No hay como el humor para descarnar ciertos tópicos de la realidad, para abordarlos o desbordarlos por sus aristas cómicas o ridículas; ni como una sonrisa para descompresionar. Con unos trazos puede apuntarse mejor que con unos párrafos. Y hasta proyectar el mundo que deseamos, nuestras utopías cotidianas. Bien lo sabemos los cubanos, aunque es una suerte de la Humanidad toda.
No ha de extrañar entonces que cientos de humoristas gráficos, de ambos sexos y de todo el mundo, respondieran a la convocatoria del Círculo de Humoristas e Historietistas de la UPEC, la Dirección Provincial de Cultura de Artemisa y el Museo del Humor de San Antonio de los Baños a la XXIII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico; la primera presencial luego de la pandemia de COVID-19.
Bajo el lema “Reirnos del machismo en serio”, se enviaron algo más de mil obras, de las que un Jurado de Admisión seleccionó 149, de 55 países; preponderando los envíos de Cuba, Irán y China, con importante participación de autores de Rusia, Turquía, Rumanía e Italia. Mayoritariamente, en las categorías de Humor General y Sátira Política, menos de Caricatura personal e Historieta, y casi nula de Fotografía Humorística. A pesar de que el tema no es tan abordado como los de ediciones anteriores, digamos la paz, el medio ambiente o los derechos humanos, se puso en evidencia el poder de convocatoria de esta bienal, el más importante evento de humor gráfico cubano.
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El Salón Internacional, plato fuerte de la cita, quedó inaugurado el domingo 9 de abril, después del jolgorio que tradicionalmente da inicio a estas bienales ariguanabenses. Cortó la cinta la miembro del Buró Político y Secretaria General de la FMC Teresa María Amarelle Boué, acompañada del ministro de Cultura Alpidio Alonso Grau y del presidente de la Unión de Periodistas de Cuba Ricardo Ronquillo Bello.
Las obras del Salón, impresas en formato A4 y agrupadas por las categorías convocadas, ocupan los espacios interiores del Museo del Humor, institución que atesora buena parte de la memoria gráfica de Cuba y también una considerable muestra de artistas de otros países. Un valioso tesoro que se enriquece con las obras recibidas para estas bienales y para otros salones que organizan.
Sin ser el único tema tratado, sobresalen diversos abordajes de la problemática de la mujer; dibujos con diversos estilos y soluciones formales para denunciar o representar la situación de las mujeres o para discursar a favor de su emancipación o por la equidad de géneros; elaboradas en técnicas disímiles, la tinta, la tempera, y el estarcido, con predominio de la factura digital. Viñetas que muestran el ingenio creativo de los cultivadores de esta difícil modalidad de las artes visuales; aunque el propósito de muchas de ellas es opinar iconográficamente, son concebidas para un medio de información, impreso o en la web.
En tal sentido, al tratar de representar o señalar el machismo o el orden patriarcal que lo reproduce, muchas no escapan de los estereotipos, cual me comentara la caricaturista colombo-española Adriana Mosquera (Nani). Según la también integrante del Jurado Internacional de la Bienal, en las obras en concurso “hay muchas pedagogías, muchas ideas que ya se han visto en otros concursos, pero reflejan muchísimo la situación de la mujer en cada país, y también el nivel intelectual de la sociedad. Se ve cuánto se han avanzado o cuánto están rezagados, cuánto no entienden el feminismo y sus reclamos”.
Preguntado sobre la calidad de las obras participantes en el salón, el reconocido caricaturista colombiano Omar Figueroa (Turcios) opinó: “hay un excelente nivel y nos ha sorprendido la cantidad de países del Oriente Medio que envían, de todos lados, de China; un nivel muy alto, muy difícil la decisión”, criterio que comparte otro de los integrantes del Jurado Internacional, el cubano y ganador del premio Abela de la pasada edición Michel Moro (Moro).
Si el humor gráfico suele relacionarse con el movimiento pictórico expresionista y con lo grotesco -como la caricaturización de Elon Musk que hizo el belga Luc Descheemaeker (O-Sekoer), Primer Premio del Jurado en Caricatura Personal -, vale señalar que lo predominante en el Salón son piezas con una mirada digamos surrealista o paradójica, poética o metafórica, como las premiadas “Women”, del cartunista iraní Amin Familbaghestani, y “Honores” del cubano Jorge Sánchez Armas (Jorge), Primer y Segundo Premio en Humor General. Otra vertiente es la apropiación o el pastiche de obras icónicas del arte universal, como en “SOUP”, del joven artista Luis Reinier Enrique (Luirri), merecedor del Premio Eduardo Abela en la XXI Bienal.
