Las gracias de Facundo…digo de Andy

Decir Andy  Vázquez es despertar la curiosidad de algunos televidentes o asistentes a  espectáculos humorísticos nocturnos, pero si se dice Aguaje, y más que ello Facundo, todo el mundo sabe de quien se trata.

Es un hombre que la actuación se le dio por inclinación genética. Ha ejercido múltiples oficios y tuvo numerosas escuelas en su natal Guantánamo. Su madre era directora de esos centros docentes y cuando la cambiaban a ellas, arrastraba a su hijo.

Locuaz, sencillo, curioso este guajiro del guaso fue a dar a Austria. Y después dicen que la suerte no existe: unas personas de ese país le aseguraron que él era el gemelo de un joven austriaco, lo invitaron a conocerlo. Andy no lo pensó ni diez segundos para decir que si y pocas semanas emprendía el vuelo por encima del Atlántico.

 -¿ Me cuentas de tus oficios. ?

-Ayudante en una ponchera, limpia piso en una heladería, fotógrafo, dependiente de un restaurant. Por haber dejado los estudios tuve que ponerme a trabajar porque mi madre me dijo “no vas a ser un vago”. Ella me enseñó a no engañar a nadie, no robar, ser sincero, y ayudar al que pueda sin pensar si esa persona algún día podría ayudarme a mí.

-Tienes algo de la actuación en tus genes

-Creo que sí. Siento que cuando actúo es como si me lo hubieran incorporado en el vientre de mi mamá, desde pequeño me gusta siempre sonreír a las personas, siento un dolor en el pecho cuando veo a un niño o una persona llorar y si puedo hacer algo para evitarlo, lo hago.

- Cuéntame la primera vez que realizaste una  actuación…

Fue el doce de diciembre del año 1992, en la sala Alejo Carpentier del Gran Teatro de la Habana.  Un grupo de aficionados que teníamos, montamos un sketch que yo había visto en Tarará a unos animadores. Cuando actué por primera vez me sentí tan raro y contento al ver a la gente reír con lo que estábamos haciendo… Desde ese día no me bajé nunca más de los escenarios.

- ¿Qué haces para saber cada más de actuación?

- Observar, eso es lo que me ha dado la escuela de cómo actuar, pero observar a la gente en la calle, los cubanos tenemos un gran sentido del humor,  muchas cosas que hacemos y decimos nos dan mucha risa; eso hago, ver cómo  reacciona una persona en tal y más cual situación y así aprendo como actuar. Muchos amigos del arte me han enseñado técnicas, tenemos el ejemplo de ese muchacho que sin haber estudiado nada es un “tronco” de actor Luis Silva, me ha enseñado técnicas y trucos de la televisión que me han servido mucho.

- Antes del programa Vivir del cuento¿Qué acción humorística recuerdas con placer?

- Mi paso por Onondivepa. Alfredo Oliva, Eddy Escobar, Baudilio Espinosa y yo fuimos la versión de Onondivepa del 2000 hasta el 2005 más o menos. Hicimos una obra Una vez al año, alcanzamos cuatro premios Aquelarre y una escuela del humor en teatro. Recuerdo esa etapa con mucho placer.

-¿Qué ha significado para ti el reconocido espacio televisivo?

-Lo más grande que ha pasado en mi vida después de mi familia y mis hijos. Tú has tenido la oportunidad de ver nuestras grabaciones en el estudio y ves que también somos una familia.

-¿Cómo montas esa diversidad de personajes?

-Siempre me inspiré en  Osvaldo Doimeadios, lo veía que hacia un personaje y después otro, que no tenía nada que ver con el anterior y dije: voy a intentarlo. Parece que no me ha salido mal…

- Alguien me ha dicho que tienes una colección de guayaberas que te regalan para Facundo ¿es cierto? ¿qué haces con ellas?

-Las guardo con mucho cariño y ya he tenido que ir reemplazando, porque se ponen viejitas de tanto lavarlas y que… me sigan regalando que serán bienvenidas.

 - Lo que no te haya preguntado y desees decirme.

-Que le agradezco mucho a la gente por haber aceptado mis personajes, que me digan esas cosas lindas que me dicen por la calle. Es algo que no esperaba, solo intentaba hacer feliz a la gente, que cuando mire a alguien a la cara y vea una sonrisa es lo más lindo que me pueda pasar, así que a todos ¡GRACIAS!