciendo en Amor crónico y Se vende. Fátima, como la Nácar de Se vende, es un personaje que está en una situación difícil, pero tiene unas ganas de vivir… y un optimismo por el cual es capaz de hacer cualquier cosa para seguir adelante, tienen eso común”.

¿Por dónde va el tono de la historia?

—Hay un poco de todo, de melodrama, de humor.

¿Se siente el Diego de Fresa y Chocolate comprometido de cierta manera con la temática?

—El fantasma de Fresa y Chocolate está presente en la película, por decirlo de algún modo. Y sí, me siento comprometido. Aunque tienen cosas en común, son historias completamente distintas, por ejemplo, los dos cuentos de donde parten las películas fueron Premio Juan Rulfo, y en las dos, la amiga del protagonista la interpreta la actriz Mirtha Ibarra.

“Pero las historias tienen un tono diferente. Fresa y Chocolate es un canto a la tolerancia. Esta tiene otro tono, menos social, es un cine más de género. Vamos a descubrir un personaje donde lo maravilloso y lo encantador es su optimismo ante la vida, su energía positiva, a pesar de las circunstancias difíciles que para cualquier gay o travesti puede tener.

“Siempre la experiencia de Fresa y Chocolate y el fantasma de Diego van a estar presente, pero son dos historias distintas, en ese sentido creo que no se van a parecer en nada”.

¿Fue un poco más fácil este cuarto intento como director de largometrajes?

—Es de todas la más compleja. La primera la codirigí con Vladimir Cruz. Afinidades fue una película compleja desde el punto de vista de los personajes. Comencé solo en la dirección con Amor crónico y Se vende, que fueron una especie de experimento cinematográfico, hecho con muy bajo presupuesto, de manera casi independiente, rodadas en tiempo récord. Ahora ya tengo el apoyo del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.

“Con Fátima he tenido seis semanas de rodaje, cuatro más que mis películas anteriores, y eso también en el cine se traduce en una mejor factura. Tener esas facilidades a la hora de filmar le dará un acabado mejor a la película, más nivel. Podemos cuidar más la fotografía, la dirección de arte, la música, la puesta en escena.

“Antes era un poco la tesis de Julio García Espinosa del cine imperfecto, la necesidad de contar historias, donde esa era la gran motivación, con el tiempo que tuviéramos y los recursos que tuviéramos, y ahora creo que va a ser una película más elaborada”.

Fátima es un personaje difícil, y si a esto le sumamos que es el centro de toda la historia, se convierte en un papel sumamente complicado de asignar. ¿Cómo llega Carlos Enrique Almirante a interpretarlo?

—Primeramente hice un casting abierto, y se presentaron muchos actores de diferentes generaciones, porque todavía no lo tenía claro. Estaba buscando un actor que me fascinara, con el que yo pudiera encontrar lo que veía en Fátima cuando me leía el cuento de Miguel.

“No solamente filmamos pruebas acá, sino que muchos actores cubanos en el extranjero enviaron sus videos, todos muy buenos. Fue difícil decidir, pero la prueba de Carlos Enrique fue la mejor, y encontré algo que empecé a notar desde el casting: con él podía trabajar toda la evolución del personaje, caracterizarlo para las diferentes etapas.

“Esto, unido a que la prueba que hizo nos encantó a todos, nos hizo escogerlo a él. Creo que fue una decisión acertada, ha hecho posiblemente el trabajo más complejo de su carrera, lleno de matices”.

Háblenos del elenco de la película. Como ya se va haciendo costumbre, reúne a figuras imprescindibles del cine de la isla en pequeños papeles. ¿En esta será también así?

—Me gusta que los personajes pequeños siempre tengan cierta relevancia, por eso busco actores que puedan aportar y enriquecer esas apariciones. Aquí repito con un elenco extraordinario, yo tengo la suerte de ser actor y puedo contar con grandes para hacer papeles pequeños, pero lo hacen como mucha disposición y ganas.

“Ya aquí esas pariciones están más maduras, más concretas, más elaboradas que en Se vende y Amor crónico. Veremos a Tomás Cao haciendo de la pareja homosexual de Fátima, sus padres serán Néstor Jiménez y Broselianda Hernández, entre otros muchos. Realmente ha sido una oportunidad de lujo tenerlos”.

¿Para cuándo se prevé su estreno?

—El estreno me imagino que esté para el año que viene, quizás para el Festival (Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana) de 2014. Si no, la estrenamos antes y la presentamos otra vez, pero sin dudas será para el año que viene.

En otras ocasiones ha manifestado un fuerte compromiso con el cine hecho en Cuba…

—Imagínate, mi compromiso está siempre con el cine cubano, como actor traté de seguir haciendo cine aquí y traté de colaborar en todo lo que he podido. El viaje que me he dado por el cine internacional, esa experiencia, me ha servido para aportar, crear relaciones y ayudar; no solo con las películas que he hecho, sino a otros directores, a levantar proyectos, a promocionar y a difundir el cine cubano fuera de Cuba.

“Siempre he tenido este compromiso y ahora como director también sigo en la misma línea. No me imagino contando historias en otro lugar que no sea Cuba, mi gran motivación es esa: contar historias que ocurran acá”.

¿Qué quisiera que el público viera en Fátima?

—Miguel (Barnet) grabó un disco donde narra el cuento en su propia voz, y cuando lo escuché me pareció que había una película allí. Espero que cuando la terminemos, la gente encuentre en ese personaje lo que yo encontré cuando lo escuché en la voz de Miguel: un personaje lleno de vida, de energía positiva, que no se derrota; y eso me motivó a hacer esta historia.


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Yeneily García

Se han publicado 2 comentarios


Doris
 7/10/13 14:58

No sé Noel. Me gusta mucho la personalidad de Perugorría, me gusta como actúa, pero como director creo que aún le queda mucho trillo. Ojalá esta película no desfraude.

Noel Ramírez
 7/10/13 10:12

Seguro Fátima tendrá tanto impacto como Fresa y Chocolate

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