Durante cuatro jornadas, en la “Villa del Humor” y en la capital cubana, quedaron inauguradas casi una decena de exposiciones colaterales.
El propio domingo se inauguró la muestra colectiva del Jurado de esta Bienal Internacional. En las paredes del patio de la vieja casona donde radica el Museo, se montaron obras firmadas por Nani, Turcios, Adán, Lema y Moro.
La segunda jornada se inició con una exposición con aroma de mujer, Rompiendo las reglas, de la dibujante tunera Yanely Rodríguez Escamuchero, una veintena de piezas digitales que nos reciben por estos días en la sede de la UPEC Nacional. Son apuntes gráficos sobre esas reglas que se vuelven arbitrariedades, trabas y que se deben actualizar y esas otras necesaria para una armoniosa convivencia.
"Rompiendo las reglas, de la tunera Yanely Rodríguez Escamuchero nos recibe en la sede de la UPEC Nacional (José Ángel Téllez Villalón/Cubahora)
En la tarde, quedó inaugurada la exposición personal Manuel es un manual para celebrar el cumpleaños 80 del Premio Nacional del Humor Manuel Hernández (Manuel). Marco propicio para que el Ministro de Cultura anunciara un merecido regalo, un nuevo espacio para los cultivadores y admiradores del humorismo gráfico: la céntrica Galería de 23 y 12; donde hasta mayo podrán disfrutarse las ingeniosas viñetas del artista de Limonar.
Otra de las exhibiciones colaterales de la Bienal se montó en el primer piso de la Casa del Alba, me refiero a Miriam es Palante de la fallecida palantera Miriam Alonso Cabrera. Una muestra de la versatilidad técnica y temática de la primera mujer en dedicarse profesionalmente al humorismo gráfico en Cuba.
La exposición "Miriam es Palante" de la fallecida palantera Miriam Alonso Cabrera se inauguró en la Casa del Alba (José Ángel Téllez Villalón/Cubahora)
Cerró el programa del día con la sabrosa muestra Garage Sale del pintor y humo rista gráfico Eduardo Abela, el nieto del creador de El Bobo, en la Sala Villena de la UNEAC.
El martes en San Antonio se rindió homenaje en la Casa de la Cultura Raimundo Valenzuela al desaparecido caricaturista ariguanabense Francisco Martínez Villamil (Villa100) con una muestra de sus obras más representativas y premiadas, que atesora el Museo del Humor.
Cerca de estas se montaron exquisitas piezas de Nani y Turcios quienes impartieron allí mismo un taller de caricaturas a jóvenes aficionados a las artes visuales, una de las actividades más significativas de esta XXIII Bienal.
Esa mañana del martes 11 de abril, se inauguró en el Museo Municipal de San Antonio de los Baños la muestra retrospectiva “La mujer en la caricatura”, de varios autores, entre cubanos y extranjeros, entre ellos Lusi F, Wilson (Wilson), artistas reconocidas internacionalmente como Marilena Nardi (Nardi) y Cristina Sampaio (Sampaio) o jóvenes promesas como el ya mencionado Michel Moro (Moro) o el palantero Yoenmis Batista (Yoe.
La colectiva "Melaíto en la Bienales”, en el lobby del cine de San Antonio de los Baños, cerró el programa del martes 11. La muestra se conformó con una representación de obras presentadas en los certámenes que convoca el Museo por varios integrantes del colectivo santaclareño liderado por Pedro Méndez Suárez (Pedro), presente en la Bienal junto a su esposa.
El último día, en la sede de la Fundación Ariguanabo, se comenzó al celebrar los 60 años de Arístides Hernández (Ares), “un creador insaciable que desde la mesa del dibujo ha trazado su brillante carrerea, tomando muy en serio el humor”, “una de las figuras más visibles y exitosas del humor gráfico cubano”, al decir de otro grande el ariguanabense, Ángel Boligán. Y lo hicimos como mejor se podría, inaugurando una exposición con una veintena de sus obras premiadas en diferentes certámenes y que atesora el Museo del Humor, algunas originales y muy poco conocidas como la caricatura de Saramago, obras de una impecable factura que informan de un estilo personal y de la capacidad suya de capturar sucesos, decantar esencias y enfocar las aristas cómicas o veladas de los más acuciantes problemas del planeta.
Todas estas exposiciones, junto con el Salón Internacional, completan ese panorama de lo mejor del humorismo gráfico nacional y mundial, hecho para reflexionar y proyectar un mundo más alegre.
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