viernes, 27 de septiembre de 2024

Matanzas, ¿al compás del danzonete? (+Videos)

Cubahora indaga sobre la actualidad del danzonete en Matanzas, ciudad cubana donde nació el género hace 85 años...

Yirmara Torres Hernández en Exclusivo 08/06/2014
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partituras danzonete
Hay personas preocupadas y ocupadas por la sobrevivencia del danzonete. (Yirmara Torres Hernández / Cubahora)

Cuentan que alguna vez hubo una tarja a la entrada de la Biblioteca Gener y del Monte, antiguo Casino Español de Matanzas, que indicaba que allí se había interpretado por primera vez el danzonete, un género nacido a partir del danzón, Patrimonio Nacional de Cuba.

Viejos trabajadores de la biblioteca provincial aseguran haberla visto, pero refieren que quizás se cayó y alguien la rescató. Lo cierto es que la tarja no aparece en su sitio y pocos habitantes de la ciudad conocida como La Atenas de Cuba conocen que en ese majestuoso edificio, ubicado en las esquinas de las calles Contreras y Santa Teresa, se estrenó el 8 de junio de 1929, el primer danzonete.

Los más jóvenes, sobre todo, ignoran que fue un músico matancero negro, Aniceto Díaz, el creador de aquel danzonete inicial Rompiendo la rutina. Eso sí, al darles el pie, la mayoría sabe tararearlo como si no cumpliera ya 85 años. 

Allá en Matanzas se ha creado/ un nuevo baile de salón,/ con un compás muy bien marcado/ y una buena armonización./ Para las fiestas del gran mundo/ de la elegancia y distinción,/ será el bailable preferido/ por su dulce inspiración./ Danzonete, prueba y vete,/ yo quiero bailar contigo/ al compás del danzonete.

Cuando nace el danzonete habían pasado 50 años del estreno, también en Matanzas y a solo unos pasos, en el Liceo Artístico y Literario (hoy Sala White), del primer danzón Las Alturas de Simpson. Es precisamente ante la evidente decadencia del danzón (que en sus inicios no incluía letra) que nace el danzonete, una variante del danzón que sí incluye letra y tiene un ritmo más rápido.

Hoy el danzonete no pasa de ser para los matanceros una tradición que solo algunos se empeñan en mantener. Así lo considera la Doctora María Victoria Oliver, profesora de la Escuela de Nivel Medio de Música de Matanzas, ferviente defensora del género, quien lidera en estos momentos una investigación que pretende rescatar para la posteridad al danzonete y a su creador.

Junto a Angélica Ávila Alfonso, directora del Archivo de la Dirección provincial de Cultura y Virginia Avilez Santiago, subdirectora de la especialidad de Música de la Escuela de Nivel Medio de Artes Plásticas y Música de Matanzas, emprendieron la labor de rescate de los fondos de Aniceto Díaz para incluirlos en el registro Memoria del Mundo de la UNESCO.

Inmersa en la delicada labor de procesar los documentos, Ávila Alfonso refiere que cuentan con casi medio centenar de partituras originales del creador del danzonete y otros documentos que localizaron en el archivo de la Banda de Música, en el Museo Provincial Palacio de Junco y en el Archivo Histórico provincial.

La colección, que ya han digitalizado prácticamente en su totalidad (solo les resta procesar los fondos que existen en el Museo Nacional de la Música, en La Habana), incluye además partituras con versiones de obras de Aniceto Díaz y manuscritos que dejan constancia de la inscripción de sus obras.

Mientras realizan su labor parece que el papel pautado amarillento puede rompérseles entre las manos, pero los ojos de las tres especialistas se maravillan ante cada nuevo descubrimiento, la peculiar escritura de Aniceto Díaz y sobre todo esa costumbre de escribir cada hoja por delante y por detrás.

