En la calle Edison Sur del Reparto Alturas del Zoológico, cerca de la populosa Avenida 26 de La Habana, se alza una vivienda muy sui géneris no solamente por su mobiliario colonial, moderno y racionalista o por los originales de Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Amelia Peláez y Servando Cabrera Moreno que adornan su sala principal. Para el arquitecto y profesor Juan García Prieto constituye un deber conservar la historia de este inmueble y dar a conocer una parte de la memoria familiar.
La casa, de Edison Sur fue la tercera que proyectaron para vivir –acorde a sus necesidades– los arquitectos Enma Margarita del Pozo Seiglie (La Habana, 1920-2013) y José Vicente Félix Lanz García (La Habana, 1919-2008) quienes, en 1951, habían fundado la reconocida firma de proyectos Lanz del Pozo.
“El matrimonio empieza a habitar en la residencia justo en 1959, al triunfo de la Revolución. Aquí vivía Julie, una hija adoptiva de ellos, junto a mi futura esposa Yolanda y su hermano Vicente. De pronto, se convirtió en la casa de los arquitectos. Yolanda es arquitecta, yo también soy arquitecto”, cuenta Juan.
NOCHES BOHEMIAS EN NUEVO VEDADO
Justo a la derecha de la entrada, elevado, con cierta privacidad y diferenciación en su tratamiento se ubica un cuarto estudio. Es el único local que se proyectó originalmente con aire acondicionado, para lograr una mejor acústica y no molestar a los vecinos de las casas cercanas.
(Cortesía de Juan García Prieto).
El estudio era el sitio habitual para reuniones con músicos y descargas de “feeling”, que organizaba el matrimonio. Allí todavía parecen escucharse las voces de sus anfitriones cuando recibían a muchísimas amistades del mundo artístico y literario de la época.
En esas fiestas era habitual encontrar a Bola de Nieve, tocando el piano acompañado por Elena Burke, Moraima Secada y Omara Portuondo, a Meme Solís con su cuarteto, a Olga y Tony –los padrinos de Vicentín–, a la maestra Leopoldina Núñez o a Guyún, profesor de tantos músicos. La cantautora Marta Valdés tiene un capítulo de sus memorias dedicado a la casa de los arquitectos.
A la lista interminable de amigos se incorporaban pintores, arquitectos, diseñadores y otros intelectuales como Nicolás Guillén y el dramaturgo Héctor Quintero. En poder de Juan se encuentran gran parte de esos recuerdos y vivencias, en forma de fotos y videos (16 mm.), tomados por Vicente a todos esos grandes artistas de la bohemia cubana.
DENTRO DE LA CASA
Aunque han pasado más de seis décadas de su construcción todavía sorprenden algunos detalles de la casa como la gran habitación del matrimonio de arquitectos –ubicada en la planta alta del segundo piso–, bajo un gran techo con doble inclinación y con un conjunto único de closets-vestidores, mamparas republicanas y tragaluces.
(Cortesía de Juan García Prieto).
Su gran distintivo es el fabuloso baño solario con una bañera de mármol, semi hundida en un piso de rasillas rojas de barro: “El Baño de Margot”, sin techo, abierto hacia el bosque de la Habana como un verdadero derroche de diseño, a la usanza de las termas romanas.
Margot era la modelo exclusiva de Vicente. Todavía se conservan fotos bellísimas de desnudos artísticos protagonizados por ella. Luego de fotografiarla, su esposo convertía esas instantáneas en dibujos que actualmente están colgados en las paredes del dormitorio principal, cerca del antiguo cuarto de baño donde la joven y bella Margarita, hacía su particular homenaje a la cultura del baño en Roma.
Desde el punto de vista arquitectónico, la vivienda se enmarca dentro de arquitectura Moderna Cubana de los años 50 cuando se introdujeron en la Mayor de las Antillas elementos de la arquitectura racionalista y orgánica y se incorporaron componentes de nuestra tradición constructiva, espacial y cultural.
Entre los aspectos a destacar en este inmueble se encuentran el empleo de los materiales a vista, el fabuloso ladrillo de Pinar del Rio, los techos inclinados de grandes luces y sus vitrales coloniales reelaborados a partir del empleo de la vidriería coloreada.
