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martes, 19 de noviembre de 2024

Otra filosofía del lente…

Nuestra sensibilidad como artistas merece mejores espacios o que se actualicen los gustos de aquellas instituciones encargadas de canalizar el talento...

Mauricio Escuela Orozco en Exclusivo 22/08/2018
5 comentarios
Fotografia
Los cubanos, con esa mezcla de fantasía y realidad que es propia de las novelas de Gabriel García Márquez, hemos tenido en nuestros reporteros del lente tanto la tangible correspondencia del hecho, como la magia que rodea su acaecimiento (Foto: culturainquieta.com)

Henri Cartier-Bresson, quizás el ojo por excelencia del siglo XX, captó la realidad de un mundo cambiante que quién sabría entonces hacia dónde iba. La fotografía en sus manos se transformaba lo mismo en documento que en poema. Un señor saltaba un charco de agua en Londres y un guardia de la policía parisina se introducía en la boca de un monstruo que resultaba ser la entrada de un cabaret. De esa escuela se bebió en la Cuba posterior a 1959, cuando una explosión de maestros de la fotografía dio cuenta de la, a ratos, rocambolesca verdad isleña.

Los cubanos, con esa mezcla de fantasía y realidad que es propia de las novelas de Gabriel García Márquez, hemos tenido en nuestros reporteros del lente tanto la tangible correspondencia del hecho, como la magia que rodea su acaecimiento. El siglo XX es el de la imagen, ya sea en movimiento o paralizada en el instante preciso. Junto a Bresson vino la caravana de los que querían en medio del ciclón tropical darle salida al alud de impresiones y hechos mágicos y reales.

Es la icónica imagen del Che Guevara, tomada por Korda, la expresión de aquel momento en la escuela de fotografía cubana. Hacer filosofía con el lente, darle una imagen a la verdad, trasladar el mundo a un pequeño poema con sentido en sí mismo. Ahora bien, tras el aluvión ha venido la calma y con excepciones hoy predomina otra cosa en el mundo del lente. Más de una vez se vuelve sobre el tema de la precariedad creativa, sin que dejemos agotada la problemática.

Junto a un grupito de personas de talento que exponen y se critican entre ellas de manera sana (la crítica no es sinónimo de maldad), está el inmenso mar de quienes se dedican a la simple foto de la chica que cumple quince años y cosas por el estilo. Si Bach viviera y quisiera ser como Bresson lo tildarían de loco, terminaría de objeto de feria en los entresijos de un arte complejo y olvidado.

¿Qué espacios le estamos dando desde las instituciones cubanas y desde nuestra prensa al arte verdadero? Una fotógrafa de lujo que fungió como reportera en un periódico de provincia me lo respondió durante la presentación de una revista por el 500 aniversario de fundada la villa de Remedios, en el salón del Hotel Barcelona de esa ciudad. Según ella, del inmenso mundo que puede ser el fotorreportaje se cayó en la reiteración, en la muerte del instante, de lo intenso que encierra todo arte. Es como si a Korda alguien le hubiese dicho que se guardase su obra maestra y trajera algo más convencional.

El aplanamiento tiene mil caras y solo una de ellas es la foto de quince. ¿Cuántas veces vemos en los diarios el mismo plano de los campesinos que recogen cosechas, la banderita, la foto de carnet del obrero que habla de los logros de la industria? ¿No será mejor dar luz verde a nuestros fotógrafos—y que se la den ellos mismos--para crear y narrar lo más originalmente posible? La fotografía es arte y  no se puede decretar, aunque sí propiciar, exponer, desembocar en la legitimación.

Otro colega, mi amigo Yuris Nórido, ha creado espacios alternativos para exponer, como su blog personal y muro de Facebook. En sensibilidades como esa solo cabe el deseo de exponer el lente a la verdad y dejar que fluya lo sensible. Abundan los desnudos sugerentes, los mundos raros, el desfile que no termina en la contemplación, pero su pasión comienza y termina en el clic de la cámara, la subida de la imagen a su perfil personal y debe a veces conformarse con un “like” de la red social cuando tendría que exponerse en tapa dura para apreciarlo mejor.

Yuris trabaja, entre otros sitios, en el rotativo Trabajadores, ¿por qué nunca aparecen fotografías tomadas por él?   Nuestra sensibilidad como artistas merece mejores espacios,. También debe renovarse la estética de los encargados de  canalizar el talento.

Yánder Zamora, colega y amigo, ex-fotorreportero del rotativo Granma, vendió la foto más famosa de la visita de Obama a un medio de prensa extranjero y se perdió la oportunidad de que nuestros medios tuvieran la primicia. El artista estaba en su derecho, aludió a necesidades materiales concretas, pero aquel avión que aterrizaba en una Habana expectante y cotidiana debió asomar primero sus narices en nuestros espacios.