Me muestran las partichelas de Zona Franca, uno de los danzonetes de Aniceto Díaz. Van pasando las hojas y arriba se lee el instrumento: bombardino, clarinete, saxofón, cornetín, trombón…, y al lado la firma inconfundible de Aniceto Díaz. Más allá guardan las partituras de El doctor M o Linda Rosa, otros danzonetes que hicieron época en los años 30 del pasado siglo y que se encuentran dentro de los documentos, por suerte, salvados para la posteridad.

Para Virginia Avilez Santiago, el rescate de la obra de Aniceto Díaz resultará esencial como base material de estudio para la asignatura Historia de la Música Cubana, que en una etapa del curso se dedica al danzonete.

“Cuando termine el salvamento de todo ese material, las partituras se podrán usar en el repertorio de la Banda de la escuela”, comenta la subdirectora. “Nuestra banda de música está integrada por los estudiantes de instrumentos de viento y tienen el formato que utilizó Aniceto, en el año 33 (1933), cuando fue director de la Banda de Música de Matanzas”. 

“Pero además, entre los objetivos de esa digitalización se encuentra entregarlos a la Orquesta Típica Miguel Faílde, integrada por jóvenes egresados de esta escuela. Las partituras están escritas para banda, no para orquesta, pero se puede hacer algo con ellas para que esa música no se pierda”, concluye Avilez Santiago.

Pero, fuera de las instituciones, el danzonete también encuentra, aunque a cuenta gotas, su lugar. Laureano Alfonso Arzuaga, presidente del Círculo de Amigos del Danzón del municipio de Matanzas, con más de 200 asociados, comenta a Cubahora que el rescate del danzonete se encuentra entre sus misiones.

“El danzonete es hermano del danzón. Los danzoneros los bailamos igual que bailamos el danzón, aunque es más rápido”, refiere Alfonso Arzuaga, quien comenta además sobre el trabajo que desarrollan con los niños de escuelas primarias, interesados en el baile nacional y sus variantes. 

Sin embargo, Orlando Gómez Villamil, administrador de la Casa del Danzón, comenta que en los bailables de sábados, cada día más populares entre los matanceros de avanzada y mediana edad, el danzonete es un gran ausente por la falta de grabaciones del género. “Se baila más cuando los interpretan las orquestas que amenizan, pero eso no sucede siempre”, agrega.

En Matanzas, cuna del danzón y del danzonete, solo dos orquestas: Acierto Juvenil y la Típica Miguel Faílde, los tienen incluidos en su repertorio. En el país apenas lo interpreta el Piquete Típico Cubano, del maestro Jorge Bistel. Para la musicóloga María Victoria Oliver, esta es una de las causas por las que el género se debilita.

“El danzón y el danzonete no son géneros representativos de la sociedad actual, por eso para rescatarlos hay que partir del conocimiento y de la promoción en base a ese conocimiento”, considera la especialista, quien acaba de tutorear una Tesis de Grado de la carrera de Estudios Socioculturales dedicada al Danzón en la comunidad.

No obstante, pasado más de un siglo del nacimiento del danzón y más de 8 décadas del estreno del primer danzonete, resulta loable el interés por mantenerlo como un símbolo de identidad.

Matanzas ya no canta ni baila al compás del danzonete, porque fue un género efímero cuya popularidad no sobrepasó una década, sustituido luego por otra variante más difundida: el danzón con letra. Pero esta exploración rápida de Cubahora por la vigencia del danzonete permite afirmar que vive, y lo más importante, que hay personas preocupadas y ocupadas por su sobrevivencia.

Letra del primer danzonete:

Allá en Matanzas se ha creado

un nuevo baile de salón,

con un compás muy bien marcado

y una buena armonización.

 

Para las fiestas del gran mundo

de la elegancia y distinción,

será el bailable preferido

por su dulce inspiración.

 

Estribillo

Danzonete, prueba y vete,

yo quiero bailar contigo

al compás del danzonete.

Biblioteca Provincial de Matanzas, antiguo Casino Español (Foto: Yirmara Torres/Cubahora)

 


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Yirmara Torres Hernández


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