Nuevamente músicos cubanos entre los nominados al fonógrafo de oro

Cuba, cuna y escuela de talentosos artistas, ha vuelto a formar parte de la lista de nominados de la premiación anual de los Grammy Latinos para grabaciones presentadas durante el año de elegibilidad correspondiente, es decir, en esta oportunidad, del primero de junio del 2019 al 31 de mayo del 2020.

“La música humaniza” es el eslogan de esta edición en la cual tendrán lugar presentaciones desde varias partes del planeta, y cuya gala tendrá lugar el venidero 19 de noviembre.

Tres de los cinco fonogramas clasificados en la categoría de Mejor Álbum Tropical Tradicional pertenecen a artistas de la Mayor de las Antillas, entre ellos Failde con tumbao, de la Orquesta Failde. Esta producción, de la casa discográfica Egrem, conjuga la tradición musical de la isla con arreglos novedosos, para conformar una deliciosa y atractiva entrega danzonera.

De la más oriental de nuestras regiones, tierra fecunda para cultivar el son, grabado en los Estudios Siboney de la Egrem, llegó también a dicho apartado el fonograma Este es nuestro changüí, de la orquesta Changüí de Guantánamo, una agrupación fundada por el Comandante de la Revolución y compositor Juan Almeida Bosque, hace ya alrededor de 40 años.  

El tercer álbum que opta por el fonógrafo dorado es Ícono, la más reciente producción de la Orquesta Aragón. Del sello estadounidense Puntilla Records, el disco fue grabado en el estudio del reconocido Manolito Simonet, en la capital habanera y cuenta en su repertorio con temas del propio músico, del director de la agrupación Rafaelito Lay y de otros compositores cuyos aportes nutren a ese símbolo de la música cubana, que ya suma ocho décadas defendiendo lo verdaderamente autóctono de nuestras raíces.

La presencia de agrupaciones defensoras de géneros tradicionales cubanos en ese encuentro promovido por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación es evidencia de la fortaleza de las raíces musicales de esta nación, del talento indiscutible de nuestros artistas y, además, demuestra que la academia reconoce las creaciones de buen gusto y valía musical, más allá de que los artista con más nominaciones sean aquellos que defienden otros géneros con menor respeto por la poesía y más comerciales, sobre todo entre la juventud y entre la población a la que se le ha hecho creer que son esos los ritmos y las historias que verdaderamente identifican a Latinoamérica.  

A la vigésimo primera entrega de los Grammy Latinos ha sido nominada, nuevamente, la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, en la categoría de Mejor Álbum Contemporáneo de Fusión Tropical, con Mariposas, del sello Bisc Music. Un fonograma que cuenta con composiciones de Jessee Suárez en la voz de la novia del feeling, una experiencia sonora que sabe a Cuba.  

Entre tanto, por el tema Muchacha, que supera ya las 35 millones de visitas en YouTube, fueron nominados Gente de Zona y Ángel Arce ‘Pututi’, en la categoría de Mejor Canción Urbana, que premia a los compositores. Dicho éxito, interpretado por el popular dúo junto a la cantante estadounidense de ascendencia mexicana Becky G, bajo el sello Sony Music Entretainment US Latin LLC y Magnus Media LLC, demuestra una vez más la notoriedad internacional alcanzada por Alexander Delgado y Randy Malcom, quienes se catapultaron a la fama internacional con el tema Bailando, por el cual fueron galardonados con tres premios Grammy Latinos en el año 2015, a partir de ese momento ha sido recurrente su aparición en ese certamen.  

Finalmente, Sublime, del canadiense de origen cubano, Alex Cuba, entró entre los clasificados en las categorías de Mejor Álbum de Cantautor y Mejor Ingeniería de Grabación.  

La música es, indiscutiblemente, un arma poderosa en el proceso de expansión cultural de las naciones, de ahí que la presencia de nuestros artistas en certámenes como los Grammy Latinos constituya un elemento que propicie los vínculos entre creadores cubanos con foráneos, a la vez que contribuya a difundir —como es el caso de varios de los nominados a esta edición— de nuestras raíces musicales y es, ¿por qué no?, un golpe bien atestado al bloqueo cultural.