La apuesta sigue siendo por la prensa cubana y sus revistas, porque los artistas se desarrollen en el país, a eso debiéramos llevar los proyectos culturales. Ojalá y se entienda que la fotografía, ese ícono del siglo XX, seguirá narrando al siglo XXI. Cuba es, a fin de cuentas, un escenario de lujo y una verdad que muchos quieren narrar.


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Mauricio Escuela Orozco

Periodista de profesión, escritor por instinto, defensor de la cultura por vocación

Se han publicado 5 comentarios


Carla
 24/8/18 7:33

Hay una dolencia significativa. He visto fotografos que no serian capaz de pertenecer a los medios de prensa, andan de "artistas" con muy buenas cámaras y lentes, propios. Si, fotografos, pero sin talento y se las pasan exponiendo y haciendose un nombre y viajando y con muchos "fullas" asi pueden adquirir sus equipos y vivir mas o menos suaves sin compromisos serios con el estado. Por suerte la mayoria de los fotografos de prensa actuales les sobra talento y están haciendolo y dandoselos a los medios, con equipos viejos y vencidos, con una fotos geniales, eso es talento.

Puedo nombrar algunos muy solidos y capaces, Juvenal, Ricardo, Ismael Francisco, Ariel, Abel Rojas, Gareicoa, Jorge Luis y asi varios y los que olvide que no se pongan bravos. Hay que ayudarlos, hay que darles equipos mejores, no los caros, sabemos no se puede por el bloqueo y todas estas bajezas del imperio, pero hay que darles mejores equipos. La fidelidad y las ganas de hacer se recompensan y ellos al parecer no quieren dinero, si no, ya anduvieran como los primeros, solo equipos y dejenles las ganas de darle gloria a nuestros país. Ellos si son artistas.

Pablo
 24/8/18 7:28

Hay tela por donde cortar en cuanto al tema, desde la poca calidad de la impresión de las fotografías en los medios impresos, hasta de los cortes dados por algunos de los diseñadores, orientados por su dirección para "acomodar" las fotos entre tanto y tanto texto cansón. 80% de texto que solo se replican de otros medios y el resto para fotos. Lo más burdo que se pueda ver cuando en el mundo esto ha sufrido un cambio radical.

 

Marta Montoya.
 23/8/18 19:07

Se de lo que se habla, y es cierto, las decisiones de fotografia estan en manos de periodistas, si, pero no tienen los conocimientos de técnica fotografica y sin embargo les encanta imponerse, no les gusta o no quieren esa foto, asi porque si.

Además, nuestros fotografos no pueden andar con camaras mas viejas, porque vaya, y es cierto, una buena camara no determina y una buena foto, pero a ellos bien que necesitan mejorar y les den el placer de mejores equipos.

Adrián Juan
 23/8/18 10:57

Coincido plenamente, al 100%. Pero a esto le agregaría los grandes avatares que pasamos los que no somos fotorreporteros o profesionales del lente y sentimos una gran pasión hacia la fotografía como arte. No se trata solo de lo costoso del equipo, pues la mayoría de las veces hay que "ir tirando" casi de por vida con una camarita compacta, se trata de lo caro que resulta montar una exposición aceptable, eso si has logrado acceder a algún espacio que desee acogerte. Este tema da para mucho más. Un gustazo leer este trabajo.

Garaicoa
 23/8/18 9:22

Comparto plenamente y me identifico con el trabajo de Escuela. La fotografía de los medios ha perdido esa espontaneidad y ha caído en el plano de lo convencional, no se concibe arte en ellas y si en algún momento lo tiene, solo lo ven las publicaciones o agencias extranjeras y acá perdemos esa oportunidad de engrandecernos y engrandecer a su autor.

La parte decisoria cae en compañeros que de fotografía, ni idea, solo a veces juzgan por el gusto personal o sencillamente te dicen, no, este no es el estilo de este medio, me ha pasado en varias oportunidades. O que una foto te la mandan a recortar a la máxima expresión y se vuelve, como bien dices, una foto carne.

Yo me pregunto, cuantos estilos existen porque fotografía es una sola, aunque hayamos querido dividirla en fotografía de prensa y artística.

Deberíamos dejar que los fotógrafos actuemos y velemos nosotros mismo, eso sí, por la ética, tan importante de cumplir, que podamos hacer nuestro trabajo con ese conocimiento ya grabado con experiencia y estudios en nuestro cerebro y que se ejecuta nada más de encarar la cámara.

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