Para su construcción se utilizaron elementos que estaban en rastros o en obras a punto de demoler. Por ejemplo, las persianerías de la saleta y los pisos de mármol se recuperaron del antiguo hospital de Reina Mercedes, ubicado en las calles L y 23, en el Vedado, donde hoy se localiza la conocida Heladería Coppelia.
LANZ DEL POZO EN EL RECUERDO
En la actualidad solo habitan en el inmueble Juan y Yolanda. En uno de los locales del hogar se puede apreciar el estudio de proyectos de la firma Lanz del Pozo donde todo parece como detenido en el tiempo. Allí se exhiben los planos de obras realizadas por Vicente y Margot quienes, en 1997, fueron galardonados con el Premio Nacional de Arquitectura que otorga la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC).
(Cortesía de Juan García Prieto).
En su tesis de grado titulada Cultura, vida y obra de los arquitectos Lanz Del Pozo, Raidel García afirma que la obra de Vicente Lanz y Margot del Pozo, se inserta en el contexto habanero correspondiente a la mitad del siglo pasado, uno de los períodos, para no ser absolutos, más prolíferos de la arquitectura cubana en términos de invención, ingenio y experimentación.
“Vicente y Margot son autores de numerosas obras, más de un centenar en solo dos décadas. El grueso de las mismas responde al programa residencial, edificios de apartamentos o viviendas aisladas. No dejaron de abordar por ello programas tan distantes entre sí como el industrial (Almacenes, Talleres y Expo–Venta de Autos Santé, 1951), aeroportuario (Aeropuerto Emilio Bacardí, actual aeropuerto de Santiago de Cuba, 1946), educacional (Centro Escolar de Tallapiedra, 1946), de recreación (Club Bancario Nacional, actual Hotel Atlántico, 1954) o de salud (Clínica Asclepios, 1958-1959).
De su intelecto nacieron edificios con presupuestos estéticos que los hacen meritorios. Su enfoque, en función de producir una arquitectura a tono con las posibilidades económicas de cada quien, los coloca dentro de un grupo que abordó la práctica proyectual desde sus más recónditos ángulos. También formaron parte de las pocas firmas exitosas que no dejaron atrás el país, por el contrario, 1959 implicó un giro total en su arquitectura.
La biblioteca del inmueble posee una importante colección de libros de arquitectura que pertenecieron a Vicente y Margot. Otros de esos textos llevan la firma del autor de La Edad de Oro porque Vicente era sobrino nieto de José Martí y en sus ratos libres logró completar el árbol genealógico familiar con un investigador del Centro de Estudios Martianos.
PROYECTO SOCIO CULTURAL
Hace cinco años Juan García promueve una iniciativa que lleva por nombre La casa de los arquitectos. Con este proyecto socio cultural y comunitario el profesor aspira a convertir algunos locales interiores de su inmueble en aulas para impartir talleres y clases a estudiantes de arquitectura, diseño y medios audiovisuales. Su intención es vincular materias como la arquitectura y otras bellas artes.
El proyecto incluye el uso de los espacios abiertos de la casa, del baño solario de Margot y del local donde se reunían los amigos del mundo de la farándula. Otra de sus intenciones es crear, en las áreas verdes aledañas a su hogar, un espacio para zonas de exposición, con galerías y un estudio taller.
(Cortesía de Juan García Prieto).
La idea de convertir la casona en un centro cultural nació a partir de la tesis de Grado de la Facultad de Arquitectura de la CUJAE en La Habana: “Reúso Creativo de la Casa Lanz del Pozo como Centro Cultural de la Arquitectura Moderna en Nuevo Vedado” de la arquitecta Tahimí León Bravo. García Prieto el tutor de esa tesis que toma como base el concepto de participación social. El profesor alega que se podrían conformar grupos integrales para así generar nuevos proyectos en beneficio de la comunidad.
Una novedosa alternativa sería explorar los valores del barrio y organizar recorridos por la ciudad pues, en opinión de Juan, más del 80 por ciento de las viviendas construidas en las Alturas del Zoológico, en Nuevo Vedado, poseen altos valores arquitectónicos que trascienden más allá de la Habana Colonial y del Vedado habanero.
(Cortesía de Juan García Prieto).
Desde la casa de la calle Edison Sur, Juan García Prieto preserva el legado y la memoria de Vicente y Margot para las presentes y futuras generaciones.
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